The experience of a lifetime

¿Qué decir de la experiencia vivida los últimos quince días? ¿Muy enriquecedora? ¿Instructiva? ¿Motivadora? ¿Educativa? incluso ¿revitalizante?…. Probablemente hasta me quedaría corta.

Acabo de llegar de realizar una Estancia Profesional en el centro St. John’s Central College de Cork, Irlanda y he de decir que ha sido una de las mejores experiencias que llevo vividas a nivel profesional desde que hace ya 25 años empecé en el mundo de la Enseñanza.

Culpable de todo esto ha sido la calurosa acogida que he recibido por parte de toda la comunidad educativa. Durante los quince días que he pasado allí, tanto los profesores como los alumnos y el resto del personal me han hecho sentir como si fuera una persona más del claustro.

St. John’s Central College of Further Education and Training es un centro público de formación profesional. Para acceder, los alumnos tienen que tener 18 años y aquí se imparten ciclos formativos de grado medio y superior como Farmacia, Turismo, Negocios, Peluquería, Joyería, Cuidado animal, Construcción de instrumentos musicales, Artesanía, Informática, diseño de páginas web, Marketing, etc. Tiene unos 1100 alumnos y en él trabajan a tiempo completo y definitivos 60 profesores y otros 20 a media jornada o eventuales.

Yo conocía el St John’s porque ya hemos trabajado juntos muchos años en proyectos KA2 y anteriormente Grundtvig pero nunca había tenido la oportunidad de vivirlo realmente desde dentro. Lo que me llevó a solicitar este estancia profesional en él es, precisamente, porque en estos proyectos siempre me atraía de un modo especial lo que me contaban los compañeros sobre su funcionamiento y, por supuesto, también mi interés por vivir nuevas experiencias que me ayuden a mejorar en mi práctica docente y en mi competencia lingüística.

Aquí he observado una nueva forma de trabajar en la que los alumnos se implican diariamente en las clases y son auténticos protagonistas de su proceso de aprendizaje.

Al ser un centro de formación profesional se trabaja, principalmente, a base de proyectos que los alumnos elaboran siguiendo las directrices de los profesores.

Me quedo con la sensación de que he cumplido ampliamente mis objetivos y con el buen sabor de boca de un trabajo realizado con gusto, vivido y disfrutado al máximo. Absolutamente enriquecedor tanto a nivel profesional como personal por los lazos de amistad que se desarrollan con los colegas irlandeses y que darán paso a futuras colaboraciones entre los alumnos de este centro y del mío en Talavera de la Reina.

Es una vivencia que recomendaría a todos mis compañeros ya que, aunque se puede decir que es cansada por el trabajo que implica, es también una inyección de energía para afrontar nuestra labor docente diaria y que, por tanto, repercutirá muy positivamente en los alumnos y en todo el centro educativo.

 

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