¿Cómo contribuye la educación superior a desarrollar el potencial innovador? Adquisición de competencias para la innovación productiva en la universidad

Es cada vez más evidente que la innovación productiva es uno de los factores clave a la hora de explicar el crecimiento económico y la mejora de los niveles de vida; a su vez, la capacidad innovadora de una economía parece estar relacionada con el nivel educativo de la población (Knabb y Stoddard (2005) y Lucas (2009)), y en particular con la educación superior.

La cuestión fundamental que planteamos en nuestro estudio consiste en identificar cómo la educación superior puede contribuir a desarrollar el potencial innovador de los futuros graduados. No estamos hablando de que los titulados universitarios hayan de inventar necesariamente algo nuevo, sino de que sean capaces de participar y contribuir en los procesos de innovación productiva de las organizaciones en las que trabajan. Más concretamente nuestro estudio analiza que métodos docentes son más efectivos para desarrollar específicamente la capacidad innovadora. Para ello utilizamos información procedente del estudio europeo Reflex que contiene datos acerca de trayectoria académica y profesional de unos 40000 graduados europeos y, en concreto, sobre el desarrollo competencial experimentado por los titulados en una batería de 19 competencias.

La literatura sobre innovación en el puesto de trabajo señala una serie de etapas necesarias en los procesos de innovación productiva que están vinculadas a cuatro competencias evaluadas explícitamente en el cuestionario de Reflex: la Capacidad para detectar nuevas oportunidades, Capacidad para encontrar nuevas ideas y soluciones, la Predisposición a cuestionar ideas propias y ajenas y la Capacidad para movilizar las capacidades de otros. En el estudio nos referimos a estas 4 como competencias para la innovación (CPIs) e investigamos el influjo que ejercen los estudios universitarios en el desarrollo competencial de las personas que han estudiado en la universidad. Para ello, utilizamos los datos de aproximadamente 5400 graduados por universidades españolas y examinamos empíricamente las relaciones que existen entre los métodos de enseñanza y aprendizaje que se utilizan en la universidad y el nivel de desarrollo experimentado por los graduados en las 4 CPI’s, es decir, en su capacidad innovadora.

Los resultados obtenidos, resumidos en el cuadro 1, apuntan a que el despliegue de métodos docentes sí ejerce una influencia determinante sobre el progreso de los individuos en cuanto a la adquisición de las distintas CPIs. Genéricamente, los resultados indican que la utilización en la universidad de métodos docentes de carácter proactivo fomenta específicamente el desarrollo de las competencias relacionadas con el potencial innovador.  El aprendizaje basado en problemas destaca como el método que mayor efecto marginal tiene en el desarrollo de las CPIs. Otro método que incide positivamente en tres CPIs son los trabajos de grupo,  hecho que sugiere que la colaboración con otras personas favorece el desarrollo de la capacidad innovadora. También contribuyen a la adquisición de determinadas CPIs las prácticas en empresa durante la carrera, las presentaciones orales de los estudiantes, la participación en proyectos de investigación y los hechos y conocimientos prácticos. Por el contrario, métodos docentes más tradicionales como los trabajos escritos, la asistencia a clase, el profesor como fuente principal de información y las pruebas objetivas no presentan una influencia significativa en el desarrollo del potencial innovador de los graduados; hay que destacar que estos métodos tradicionales se encuentran, como se ilustra en el gráfico 1, entre los más utilizados en la universidad española.

EFECTOS DE LOS MÉTODOS DE ENSEÑANZA/APRENDIZAJE EN EL DESARROLLO DE CPIs

Utilización de métodos de enseñanza-aprendizaje

Los resultados del análisis indican que la adquisición de las competencias necesarias para la innovación productiva depende de cuáles fueron los métodos de enseñanza/aprendizaje a los que las personas estuvieron más expuestas durante su trayectoria como estudiantes en la universidad. Esta constatación es relevante para todos los agentes implicados en la educación superior  y debería sugerir cuáles son las vías de actuación, desde la universidad, para potenciar y estimular la capacidad de innovación de las personas y, por tanto, de la economía y la sociedad en su conjunto.

Pedro J. Pérez Vázquez. Universidad de Valencia. Facultad de Economía. Departamento de Análisis Económico. Valencia, España

Luis E. Vila Lladosa. Universidad de Valencia. Facultad de Economía. Departamento de Economía Aplicada. Valencia, España

Enlace al artículo completo

Revista de Educación

Imagen de cabecera: Bombilla encendida de Fernando Jiménez Nieto. Obtenida del banco de imágenes y sonidos del INTEF (http://recursostic.educacion.es/bancoimagenes/web/)