¿Cuál es el impacto de la crisis económica en el gasto público en educación?

La educación es la mejor protección contra la crisis.

La crisis económica ha reforzado el valor de la educación. El nivel educativo alcanzado ha tenido siempre un gran impacto en la empleabilidad y la crisis financiera ha fortalecido este efecto aún más. En promedio en los países de la OCDE, el 4,8% de los individuos con un título terciario estaba desempleado en 2011, comparado con el 12,6% de los individuos que no había finalizado la Enseñanza Secundaria. Además, entre 2008 y 2011 la brecha de desempleo se amplió: la tasa de desempleo para los adultos con bajos niveles de educación aumentó en casi 3,8 puntos porcentuales, mientras que se incrementó 1,5 puntos porcentuales para los que habían obtenido niveles educativos superiores.

La educación es más importante que nunca. Sin embargo, la crisis está presionando los presupuestos públicos. Esta presión se siente especialmente en la educación primaria y secundaria porque a estos niveles, la financiación pública representa en promedio el 92% de la financiación total. Pero ¿cuál ha sido el impacto real de la crisis económica en el gasto público y cuándo aparecieron los primeros efectos?

Un efecto tardío…

Uno podría haber esperado ver sistemas educativos en los países de la OCDE atravesando serios recortes presupuestarios tan pronto repercutió la crisis en 2008. Sin embargo, varios países continuaron inicialmente incrementando el gasto público en instituciones educativas, bien en un esfuerzo para compensar los efectos de la crisis o porque habían ya decidido sus presupuestos antes del comienzo de la crisis.

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Sin embargo, la situación ha sido menos positiva desde 2010. Un número creciente de países ha implementado medidas de austeridad como consecuencia de la consolidación fiscal. Aunque el PIB aumentó en la mayoría de los países de la OCDE entre 2009 y 2010 (en promedio en un 3%), el gasto público en instituciones educativas se incrementó solo un 1% en promedio y cayó en más de un tercio de los países de la OCDE. En algunos casos la caída fue simplemente debida al ajuste a los cambios demográficos, pero para la mayoría la caída se correspondió con los primeros recortes de la crisis de los presupuestos educativos.

El gasto público en educación en la encrucijada.

A medida que nos adentrábamos en la crisis, aumentaba la presión en los presupuestos en general, requiriendo a los gobiernos priorizar entre educación y otros sectores públicos claves, como salud, desempleo y política social.

Uno de los puntos fuertes de la problemática expuesta se encuentra reflejado en el salario docente. Los salarios de los profesores representan alrededor de dos tercios del gasto público en educación, lo que explica porqué en algunos países las primeras señales de una desaceleración tuvieron un impacto directo en el pago salarial. Los salarios fueron congelados o recortados entre 2009 y 2011 en 12 de 15 países de la OCDE. En promedio en estos países, los salarios de los profesores en Enseñanza Primaria y Secundaria disminuyeron en términos reales cerca del 2% entre 2009 y 2011, la primera caída desde el 2000.

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Cuando la economía está en crisis, y el desempleo para los graduados es alto, la carrera docente podría ser una opción más segura y atractiva que otras ocupaciones, pero las reducciones significativas de los salarios también puede tener un impacto negativo en un intento de atraer los mejores estudiantes a la profesión docente. Como consecuencia, para los países será más difícil mantener la calidad del aprendizaje en el futuro.

La inversión en educación deberá ser mucho más eficiente.

La presión en los presupuestos públicos se ha tornado significativa en varios países desde 2010. La investigación reciente sugiere que la tendencia observada en 2010 de bajar el gasto público en
educación ha continuado (European Commission/EACEA/Eurydice, 2013). También muestra que más países de la OCDE recortarán su gasto público en educación en los próximos dos años.

En tiempos de presión en los presupuestos públicos, se deben tomar decisiones y varios países de la OCDE enfrentan desafíos para mantener o mejorar la calidad del aprendizaje con menores recursos. Será crucial invertir los recursos públicos más eficientemente en los próximos años. Por ejemplo, los fondos asignados a la formación docente – tanto inicial como continua – pueden ser beneficiosos para mejorar el rendimiento de los sistemas educativos.

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Para más información…

M. Lorena Pedrajas (INEE)

Imagen de cabecera: Education Indicators in Focus 18

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