L’ Ecole Primaire des Ouches, Genève.

Quiero empezar la entrada en el blog dando las gracias al Ministerio de Educación por darnos la oportunidad de vivir este tipo experiencia y a mi centro de acogida por abrirme las puertas y tratarme como una más de su plantilla, mostrándome una excelente hospitalidad.

He realizado mi estancia profesional durante quinces día en el mes de mayo, en L’ Ecole Primaire des Ouches, Genève.

Participar durante dos semanas en el colegio y tener una inmersión lingüística y cultural en otro país ha sido para mí una experiencia única tanto profesional como vital. He podido asistir a todos las clases y niveles, observando su ritmo de trabajo y metodología, he acompañado y he prestado mi ayuda en alguna salida escolar  deportiva y cultural, hemos intercambiado material e incluso he asistido a alguna que otra reunión-claustro, donde planificaban la distribución de clases y tutorías para el próximo curso.

He observado que no hay tanta diferencia en cuanto a metodología y trabajo con el alumnado de un país a otro, aunque sí hay alguna que otra cosa que nos diferencia en cuanto a horario, reparto de asignaturas y costumbres.

Entre las diferencias podemos destacar: el alumnado comprendido entre los 4 y 7 años no reciben clase los miércoles, corresponderían a Infantil y 1º ciclo de primaria. El primer idioma, alemán, se imparte en el curso correspondiente a 3º de primaria y el segundo idioma, inglés, en 5º de primaria de nuestro sistema educativo. Como costumbre o hábito me llamó la atención el cambio de calzado que realiza el alumnado al entrar a clase; se descalzan y se ponen zapatillas de andar por casa, dejando los zapatos en el pasillo, fuera de clase, en unos casilleros destinados para ese fin. El alumnado lo hace con total normalidad, agilidad y en un ambiente muy ordenado y tranquilo. Destacar el buen clima y silencio que reina en todo el centro.

Desde aquí animo a todos los profesionales de la educación que están en activo que soliciten este tipo de programas, es una experiencia muy enriquecedora que merece la pena vivirla, aunque el proceso de solicitud y encontrar centro de acogida sea una tarea larga y difícil.

Charo Vázquez