La Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) apunta a un sistema de evaluación de las competencias al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria y el Bachillerato que sea (I) externo a los centros educativos y (II) estandarizado para todas las comunidades autónomas. Es decir, serán pruebas objetivamente comparables y tendrán el potencial de una mayor rendición de cuentas en el sistema educativo.
En el boletín EducaINEE número 29 se analizaba la evidencia existente de los efectos de los exámenes externos en los resultados académicos de los estudiantes. El foco del boletín EducaINEE 37 es el impacto de un sistema de rendición de cuentas sobre la efectividad de las escuelas a través de dos casos que adquieren relevancia por su carácter experimental: la experiencia en Gales e Inglaterra y el caso de la Comunidad de Madrid con la introducción y publicación de las pruebas externas en el año 2004.
Durante los años 1992 a 2001, tanto en Gales como en Inglaterra, se instauró un sistema formal de rendición de cuentas donde se publicaba anualmente el rendimiento escolar de los estudiantes de cada escuela en las últimas pruebas realizadas. Fue a mediados de 2001 cuando Gales decidió dejar de publicar dichos resultados mientras que Inglaterra continúo el proceso.
Serán Simon Burgess, Deborah Wilson y Jack Worth (2010) los que compararán ambos casos buscando estimar el impacto de esta publicación de datos sobre la efectividad escolar, viendo (Gráfico 1) la ralentización en Gales en el ritmo de mejora con respecto al mostrado por Inglaterra.

Gráfico 1: Puntuaciones promedio de la prueba GCSE en Inglaterra y Gales, 2000-2008
Fuente: Burgess, Wilson y Worth (2010). Nota: GCSE es el Certificado General de Educación Secundaria del Reino Unido.
El efecto estimado es una caída anual de 1,92 puntos en la puntuación de la prueba GCSE (Certificado General de Educación Secundaria del Reino Unido) por estudiante, encontrándose además gran heterogeneidad entre las escuelas, lo que aumenta la desigualdad educativa.
La Comunidad de Madrid introdujo la prueba externa CDI (Prueba de Conocimientos y Destrezas Indispensables) en el curso académico 2004/05, con el objetivo de evaluar el conocimiento adquirido en Lengua y Matemáticas durante el curso. Brindusa Anghel, Antonio Cabrales, Jorge Sainz e Ismael Sanz (2012) publicaron un artículo sobre el análisis de los efectos de esta medida sobre los resultados PISA, comparando la Comunidad de Madrid con el resto de comunidades autónomas, viendo una mejora relativa en los resultados globales de PISA en comprensión lectora de la Comunidad de Madrid entre 2000 y 2009, de 14 a 17 puntos.
Después de la introducción de la prueba estandarizada, la evolución del grupo de control sintético (grupo control) es diferente de la del grupo de tratamiento (ver Gráfico 2). En particular, se puede
ver que su comportamiento es peor que el “Madrid real” (17,24 puntos de diferencia en PISA), creciendo dicha diferencia con los años.

Gráfico 2: Evolución del Madrid real y del Madrid sintético en comprensión lectora en 2000, 2003, 2006 y 2009.
Fuente: Anghel, Cabrales, Sainz y Sanz (2012).
Así, los resultados de estas investigaciones aportan evidencia acerca del rol que la publicación de pruebas externas puede tener sobre la rendición de cuentas de los centros educativos.
Destacar la preocupación existente sobre la posibilidad que estas pruebas tienen de generar segregación social ya que indirectamente informa a los padres sobre qué centros tienen más concentración de estudiantes de entornos socioeconómicos aventajados. Sin embargo, en el estudio centrado en Gales los autores encuentran que las reformas en ese territorio no generaron un impacto significativo en este sentido.
Para terminar, subrayar que la publicación de los resultados no tiene consecuencias académicas para los estudiantes, dado que el mecanismo de mejora de los resultados proviene del efecto que la publicación de las pruebas tiene en la motivación en los docentes y directores de los centros.
Para más información:
- Anghel, B., Cabrales, A., Sainz, J. y Sanz, I. (2012), “Publicación de los resultados de las pruebas estandarizadas externas: ¿Tiene ello un efecto sobre los resultados escolares?” en La educación en España, una visión académica, Cabrales, A. y Ciccone, A. (Coordinadores), Fedea monografías.
- Burgess, S., Wilson, D. y Worth, J. (2010), “A natural experiment in school accountability: the impact of school performance information on pupil progress and sorting”, CMPO Working Paper Series No. 10/246, University of Bristol, Octubre.
- EducaINEE (2014), Boletín de Educación número 29, “Los exámenes externos de final de ciclo”, Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, Marzo.
Imagen de cabecera: es.wikipedia.org
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La lectura de este artículo me hace establecer inevitablemente un paralelismo entre dos situaciones distintas y sólo aparentemente inconexas: las evaluaciones en el sistema educativo y las actuaciones musicales. Por un lado está la relación entre la publicación de los resultados de las pruebas externas, objetivamente comparables, y la mejora de los resultados académicos generales de los centros, localidades, comunidades autónomas, países.
Marcarse metas que superar, entrenarse para esa actividad a base de ejercicios modelo, hacer simulacro de pruebas CDI o PISA, no hay duda de que finalmente mejorará los resultados. El peligro está en que, como en el caso de la Prueba de Acceso a la Universidad (PAU), todo un curso de Bachillerato se diseña y planifica en función del entrenamiento sistemático para superar la prueba. El Bachillerato consta, pues de un curso, el primero, y un proceso de entrenamiento intensivo para superar una prueba, logro que ya de por sí es muy loable, pero cuyo planteamiento es un poco tramposo.
Así pues, ensayos, por supuesto que sí. Todos los que hace un músico para sí, para su profesor, para su familia o para un grupo limitado de gente no es el objetivo final del trabajo que hacen profesor y alumno. El gran objetivo está en hacer eso mismo ante un amplio auditorio. Cuanto mayor sea este, mayor es la presión para hacerlo bien y mayor el mérito de una buena actuación. Cuanto más transparentes y comparables puedan ser los resultados de las pruebas internas o externas del sistema educativo, cuanto más se entrenen estas, más presión para quedar bien ante más gente.
Has realizado un paralelismo que podría aplicarse, pero solo parcialmente. En el concierto, la meta final es que ese día la música suene perfectamente. En la educación, sin embargo, la meta no puede ser el test, sino el desarrollo de competencias para la vida actual y adulta. Por ello, la transparencia del sistema es un elemento más que contribuye a mejorar ese proceso de adquisición y desarrollo de las competencias.
Muchas gracias por la aportación, Antonio.
Es evidente que la cultura de rendición de cuentas está mucho más extendida en otros países como Inglaterra. En principio, estoy de acuerdo con ello aunque cómo siempre nunca se sabe qué utilización va hacerse de los resultados. La transparencia debe ser un requisito imprescindible en su realización y posterior publicación. Sin embargo, todos sabemos que de un mismo dato pueden hacerse múltiples interpretaciones. Además, para que esos resultados se transformen en una oportunidad de mejora es preciso contar con los recursos y apoyos adecuados. Por lo tanto, estamos hablando de un parte de todo el proceso de cambio.
Buenos días Óscar. Muchas gracias por tus comentarios y por tu opinión. Siempre valoramos las opiniones que nos llegan por parte de docentes o personas relacionadas directa o indirectamente con el mundo de la educación.
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Estoy obviamente a favor de las pruebas de evaluación externa, y creo que de ellas se pueden sacar conclusiones útiles que ayuden a la mejora de los rendimientos del alumnado, pero como siempre, los resultados son difícilmente interpretables desde un punto de vista objetivo. Depende de factores tan subjetivos como la ideología, no solamente política, sino educativa también, y este factor hace que debamos ser muy cuidadosos a la hora de clasificar escuelas según los resultados obtenidos. Hay centros que preparan a su alumnado de un modo más o menos encubierto, para obtener buenos resultados en estas pruebas, y otros que no. Aparte de una estadística de resultados pura y dura, echo en falta unas indicaciones, un “¿y ahora qué?”, que guiase a una mejora verdadera.