Por Dirk Van Damme, Director Director del Departamento de Innovación e Indicadores de Progreso de la OCDE.
Nota: Este post es una traducción al español del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE), basada en la versión original en Inglés disponible en este enlace. Mayor nivel educativo reporta mejores perspectivas laborales, mejores niveles promedio de ingresos y se asocia con una mejor autopercepción de salud, capital social y participación política. Año tras año, la publicación Panorama de la educación proporciona evidencias de que el rendimiento educativo se relaciona con los resultados económicos y sociales, y la crisis económica ha puesto de manifiesto la relevancia de estos resultados. El coste social de la crisis, en términos de desempleo y pobreza, ha sido especialmente alto para aquellas personas que carecían de la seguridad que la educación parece garantizar a aquellos con altos niveles educativos.El dato más reciente de desempleo procedente de la OCDE (noviembre de 2014) muestra que las tasas de desempleo permanecen prácticamente estables en los niveles altos y que hay pocas posibilidades de una mejora significativa. El informe de Panorama de la educación recientemente publicado, que incluye datos de 2013, muestra que el riesgo relativo de desempleo continúa siendo muy alto entre los adultos con un nivel educativo bajo. En promedio, en los países de la OCDE, el 13,7% de aquellas personas que no alcanzaban el nivel de secundaria superior estaban desempleados, comparado con el 5,3% correspondiente a los individuos con educación terciaria y el 8% entre aquellos con educación secundaria superior o post- secundaria no terciaria.Los países tienen muy buenas razones para evitar que la gente joven caiga en la trampa de entrar al mercado laboral y en la etapa adulta sin una buena cualificación; de hecho, muchos países han identificado el problema del abandono temprano de la educación y la formación como uno de los mayores retos educativos. A la luz de estos datos, podemos comprender la amplitud del problema: en promedio, en los países de la OCDE con datos disponibles, el 16,8% de las personas de 25 a 34 años empiezan la vida laboral sin un nivel mínimo de cualificación; al menos uno de cada seis jóvenes en 13 de los países de la OCDE -incluidos Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, Nueva Zelanda y Países Bajos- carece de cualificación, lo que supone un grave riesgo para las sociedades y sus mercados laborales.Tras haber extendido sus sistemas educativos terciarios, muchos países han observado como el porcentaje de personas entre 25 y 34 años que alcanzan la educación terciaria ha aumentado a lo largo de los años, aunque el porcentaje de personas jóvenes con nivel educativo bajo no ha disminuido de manera semejante. Entre 2005 y 2013, la media anual de crecimiento en el porcentaje de personas jóvenes con educación terciaria (0,94 puntos porcentuales) fue casi el doble de alta que la disminución del porcentaje de gente joven que no tienen una cualificación de educación secundaria superior (0,50 puntos porcentuales). Además, esto significa que el porcentaje relativo de estos jóvenes con nivel educativo medio ha disminuido en 0,46 puntos porcentuales de media por año.
Podemos encontrar algunos ejemplos de países con altas tasas, tanto de jóvenes con educación superior como jóvenes con un nivel educativo bajo. En España, por ejemplo, el 41,1% de jóvenes entre 25 y 34 años han alcanzado el nivel educativo terciario y el 34,9% de los individuos de esta edad no tienen una cualificación de secundaria superior. Austria, Eslovenia, República Checa y República Eslovaca tienen un perfil opuesto con una proporción baja de jóvenes con niveles educativos inferiores, alta proporción de jóvenes con educación secundaria superior y una proporción comparativamente inferior de jóvenes con nivel educativo terciario.
Sin lugar a dudas, esto supone un progreso: el grupo de gente joven sin cualificación disminuye con el paso del tiempo, pero este progreso es lento y está desigualmente distribuido entre los países. En Grecia, Luxemburgo, Portugal, Reino Unido y Turquía, la tasa de gente joven sin ninguna cualificación ha decrecido 1,2 puntos porcentuales de media entre 2005 y 2013; por el contrario, en Dinamarca, Estonia, Noruega y Suiza, el porcentaje de gente joven en edad laboral que no tiene cualificación se incrementó durante el mismo período.
El mensaje es claro: si los países quieren mejorar de forma sostenible e inclusiva el crecimiento económico y el progreso social deberían, no solo expandir sus sistema de educación terciaria sino, además, trabajar en la reducción de la tasa de gente joven con niveles educativos bajos. Ignorar a una parte importante de esta población, dejándola sin protección educativa frente a los riesgos de desempleo, precariedad laboral y exclusión social, derivará en una reducción de las ventajas conseguidas gracias al alto rendimiento educativo alcanzado por aquella parte de la población con estudios superiores. El progreso debe reflejar una mejora en el conjunto del país.
Para más información…
Imagen de cabecera: Education at a Glance Interim Report 2015
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La obligación de escolarizarse se concibe como un derecho y una conquista social: el derecho a integrarse en el modelo educativo vigente teniendo las mismas oportunidades que los demás.
Pero los hechos muestran que las oportunidades no son las mismas o que, incluso siéndolo, el modelo no funciona para todos por igual. Porque la forma de ser educado a la que se tiene derecho en nuestro país produce un 23,5% de abandono escolar temprano, de manera que casi la cuarta parte de los jóvenes españoles de 18 a 24 años dejan los estudios en cuanto pueden hacerlo, con título de ESO o sin él. Muchos dirían que no quieren hacer el esfuerzo de seguir estudiando, pero también podría decirse que no quieren que se les eduque más. O al menos que se les eduque de esa manera.
http://www.otraspoliticas.com/educacion/educacion-obligatoria
Depende el tipo de escuela de barrio, de un montón de variables para garantizar que no haya un abandono escolar.
El derecho a opinar sobre la calidad del sistema educativo español, no exime del derecho a educarse y la obligación de hacerlo como ciudadano. No aprovechar el dinero que esa misma persona aporta con sus impuestos, no contribuye al cambios,sino todo lo contrario, y además la deja sin recursos personales para generarse a así misma recursos económicos (y culturales, y de salud,…) futuros.
No es aceptable (no debería serlo) anteponer el derecho a queja, al derecho a la educación, argumentando en el siglo XXI, que no gusta el sistema. Afortunadamente tenemos una gran variedad de centros públicos, concertados y privados (un de los país es con mayor heterogeneidad y porcentaje, en la titularidad de los centros) que permiten elegir el centro donde estudiar, la pregunta siguiente sería ¿cómo hacemos la elección de centro?, por singularidad, por excelencia, por cercanía al domicilio, por tutularidad, ¿nos quejamos después de valorar éstas variables?, ¿todos los centros los consideramos iguales?, muchas preguntas con una sóla respuesta, todo alumno debe ir motivado a aprender, porque el aprendizaje en sí debe ser una motivación personal (como esperanza de un futuro mejor), de la misma forma que todo profesor debe ir motivado a enseñar, porque un trabajo vocacional es una motivación en sí, lo que significa, que eliminamos gran parte de la barreras que unos y otros aportan al sistema educativo, nadie depende de nadie para aprender o enseñar, porque cada uno hace lo que cree que debe hacer (siendo compatible con el derecho a queja, sugerencia u oportunidad de mejora)
Es importante trabajar, para que el alumnado consiga titulaciones, adquiera unos conocimientos que le permitan poder optar a puestos de trabajo que les resulten gratificantes además de económicamente, personalmente.
Se ha podido comprobar ahora, durante la crisis, que todos aquellos alumnos que abandonaron la educación sin titular, donde la mayoría de ellos que colocó en la construcción, se encuentra con grandes problemas para conseguir un trabajo, si no han mantenido el que tenían.
Es necesario que se invierta en educación, para que posteriormente esto aparezca reflejado en la sociedad.
El parámetro medido es muy objetivo y fácilmente cuantificable por las administraciones educativas, se puede ver la evolución en los países de la OCDE los porcentajes de población con determinados niveles de estudios y las conclusiones son bastantes claras. Sin embargo, estos valores son absolutos. ¿Se tiene en cuenta la necesidad de emigrar de ese porcentaje de la población con alto nivel de cualificación debido a la escasez de empleo en nuestro país? ¿Se evalúa el gasto económico y social invertido en este grupo y su consecuente pérdida al tener estos que salir al extranjero?
Estas cuestiones creo que también deberían tenerse en cuenta para tener una idea global sobre la evolución de la educación en los países y deberían tomarse medidas al respecto.
Buenos días Antonio. Lo primero de todo, muchas gracias por tus comentarios.
Nos gustaría remitirte al informe completo español de Indicadores de la OCDE en el Panorama de la Educación, (http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/indicadores-educativos/panorama2014/panorama2014web.pdf?documentId=0901e72b81b20622) así como al informe resumido (http://www.mecd.gob.es/dctm/inee/indicadores-educativos/panorama2014/educaineesept2014n3805-09-2014.pdf?documentId=0901e72b81a72073) donde podrás encontrar el origen de los datos analizados en detalle.
También te remitimos a la página oficial de la OCDE de “Education at a Glance 2014” (http://www.oecd.org/education/eag.htm), donde se publicará a finales de este año 2015 los resultados actualizados.
Recordarte que estamos a tu disposición para cualquier duda que pueda surgir.
Un cordial saludo
Creo que es fundamental que los profesores nos esforcemos para que los alumnos alcancen sus titulaciones, ya que es cierto que sin una ayuda económica es bastante dificil.
De hecho se ha comprobado que auellos alumnos que han abandonado sus estudios, tienen serios problemas con la crisis de encontrar trabajos estables, y si los encuentran es de tiempo parcial y con sueldos nefastos.
Buenos días Esther. Muchas gracias por tus comentarios y el interés mostrado en el tema.
Como bien dices, es fundamental el esfuerzo no sólo por parte de los profesores sino también por parte de todo el sector educativo. Desde el INEE intentamos mejorar cada día y estar abiertos a nuevas sugerencias con el fin de mejorar el funcionamiento del sector educativo.
Estamos a tu disposición para cualquier duda que pueda surgir.
Un saludo.
De la información mostrada, llama mi atención que España en la franja de entre 25 y 34 años, el porcentaje de personas con nivel de estudios de Educación Secundaria y Post Secundaria no Terciaria es el segundo más bajo (24%) Esto me lleva a la reflexión de que se debiera fomentar la Formación Profesional y que faltan programas dirigidos al espectro de personas incluidas en la mencionada franja del estudio.
Sorprende que teniendo un 41 % de personas con Educación Terciaria, la crisis económica haya impactado tan severamente en la Sociedad Española, lo que a mi juicio se debe, además de lo expuesto, a unos Modelos Educativos que no acaban de tener el consenso que debieran ya que son cuestión de Estado. También me entran dudas sobre que nuestros gobernantes estén realmente convencidos de que la inversión en Educación es la más rentable para un país.
De acuerdo con prácticamente todo el análisis expuesto en la entrada. El APRENDIZAJE A LO LARGO DE TODA LA VIDA es, además el objetivo de las políticas europeas en los últimos años. De este modo, se intenta ir más allá del aprendizaje terciario, extender el aprendizaje como base de mejora de adquisición, mantenimiento o promoción hacia un mejor empleo. El aprendizaje terciario en España se ha ido ampliando y mejorando pero no obstante, estoy de acuerdo con el artículo cuando menciona los malos resultados en lo que respecta a ABANDONO TEMPRANO en la Educación secundaria obligatoria y post-obligatoria. La base de una buena educación condiciona la mejora en las condiciones de trabajo y en la calidad de éste.
Solo añadiría a la entrada que la diferencia con otros países del entorno radica en que una sólida y bien planificada formación hasta un nivel TERCIARIO NO SIEMPRE garantiza en nuestro país una INCORPORACIÓN en condiciones razonables y acordes a aquella. Este hecho se ha visto notablemente marcado por la CRISIS ECONÓMICA. Por lo tanto, al idiosincracia propia de cada zona debería también condicionar las POLÍTICAS EDUCATIVAS GLOBALES de los países en la OCDE.
Carlos Cortés
En efecto, el artículo se centra en la diferencia entre la obtención de buenos resultados académicos típica de la población que podemos considerar culta y rica con respecto a los mediocres y desesperanzadores que logran los alumnos provenientes de las clases sociales más depauperadas y con menor nivel cultural y académico.
De hecho, los datos fríamente estadísticos corroboran dicho argumento. Enseguida se observa en el texto afirmaciones como que “A la luz de estos datos, podemos comprender la amplitud del problema: en promedio, en los países de la OCDE con datos disponibles, el 16,8% de las personas de 25 a 34 años empiezan la vida laboral sin un nivel mínimo de cualificación; al menos uno de cada seis jóvenes en 13 de los países de la OCDE -incluidos Dinamarca, Francia, Italia, Noruega, Nueva Zelanda y Países Bajos- carece de cualificación, lo que supone un grave riesgo para las sociedades y sus mercados laborales”.
Es más que evidente que la igualdad de oportunidades en nuestra sociedad actual es una quimera que supera con mucho la “Utopía” de Tomás Moro, pues mientras no se permita a cualquier individuo, pertenezca a la clase social que pertenezca, acceder a un nivel educativo y cultural digno y con el que pueda desenvolverse en la vida, le estaremos condenando, entre todos, a una existencia precaria dominada por amplias fases de desempleo y de exclusión social. Y de eso todos seremos culpables: unos, los gobernantes y empresarios, por interés o acción, y otros, los “currelas”, por silencio cómplice u omisión. No dejemos que nuestros políticos “jueguen” con el sistema educativo al albur de ideologías, sino pensando, precisamente, en lo que resulta mejor para el desarrollo personal del ser humano, pues de su mejora dependerá, sin duda alguna, la prosperidad de toda una sociedad.