Estancia profesional en el Liceo Convitto Nazionale Umberto I de Turín (Italia)

Soy Blanca Esteso, profesora de Geografía e Historia en el IES Alonso de Covarrubias de Torrijos (Toledo). Este año he tenido la oportunidad de realizar una estancia profesional gracias al INTEF. Lo que me motivó a solicitarla, fue por un lado la posibilidad de volver a visitar Italia (país en el que realicé la estancia y al que le tengo especial cariño) y por otro, el poder hacerlo en un contexto educativo.

La escuela en la que realice la estancia fue el Liceo Convitto Nazionale Umberto I de Turín. Una escuela pública que abarca desde el nivel de Primaria hasta Secundaria y que posee dos particularidades: 1) parte del alumnado puede estudiar y residir en la escuela en régimen de internado (a media pensión o pensión completa). Este alumnado son llamados “i convitti”, de ahí la nomenclatura del Liceo. Y 2) En el nivel de secundaria, el Liceo ofrece diferentes “indirizzi di studio” como el “Clásico Europeo”, el “Cambridge Internacional” o el “Scientifico Internazionale”, todos ellos con una oferta formativa de forma experimental.

Durante los 10 días de mayo en los que estuve en el centro la profesora-tutora que tuve me organizó un cuadro horario para que asistiera a clases de mi materia. Aunque pude también asistir a las clases de español y chino. Tuve ocasión asimismo de conocer y hablar con  parte del claustro de profesores y del personal de servicios. Tanto de lo que vi como de lo que me contaron obtuve información acerca de los proyectos que se llevan a cabo (viajes, intercambios, preparación exámenes DELE…), su sistema educativo, así como cuestiones ligadas a la organización del centro (sanciones, horarios, comunicación con las familias…).

De las observaciones hechas destaco varias cosas:

– Lo mucho que se trabaja la oralidad en la escuela italiana. Pues la mayoría de los exámenes son orales y no escritos.

– El que los currículos de las materias humanísticas siguen un planteamiento cronológico a lo largo de los años y es coincidente en todas las materias, de modo que se puede trabajar muy bien la interdisciplinariedad.

– El hecho de que todo el alumnado (en Secundaria) tenga que realizar de forma obligatoria 90 horas de formación/prácticas en empresas fuera del horario lectivo, como parte de su programa de estudios.

– El trato que se dan profesorado y alumnado recíprocamente. Se llaman siempre por el apellido y nunca se tutean.

Como docente, creo que la posibilidad de conocer otros contextos educativos puede ser enriquecedora. Tanto para importar a los centros educativos españoles (en la medida de lo posible) ideas/propuestas que nos hayan parecido interesantes como también para descartar otras que no nos lo hayan parecido tanto.