ESTANCIA PROFESIONAL EN EL COLLÈGE LES BARATTES, ANNECY (FRANCIA)

Soy Marcos, profesor de educación Primaria y director en un centro público de Alicante. Del 7 al 22 de mayo he podido viajar a Francia y residir en la maravillosa ciudad de Annecy, una localidad privilegiada que se encuentra a los pies de los Alpes, rodeada por el lago Annecy y un paisaje espectacular. Con una población de 150.000 habitantes, Annecy cuenta con un casco antiguo (la Vieille Ville) muy bien preservado, repleto de antiguas fachadas de colores, calles adoquinadas, restaurantes clásicos de cocina saboyarda y un entramado de puentes y canales que fluyen desde el lago hacia el corazón de la ciudad.

Durante la mayor parte de mi estancia he acudido al Collège les Barattes, un centro público que se encuentra en un barrio residencial en la zona de Annecy-le-Vieux. Este centro imparte estudios de secundaria desde los 11 a los 15 años de edad. El alumnado realiza aquí cuatro cursos académicos (3ème, 4ème, 5ème y 6ème) y después pasan al lycée. Acuden a clase diariamente alrededor de 700 alumnos, con una ratio por aula de 30 estudiantes, existiendo 6 grupos por cada nivel escolar. Respecto a las enseñanzas impartidas, son muy similares a la ESO de los centros españoles. Se imparten áreas como Matemáticas, Francés, Español, Inglés, Tecnología, Ciencias de la Vida y la Tierra, Física, Artes Plásticas, Historia, Educación Física, Música, Italiano y Alemán (hay Sección Europea de Alemán).

Mi actividad en el centro ha consistido básicamente en la asistencia a diferentes clases y en observar el funcionamiento de las mismas. También he podido pasar tiempo con los miembros del equipo directivo para comentar algunas características relacionadas con la gestión y organización del centro. Me ha llamado la atención que se trata de una población muy deportista, y la mayoría de los alumnos destacan en equipos de fútbol, balonmano, remo y esquí de fondo. De hecho, muchas sesiones de Educación Física no se llevan a cabo en el centro, sino que se trasladan al lago, la piscina o las pistas de esquí próximas para la sesiones deportivas. Prácticamente todas las materias se trabajan mediante libros de texto y cuadernos donde el alumnado realiza las actividades propuestas. Al contrario de lo que ocurre en muchos centros españoles (para bien o para mal), no he visto esa obsesión por “embutir” las TICs en el aula. No hay ordenadores en las clases, ni tablets, ni pantallas interactivas, ni PDI. Se proyectan imágenes si son necesarias para apoyar la explicación del docente. La jornada escolar comienza a las 8.00 horas y termina a las 16.30 horas, con media hora para comer a las 12.00 horas.

Por otro lado, durante la segunda semana de mi estancia, he visitado dos centros de primaria: la école élementaire du Colovry en el mismo barrio y la école élementaire de Cruseilles, una población a 20 km de Annecy. Se trata de centros públicos que tienen alumnado de infantil (école maternelle) y de primaria (école élementaire) con una ratio de 30 alumnos por aula y con un funcionamiento y metodología similar a la del collège. Estos centros empiezan a las 8.30 horas y acaban a las 16.30 horas. La pausa de la comida es de 11.30 a 13.30 horas y los miércoles no hay colegio. Los alumnos hacen actividades extraescolares (périscolaire) al finalizar las clases. Otro aspecto que me ha llamado la atención es el calendario escolar, ya que cada 7 semanas lectivas, suele haber 2 semanas de vacaciones. No estaría mal importar la idea a nuestro calendario, sobre todo esos cursos en que el trimestre parece no llegar a su fin.

Debo agradecer al profesor Philippe Lhuillier, del Collège Les Barattes, toda la ayuda que me ha prestado antes del viaje y durante mi estancia, gestionando mi asistencia tanto a las clases en su instituto como a los dos centros de primaria, así como organizando diversas salidas para conocer los alrededores de Annecy y a algunos compañeros del instituto.

Las estancias profesionales suponen una buena oportunidad para conocer de cerca el funcionamiento de los centros escolares en otros países y también para abrir boca de cara a futuras colaboraciones con ellos. La docencia en el extranjero, sobre todo como profesores de español, es un reto que podría estar a la vuelta de la esquina.