¿Es posible trazar planes educativos de importancia sin tener en cuenta en ellos los movimientos de población migrante dentro de los países y entre las distintas regiones del mundo? El pasado mes de enero se presentó en Londres bajo la organización del Foro Mundial de Educación, el Informe GEM 2019 Migración, desplazamiento y educación: construyendo puentes, no muros. Como es sabido, el informe GEM (Informe de Seguimiento de la Educación en el Mundo), que se basa en la recopilación de datos y en la observación directa de la realidad social y educativa y en sus análisis realizados por expertos, es publicado anualmente por la UNESCO, y tiene como objetivo examinar si se están alcanzado los logros educativos propuestos en el marco de los nuevos Objetivos de Desarrollo Sostenible y aportar perspectivas y reflexiones al respecto.
Dado que los objetivos previstos en la Agenda 2030 solo se pueden alcanzar si se logra una educación universal de calidad, integradora y equitativa, el informe GEM, por su amplitud y profundidad de análisis, se ha convertido en una referencia mundial, tanto como herramienta para la toma de decisiones, como documento que estimula y favorece el diálogo, la discusión de ideas y la colaboración entre gobiernos y organizaciones. Al informe de este año 2019 le toca abordar un factor fundamental en la educación, como es el de la migración, las necesidades que genera, las oportunidades que ofrece y los retos que plantea
La amplitud de este informe, que se ofrece en varios idiomas, queda patente en el mismo resumen en el que se especifica que se consideran en él los refugiados, pero también los desplazamientos de las poblaciones nómadas, las migraciones por razones laborales y las que son motivadas por un deseo de encontrar un sistema educativo mejor. Los primeros capítulos de los 16 que integran este informe definen el término migración, lo contextualiza y lo pone en relación con la Educación, en tanto que causa de esta migración, y en tanto que servicio imprescindible para las poblaciones que se ven impelidas a desplazarse a causa de la guerra, la pobreza o las catástrofes naturales. Factores como los destinos de estos movimientos migratorios, la integración de estas personas en los sistemas educativos de los países receptores, los papeles que desempeñan los entornos del campo y la ciudad, o la influencia en las siguientes generaciones de la atención educativa que se dé a la población migrante son analizados en el informe, que acompaña su exposición con abundantes y detalladas tablas y esquemas en los que aparecen datos de países y regiones de todo el mundo, cajas con textos complementarios, y las ideas más importantes y los datos más relevantes de cada capítulo resaltados tipográficamente.
La lectura de este informe, de por sí interesante desde el punto de vista sociológico y político, es sin duda, para quien desempeñe su trabajo en el ámbito de la educación, y especialmente si se encuentra vinculado a la organización y gestión educativa desde la Administración, un valioso instrumento de obligada lectura y consulta.
