Estancia profesional en el Lycée Denis de Rougemont, Neuchâtel, Suiza

Hola, me llamo Elisa y soy profesora de francés. Actualmente me encuentro en adscripción por concurso en un centro del exterior, concretamente en Nador, Marruecos.

Os cuento un poco…

Mi estancia profesional se ha desarrollado en la ciudad suiza de Neuchâtel concretamente en el Lycée Denis de Rougemont, entre el 2 y el 13 de marzo de 2020. Se trata de un centro de enseñanza secundaria con alumnado inscrito tanto en rama científica (70%) como en rama lingüística (30%). Las actividades extraescolares a las que tienen acceso son principalmente viajes de estudios para perfeccionar las lenguas extranjeras que aprenden. Recordad que el centro se sitúa en la parte francófona del país y que la mayoría del alumnado estudia alemán como primera lengua extranjera, ya que es ésta la lengua más hablada del país. El centro ofrece además el aprendizaje optativo del inglés, del castellano y del italiano.

He podido conocer de cerca el programa de intercambio con Bilbao para el alumnado que estudia español. Además, los estudiantes pueden optar a estancias de 3 meses o más en diferentes países europeos con el fin de perfeccionar las lenguas extranjeras.

El profesorado del centro forma parte en su mayoría,  del funcionariado suizo. Lo que más ha llamado mi atención es que a veces desarrollan su labor hasta en 4 centros distintos para completar los sueldos, que varían en función de las horas de docencia impartida.

El ambiente de clase es el ideal. El alumnado trabaja y trabaja sin descanso dentro del aula. El profesorado se limita a dar sus clases sin ningún problema de disciplina que interfiera en la labor. Pregunté por qué este clima de aula  tan fantástico y me explicaron que en secundaria el alumnado ya viene seleccionado. En Suiza en general, sólo se puede repetir curso una vez  durante toda la escolaridad. Si repites más veces sales del sistema o te dedicas a la formación profesional que goza de menos reputación que los estudios universitarios.

La metodología de enseñanza que he tenido la ocasión de presenciar es muy tradicional. El profesor posee el conocimiento y da clases magistrales. El alumnado se limita a responder a preguntas y a coger apuntes. El uso de las nuevas tecnologías es puntual y muy escaso desde mi punto de vista. Al preguntar al profesorado por este hecho me contesta que no es necesario usar las TIC en sus aulas para mantener la motivación, ni para mejorar ningún otro aspecto. El alumnado desarrolla la competencia digital por sí mismo.

Las aulas están distribuidas en 2 edificios próximos, a una distancia uno del otro de 5 minutos a pie. El profesorado debe cambiar de edificio durante los 10 minutos de pausa, a veces 20, que hay entre clase y clase. Esto me pareció un inconveniente en una ciudad en la que nieva y llueve una gran parte del año, pero a ellos no. Ya están acostumbrados, me decían.

Mi programa era bastante sencillo. Me interesaba conocer metodologías para la enseñanza de idiomas y qué mejor país que Suiza que tiene 4 lenguas oficiales. Pude observar a muchos compañeros y compañeras y de cada uno me traigo algo. También dejé mi granito de arena en las clases de español en las que me invitaron a participar. Uno de los días pude visitar el despacho del encargado de los proyectos de intercambio  y pude conocer de primera mano cómo funcionan y con qué países han establecido contacto para realizar intercambios lingüísticos. Para clases de francés, mi especialidad,  me llevo mucho material que me han facilitado los compañeros suizos; para mí, como profesional, muchas ideas nuevas y originales. Todas ellas las compartiré con mis compañeros en Nador esperando que les sirvan de inspiración.

Para concluir diré que tuve mucha suerte y conocí a gente muy amable e interesante. Antes de llegar intentaron resolver todas mis necesidades y una vez allí me hicieron pasar buenos momentos.

Buenos profesionales y buena gente y, aunque a Neuchâtel hay que ir bien equipado a nivel de vestimenta, la experiencia es altamente recomendable. Centros  y profesionales como estos,  no son cualquier cosa.

Espero volver pronto a la magnífica Suiza.