Descentralización de la educación: ¿dónde se sitúan los Ayuntamientos?

La apertura al diálogo y la discusión entre los distintos niveles de la Administración educativa resulta imprescindible para favorecer el consenso alrededor de las competencias y responsabilidades de los niveles centrales, territoriales, municipales y del centro educativo. El debate entre centralización y descentralización de la educación habitualmente se ha venido relacionando con las realidades históricas, sociales, políticas, económicas y culturales de los distintos contextos y su desarrollo ha seguido tradiciones diversas que han reforzado varias opciones como la gestión basada en la escuela, las políticas de territorialización, los procesos de municipalización de la educación o la potenciación de la autonomía institucional.

El artículo “La implicación de los Ayuntamientos en una educación descentralizada”, publicado en el número 366 de la Revista de Educación, contribuye a la reflexión y el análisis sobre estas cuestiones y otras como la participación de los municipios ante el desarrollo de la política educativa española en las últimas décadas. Resulta de interés por cuanto proporciona argumentos a favor y en contra de la centralización y la descentralización educativa; a la vez que hace un recorrido histórico sobre la implicación de los Ayuntamientos en la educación, reparando en sus posibilidades, limitaciones y realidades desde las visiones educativas y estrictamente legislativas.

El texto presenta una propuesta de Modelo para analizar el estadio de desarrollo educativo que pueden tener los municipios a partir de la implicación de los Ayuntamientos. El Modelo determina hasta cuatros estadios que vienen a representar la diversidad de situaciones más características en las que transitan las realidades municipales: los Ayuntamientos se desentienden de la educación, cumplen con sus obligaciones, se comprometen o actúan como agentes transformadores de la realidad socioeducativa (Ver Figura 1).

La propuesta trata de favorecer el diagnóstico, el impulso de programas de cambio y la evaluación de la innovación en relación con la realidad educativa de los municipios. Bajo esta óptica, pueden situarse iniciativas como la realización de un mapa de la actividad educativa de los municipios o la identificación de buenas prácticas coherentes con los distintos estadios de desarrollo educativo que se consideran. No obstante, el problema no es tanto el diagnóstico como la mejora y, por eso, aquello que el Modelo proporciona a los Ayuntamientos, y particularmente a responsables técnicos y gestores de las políticas educativas municipales, es una herramienta para la detección del nivel de implicación educativa, la promoción de nuevos niveles de participación y la evaluación de las mejoras logradas.

El rol desempeñado por los Ayuntamientos para favorecer el desarrollo educativo de los municipios, y para elevar la educación a la categoría de prioridad municipal, depende, especialmente, de la voluntad política y comunitaria, la autonomía disponible y el propio compromiso con la educación; que, necesariamente, deben ser mayores en la medida que se aspira al avance hacia los estadios superiores. A partir de ahí, también se plantean algunos retos para el debate y el futuro como la conveniencia de promover una mayor autonomía institucional, el establecimiento de mejores relaciones entre el desarrollo educativo y el desarrollo social o el impulso de la colaboración y el trabajo conjunto para construir municipios que acontezcan fuentes de aprendizaje.

FIGURA I. Modelo de estadios de desarrollo educativo de los municipios.

FIGURA I. Modelo de estadios de desarrollo educativo de los municipios.

 

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José Luis Muñoz Moreno (Universidad de Valencia)

Imagen de cabecera: Composición M.Lorena Pedrajas (INEE)

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