Centros concertados de alto rendimiento: ¿tienen efectos académicos y sociales para sus estudiantes?

En el artículo “Medium-Term Impacts of High-Achieving Charter Schools on Non-Test Score Outcomes” Dobbie y Fryer analizan los efectos a medio plazo de estudiar en una “escuela charter” (concertadas) de alto rendimiento. Las escuelas charter tienen la consideración de escuelas públicas porque son financiadas por el Estado, pero son administradas de forma privada. No obstante, han de rendir cuentas al gestor público sobre sus resultados educativos. Desde su introducción en la década de los ochenta, el número de escuelas charter se ha incrementado de forma exponencial en Estados Unidos.

Mapa charter school eeuuLa evidencia empírica disponible indica que una escuela charter no produce mejores resultados educativos en términos de notas obtenidas por los estudiantes que una escuela pública tradicional. Diferente es el caso de las denominadas escuelas charter de alto rendimiento, donde la jornada lectiva es más extensa, los profesores de mayor calidad, se realiza un intenso seguimiento del progreso educativo, o donde los estudiantes se encuentran en grupos reducidos y homogéneos en base a sus necesidades educativas.

Los estudiantes que asisten a estos centros obtienen mejores calificaciones de las que hubiesen obtenido de haber asistido a una escuela pública tradicional o a una escuela charter normal. El artículo de Dobbie y Fryer va un paso más allá al analizar si estudiar en un centro charter de alto rendimiento tiene un efecto causal sobre aspectos no estrictamente cognitivos de los estudiantes varios años después de haber pasado por el centro. En concreto, los autores contrastan esta hipótesis utilizando información de estudiantes de reducidos recursos (escogidos al azar) que asistieron a una escuela charter de alto rendimiento en el barrio de Harlem. Al ser aleatoria la selección de los alumnos, las diferencias observadas entre alumnos asistentes y alumnos excluidos tanto en rendimiento educativo como en cualquier otra dimensión no pueden explicarse por otra causa (individual, familiar o del entorno del estudiante) que no sea la asistencia a la escuela charter de alto rendimiento.

Los resultados obtenidos sugieren que, seis años después de haber sido admitidos, la asistencia a la escuela de alto rendimiento logró mejorar el rendimiento de los estudiantes, e hizo más probable que asistiesen a la universidad, sobre todo a estudiar carreras de mayor duración. Asimismo, los autores documentan que estudiar en la escuela de alto rendimiento se reducen determinadas conductas de riesgo. En concreto, el estudio demuestra que la asistencia a la escuela charter de alto rendimiento de Harlem redujo la probabilidad de embarazo adolescente entre las estudiantes y la de estar encarcelado seis años después de la admisión entre los estudiantes varones.

En definitiva, la evidencia contenida en el trabajo de Dobbie y Fryer es relevante en cuanto demuestra que la asistencia a escuelas charter de alto rendimiento no solo incrementa el rendimiento educativo de los estudiantes, sino que también mejora las cualidades no cognitivas de los mismos, como su aversión al riesgo. Así, la rentabilidad social de este tipo de escuelas es mayor de lo que se pensaba cuando los beneficios se medían exclusivamente por los efectos de las mismas en aspectos estrictamente cognitivos.

Fuente imagen de cabecera:cuenta de flikr de Bambo.

Fuente imagen de texto: National Alliance for Public Charter Schools.