Primera aproximación a los conocimientos financieros en la educación primaria. Análisis y evaluación

La educación financiera fue introducida en el área de ciencias sociales en el currículo básico de educación primaria a través del RD 126/2014 de 28 de febrero. La educación financiera es un concepto que se ha incorporado recientemente a las preocupaciones de los gestores y políticos de la educación. En nuestro país la experiencia se inició hace menos de una década en el ámbito de la educación secundaria y, en dicha área, se han elaborado algunos materiales que pueden ser de mucha ayuda para los profesores[1]. Pero la introducción en la educación primaria es mucho más lenta. No faltan modelos internacionales donde recoger información, el caso de Nueva Zelanda, o de Escocia son ejemplos a tener en cuenta. Sin embargo, y pese a la importancia de contar con experiencias en otros países, es recomendable realizar una investigación previa sobre el actual nivel de conciencia financiera, para detectar qué problemas en particular tienen que abordarse (tal y como recomienda el Principio 2 en la Comunicación de la Comisión Europea sobre la Educación Financiera, COM(2007) 808).

La investigación preliminar que presentamos ha sido realizada como un Trabajo de Fin del Grado de Administración y Dirección de Empresas de la Facultad de Economía y Empresa de la UB por Antoni Olivan y ha estado dirigida por la Dra. Yolanda Blasco. El mismo tuvo como objetivo fundamental recoger información de una muestra de estudiantes de 5º y 6º de primaria para evaluar el nivel de sus conocimientos sobre los ítems que señala el Real Decreto que deberían abordarse[2]. El trabajo se desarrolló en escuelas primarias, públicas y privadas, de la ciudad de Barcelona. El criterio de selección fue, en primer lugar por renta, de modo que se dividió Barcelona en 5 zonas y se eligieron 2 colegios por zona, uno público y otro privado/concertado[3]. El tamaño de la muestra necesaria para que fuese representativa exigía 385 estudiantes y finalmente se obtuvieron un total de 519 encuestas a estudiantes de cursos de 5to y 6to de primaria, el error final fue de ± 4,4%.

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La encuesta fue elaborada con objeto de identificar los conocimientos que los estudiantes tenían acerca de los conceptos que se relacionan en el RD (gasto, ahorro, consumo, dinero…). En concreto, la encuesta que se pasó a los estudiantes identificaba la edad y el sexo de los estudiantes y a continuación se les planteaban 5 preguntas. En la primera se trataba de ver si conocían el precio del agua, de una casa y de la felicidad. En las tres preguntas siguientes se buscaba conocer si los estudiantes podían identificar correctamente los conceptos de ahorro, inversión y gasto. Por último se incluía una pregunta para conocer si eran capaces de identificar el concepto de dinero. En la misma se incluían monedas y billetes, tarjetas y la imagen de dos personas que representan figuras de actualidad, Justin Bieber y Cristiano Ronaldo. Conocimientos_financieros_encuestaLos resultados nos indican que tan sólo un 36% de los alumnos encuestados aproximan lo que cuesta el gasto del agua al mes[4]. Sin embargo, considerando que algunos adultos no sabrían decir el precio aproximado del agua al mes, preferimos anotar que tan solo un 1% no es consciente del gasto económico del agua. Algo positivo, ya que, la primera intención al construir la pregunta era conocer si los alumnos eran conscientes del gasto que provoca el agua. Por otro lado, 5 de cada 10 alumnos reconocen el precio de una casa, mientras que un 29% de los alumnos que viven en la ciudad de Barcelona piensan que una casa vale 50.000€. La sorpresa viene en el momento en el que observamos que un 14% de los niños y niñas de quinto y sexto de primaria creen que una casa vale 10.000 €, mientras que el 7% restante dice que el valor es de 1.000 € (este último valor puede ser debido a no relacionar el precio con la casa, o bien, en pensar en alquiler o hipoteca, es decir, un problema de comprensión lectora). Sobre la felicidad, menos de un 5% le puso precio.

En referencia al ahorro, un 41% de los alumnos reconocieron correctamente el significado del ahorro y, tan solo, un 1% señalaron no entender la palabra. Por tanto, el 58% restante incluyeron en su respuesta alguna situación en la que no se ahorra o solo marcaron una de las dos correctas. Más concretamente, un 22% piensan que solo se ahorra cuando guardas el dinero en el banco, mientras que un 15 % piensan que sólo ahorran en el instante en el que guardan dinero en una hucha. El resto confundieron el ahorro con el consumo o con la inversión.

La siguiente pregunta trataba de identificar en qué situación se produce una inversión. Era quizás la pregunta más complicada para niños y niñas de entre 10 y 13 años y aun así los resultados resultaron muy interesantes ya que un 40% de los alumnos supieron identificar la inversión. Tan solo un 6% reconocieron no saber lo que significa la palabra invertir, mientras que el 54% restante confundieron la inversión con otros conceptos como el ahorro o el gasto.

A continuación, se intentaba saber si los alumnos eran capaces de entender en que situaciones de las propuestas se producía un gasto. Esta fue, con diferencia, la pregunta más fallada de todas. Tan solo un 3% de los alumnos identificaron correctamente en qué situaciones se produce un gasto. Un 63% de los alumnos de quinto y sexto de primaria relacionaron el gasto sólo con el consumo, es decir, indicaron como respuesta correcta: “Juan tiene 20 euros, compra caramelos y se los come”. En realidad sólo 2 alumnos de los 519 encuestados respondieron correctamente, menos del 1%. El 34 % restante respondieron indicando otros conceptos o no llegando a identificar las tres situaciones que se daban en la pregunta.

Para acabar, con la última pregunta planteada, se pretendía comprobar que entendían por dinero, es decir, ver si eran capaces de relacionar una serie de imágenes e identificarlas como dinero o no. Esta era una pregunta similar a la tercera, en la cual, se planteaba el coste económico de la felicidad. En este caso, por un lado se intentaba saber si eran capaces de relacionar las monedas y las tarjetas de crédito/débito con la palabra “dinero” y, por otro lado se adjuntaban dos fotos de personas famosas que mueven gran cantidad de dinero aunque no son dinero: Justin Bieber y Cristiano Ronaldo. En la tabla que se muestra a continuación se puede ver como el 66% de los alumnos respondieron correctamente a la pregunta sobre el dinero, es decir, entendieron que el dinero (entre las 4 imágenes propuestas) se identifica con las monedas y las tarjetas de crédito débito. Conocimientos_financieros_tabla2La desigualdad económica de la ciudad, que quedaba reflejada en las encuestas, nos permitió sacar algunas conclusiones. Por una parte, en la única pregunta en la que hay claras diferencias entre colegios de renta muy alta y el resto, es en la pregunta relacionada con la inversión: en los colegios de renta muy alta el 51% de los alumnos pudieron identificar correctamente esa situación en la que el sujeto invierte. Por otro lado, si nos fijamos en los alumnos encuestados de la zona muy baja, ese porcentaje se reduce al 18%. Asociamos estas diferencias con el marco familiar ya que estudios previos establecen una relación (Lusardi et al. 2010). También surgieron algunas diferencias en los porcentajes de respuestas entre colegios públicos y privados, así a la hora de señalar el gasto del agua, un 22% lo detectaron correctamente en los colegios privados y un 41% en los públicos. Otra diferencia la encontramos en la pregunta que buscaba el precio de la felicidad. En este caso, un 65% de los alumnos de los colegios privados afirman que la felicidad no tiene precio, por el 96% de los alumnos de los colegios públicos.

 

[1] Una primera evaluación de la experiencia puede encontrarse en: (Hospido et al. 2015).

[2] Asimismo el trabajo recogió respuestas a una encuesta por parte de maestros de educación primaria, aunque la muestra que se obtuvo no permite extraer conclusiones ya que no es relevante. Dicha encuesta estuvo construida en base a los trabajos de (Lusardi & Mitchell 2011). Sin embargo queremos señalar que la mitad de los maestros que respondieron (todos ellos de educación primaria) consideraban necesario introducir la educación financiera de modo transversal en la primaria y coincidieron en que los cuentos pueden ser un instrumento muy útil para conseguir dicho objetivo. Las razones que dieron los que estaban a favor de introducirla referían a la necesidad de formas a los futuros adultos de manera responsable. La otra mitad de la muestra respondió que no era necesario introducirla en primaria, algunos indicaron como mejor opción introducirla en secundaria. Las razones tenían que ver con la madurez de los niños para abordar dichos temas o porque los mismos deben tratarse en otros ámbitos (la familia).

[3] Así fue en todos los casos excepto en uno (renta alta) ya que no se pudo concretar las entrevistas en el colegio público. Para la división se utilizó el indicador de Renta Familiar Disponible per cápita para 2012.

[4] Aproximado según datos de FACUA (pag. 20).

 

 Toni Oliván López y Yolanda Blasco-Martel (Universidad de Barcelona)

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