Mi nombre es Anna Gracia Domènech y soy profesora de alemán en la Escuela Oficial de Idiomas de Tarragona. Del 27 de febrero al 10 de marzo del 2023 tuve la gran suerte de poder realizar una estancia profesional en el centro de educación secundaria Willi-Graf-Gymnasium de Berlín. Este instituto cuenta con unos 500 alumnos y unos 50 docentes y está situado en el suroeste de la capital alemana. Ofrece un itinerario bilingüe de español y el alumnado adquiere un nivel de nuestra lengua muy alto, ya que además de las clases de lengua, pronto se incorporan otras materias como la Geografía, las Ciencias políticas y la Ética en español.
La experiencia ha sido excelente, puesto que los profesores del centro me ofrecieron todas las facilidades para acudir a sus clases. Así que asistí a numerosos grupos y asignaturas. Lo que me gustaría destacar de este instituto o, en general, de la enseñanza en Alemania, es la metodología tradicional de las clases. En el Willi-Graf, independientemente de la asignatura dentro de las lenguas y las ciencias sociales, la dinámica es similar. Los alumnos tienen que leer un texto individualmente, del que tienen que subrayar las palabras clave y, o bien comentar con el compañero o compañeros, o bien resumir. A continuación, van levantando la mano uno a uno -en muchas ocasiones solo se ven manos en alto- y van haciendo uso de la palabra para comentar lo que han leído y dar su opinión al respecto. Esta dinámica fluye de tal manera, que a veces no se requiere la actuación del profesor o la profesora, pues son los mismos alumnos los que se van cediendo la palabra. Es decir, a partir de un método tan clásico como la lectura y el subrayado en clase, se consigue que la clase esté totalmente centrada en el alumnado. De allí se pasa a la fase de hablar en público sin ser preguntado, con lo que se fomenta la autonomía del alumnado, dinámica que practican desde pequeños y permite, a la larga, que los alemanes no tengan ningún inconveniente en desenvolverse y expresar en público su opinión con total naturalidad. El profesor queda relegado a un segundo lugar. Su intervención solo es necesaria para aclarar algún malentendido. El uso de recursos digitales es prácticamente nulo. Me hago entonces la reflexión de si aquí destinamos mucho esfuerzo y dedicación a las tecnologías y nos olvidamos de que lo importante es educar a jóvenes para que aprendan de manera efectiva a pensar y razonar.
Querría acabar mi aportación al blog recomendando las estancias profesionales, como programa único para nosotros los docentes. Son dos semanas cargadas de aprendizaje en todas las dimensiones.
