Fuente: PISA in Focus 39 “Are grouping and selecting students for different schools related to students’ motivation to learn?”
Motivación y compromiso pueden ser consideradas como las fuerzas impulsoras del aprendizaje; por este motivo los sistemas educativos necesitan asegurar que los estudiantes no solo cuentan con el conocimiento necesario para continuar su aprendizaje más allá de la educación formal, sino que tienen interés y motivación para hacerlo. PISA examina diferentes políticas educativas en relación a los intereses y/o habilidades de los estudiantes, como por ejemplo, la oferta de diferentes programas y la edad de admisión en los mismos así como el grado en que los expedientes académicos son usados en la selección del alumnado en una escuela o programa concreto.
El modo en el que el estudiante es asignado a diferentes programas o escuelas está relacionado con su motivación para aprender y puede tener consecuencias a largo plazo.
Los resultados revelan que hay una fuerte relación negativa entre el nivel de motivación de los alumnos y el grado en el que el sistema educativo los clasifica y agrupa en diferentes programas y/o escuelas. Cuando las diferentes formas de agrupación de estudiantes son examinadas, los resultados sugieren que la motivación es menor en sistemas que ofrecen mayor variedad de programas; en dichos sistemas, mayor proporción de alumnado asiste a programas vocacionales antes que académicos, el alumnado es seleccionado y agrupado a edades muy tempranas, y en su mayoría asisten a escuelas selectivas que transfieren a los estudiantes con menores logros, problemas conductuales o necesidades específicas de aprendizaje a otras escuelas. Como ejemplo, los estudiantes de Austria, República Checa y Países Bajos comienzan el proceso de selección a los 10, 11 y 12 años respectivamente, mostrando menores niveles de motivación para el aprendizaje de las matemáticas que el alumnado de países como Islandia, Nueva Zelanda, Reino Unido y Estados Unidos en los que la edad de inicio de este proceso es de 16 años.
Así, mientras que la creación de una población estudiantil más homogénea a través del agrupamiento puede permitir al profesorado dirigir el trabajo en el aula hacia las necesidades específicas del grupo, dicha selección y clasificación actúa generalmente como una forma indirecta de segregación que refuerza las diferencias socio-económicas, influyendo en las oportunidades de aprendizaje y, consecuentemente, desmotivando a un gran número de estudiantes que no sienten estar recibiendo un trato igualitario en oportunidades hacia el éxito. En efecto, esta selección implica que solo una parte de los estudiantes pueden alcanzar niveles altos de logro, corriendo el riesgo de desmotivar a aquellos que podrían encontrar mejores resultados si sus familias, profesorado y escuelas mostrasen mayores expectativas de logro hacia ellos.
Como conclusión, subrayamos que la motivación de los estudiantes es crucial para su preparación para el aprendizaje dentro y fuera de la escuela; los sistemas escolares pueden promover esta motivación manteniendo altas expectativas de logro hacia el alumnado y promoviendo prácticas y políticas inclusivas.
Más información en PISA in Focus Imagen de cabecera: Flickr.comTe puede interesar…
- ¿Cómo afecta la motivación a los resultados en PISA?
- Optimismo y motivación: ¿cuáles son las claves para un mejor rendimiento en el aprendizaje del inglés?
- ¿Influye el uso de herramientas virtuales en la motivación de los estudiantes?
España, cuyos alumnos empiezan a ser “agrupados” mayoritariamente a partir de 4º ESO (15/16 años) -“modelo anglosajón”- presenta un nivel de motivación igual de bajo que los Países Bajos (agrupación a los 12 años).
Por lo tanto, nuestro sistema presenta una paradoja que se debería abordar puesto que, según las conclusiones del informe PISA, nuestro “agrupamiento” tardío debería mejorar la motivación y, sin embargo, obtenemos una motivación similar a países con “agrupamiento” temprano.
Es un tema controvertido, pero lo que parecen indicar los estudios al respecto es que no es positivo un agrupamiento temprano. La motivación en matemáticas debe ser fomentada, ya que está demostrado que está altamente correlacionada con los resultados. Muchas gracias por la intervención.
España es uno de los países donde más tarde se aplican medidas de agrupamiento o de inclusión en otros programas. Por otro lado, la mayoría de los encuestados españoles, a la edad de 15 años, no ha experimentado muchos cambios de centro, agrupamientos por nivel o cambios de programa educativo. Tampoco podemos olvidar la desmotivación que experimenta el alumno que no puede seguir, en un grupo inclusivo, el ritmo normal de la clase y que a la larga termina afectando su rendimiento.
Sorprenden, y mucho, los resultados mostrados por el artículo. Lo que en principio parecería lo lógico no lo es. Pero como bien indican en un comentario anterior existen ciertas paradojas.Y desde luego uno de los factores más importantes en cualquier aprendizaje es la motivación. ¿Cómo podemos motivar? ¿Cuáles son las claves para lograrlo? Si el agrupamiento y la selección no sirve se debe seguir investigando.
Es un artículo interesante y contradictorio a lo que normalmente nos lleva a pensar nuestro “sentido común”, y bueno, hay que recordar que lo fundamental es la motivación, yo vivo en El Salvador y aunque nuestro sistema educativo es sumamente deficiente en comparación de muchísimos países, he tenido la oportunidad de conocer de cerca un programa orientado a la detección de jóvenes talentos en matemáticas y ciencias, en donde los chicos son seleccionados para participar pero la selección no implica necesariamente a los que lleven mejores calificaciones sino los que deseen participar y eso genera un ambiente maravilloso de aprendizaje y que los chicos quieran aprender más.
Por otro lado, en el centro de estudios donde trabajo, he visto grupos donde hay alumnos con rendimiento bajo y con rendimiento alto y es frecuente, ver que los alumnos con un bajo rendimiento se sientan motivados a superar sus promedios, para poder alcanzar a los alumnos más ventajosos y no quedarse rezagados.
Así que como todo en esta vida, tendremos una parte buena y una mala en agrupar a los alumnos, solo debemos buscar y potenciar siempre la parte buena.
Buenos días Rhina. Agradecerte la reflexión que nos haces llegar desde el Salvador. Siempre es interesante conocer diferentes aspectos de la vida educativa en otros contextos del mundo.
Un saludo
Opino que los agrupamientos a edades tempranas funcionan mejor que los que seleccionan a los alumnos en edades más tardías; eso sí, siempre y cuando que se cuente con un programa académico adecuado a los diferentes grupos y dejando “puertas” abiertas a un cambio de itinerario educativo para aquellos alumnos en los que el agrupamiento no haya sido del todo acertado (por inmadurez o por otras causas). El agrupamiento tardío da lugar, como en el caso de España, a que los niveles de las enseñanzas se adecuen al nivel más bajo del alumnado presente en el aula, con lo que se desmotiva y perjudica al alumnado de mayor nivel. Y, por otro lado, estamos privando a alumnos con otros intereses muy diferentes a los académicos de una formación adecuada. El otro problema que hay en España es que, no existe una alternativa atractiva y que funcione.
Está claro que los alumnos que están en una escuela con otros alumnos de su mismo nivel tienen más dificultades para progresar y menos opciones para obtener un mayo rendimiento acorde a sus capacidades reales.
A veces, la falta de expectativas es acentuada por las familias, que consideran que estudiar no les va a ayudar a progresar en la vida. Muchas familias ni siquiera se plantean darles a sus hijos unos estudios superiores.
Aparte de los condicionantes del entorno familiar, hay que tener en cuenta también otros factores:
– La presión social de los amigos y el riesgo de exclusión del grupo. Si hay alguien que destaca en el grupo, los demás pueden ignorarle o quitarle sus ganas de avanzar, se le considera el “raro” del grupo. Esta persona puede rebajar sus expectativas o deseos para evitar el rechazo y seguir siendo parte del grupo.
– El profesorado puede negarle al alumno la ayuda que necesita, por falta de tiempo, conocimientos, medios, estrategias, etc.
– Las autoridades educativas no tienen medios para atender las necesidades de todos los alumnos y se producen agrupaciones o movilidades no deseadas. Por ejemplo, los alumnos con un mismo tipo de problema van a parar al mismo centro, lo cual dificulta la integración y fomenta la creación de grupos marginales de alumnos.
– A veces, los profesores junto con la administración educativa debe aconsejar a la familia el traslado del alumno a otro centro, la inmersión en algún programa de adaptación o la promoción a un curso superior para comprobar las capacidades reales del alumnado. Este proceso debe durar varios años y realizarse bajo un exhaustivo control de notas, comportamiento en sociedad, nivel de motivación, implicación de la familia, desarrollo psicológico, educación en valores…La última decisión tienen que tomarla la familia junto con el alumno.
Hola. Soy profe de mates y me ha llamado la atención esta publicación. Me ha llamado la atención por muchos motivos. El primero es que se realiza un estudio de la relación entre dos variables, elaborando una recta de regresión que supuestamente se aproxima a la relación entre las dos variables, sin embargo no se publica ningún coeficiente de correlación que permita establecer el grado de relación entre esas dos variables, en el texto se asegura que existe una “fuerte relación negativa” y a simple vista da la sensación de que esa relación es muy débil, en mi opinión próxima a cero. En segundo lugar analizar la variabilidad de resultados que me permite deducir que no existe ningún tipo de relación entre estas dos variables. Por ejemplo, si fijamos el nivel clasificación del alumnado en +0,3 podemos ver que la motivación del alumnado puede ser desde casi -0,2 (Indonesia) hasta casi +0,4 (Singapur). También podemos fijar el nivel de motivación, por ejemplo el caso de España, de aproximadamente -0,5 y ver que los niveles de selección varían desde -0,9 (Espña) hasta 0,5 (Alemania). Estos datos permiten deducir que no existe relación entre estas dos variables y que la motivación del alumnado no está relacionada con el nivel de selección del alumnado, sino que se debe a otros factores. Los estudios estadisticos deben de tener más base científica y ser mucho más rigurosos, para eso existen variables estadísticas que permiten comprobar las afirmaciones. Muchas gracias