El sentido de pertenencia al centro educativo: problemas y soluciones

¿Cómo perciben los alumnos su propio centro educativo en tanto que espacio en el que desenvolverse intelectual y afectivamente? ¿Cómo se sienten nuestros adolescentes en él y cómo sienten que son ellos mismos percibidos en su entorno escolar?

Consciente de que la escuela es no solo un ámbito de estudio y aprendizaje académico, sino también el lugar cotidiano donde se forma lo afectivo, lo intelectual y lo social en un periodo crucial para el desarrollo integral de las personas, el estudio PISA indaga en un indicador que mide el sentido de pertenencia que el alumnado muestra con respecto a su centro educativo. En el boletín nº 100 de PISA in Focus (https://www.oecd-ilibrary.org/education) se analizan y aportan datos de las aplicaciones de los años 2003, 2012 y 2015 sobre una tendencia preocupante: la aplicación de 2015 constata no solo que este sentido de pertenencia decrece de manera significativa, sino que además aparece asociado con otros índices, como el bajo nivel de satisfacción general en la vida, o el bajo rendimiento (22 puntos inferior a la media) en las pruebas de ciencias.

En efecto, como muestra el siguiente diagrama comparativo que ofrece PISA in Focus, se han acentuado todas las variables encuestadas que sugieren un decreciente bienestar del alumnado en su centro en las aplicaciones de los años 2003, 2012 y 2015. Así, el alumnado se siente más incómodo y fuera de lugar, cree percibir una menor aceptación de sí mismo por parte del resto de sus compañeros, hace amistades con menos facilidad, muestra un menor sentido de pertenencia al centro, y, en consecuencia, se siente más solo y más ajeno a su centro educativo.

Fuente del gráfico: PISA in Focus, 100, p. 2 (OCDE, 2019)

Igualmente clara es la conclusión que se debe sacar del gráfico que, en el mismo documento,  nos indica el porcentaje de estudiantes que optó por contestar que estaba “en desacuerdo” o “muy en desacuerdo” con la afirmación “Me siento ajeno a la escuela, o un marginado dentro de ella”.

Fuente del gráfico: PISA in Focus, 100, p. 3 (OCDE, 2019)

¿Cuáles pueden ser las razones de estas tendencias negativas? En PISA in Focus se apunta, admitiendo que aún faltan evidencias que las confirmen, dos posibles causas principales: el origen inmigrante de parte del alumnado (argumento que el propio estudio en parte refuta, al advertir que en países donde la inmigración no se da o no tiene relevancia el sentido de pertenencia al centro también baja) y al creciente y generalizado uso de las redes sociales para establecer relaciones personales y como medio de expresión de la identidad personal.

Tal vez es en esta segunda razón hacia donde más se deberían orientar los análisis. En primer lugar, por un dato que el informe PISA señala: el tiempo que se destina a las redes sociales a través de la amplia oferta informática y el cada vez más generalizado acceso a internet (unido, podríamos añadir, a una mayor destreza en el manejo del mismo) es tiempo que se deja de emplear en las relaciones personales en el centro educativo; en segundo lugar, por consideraciones a las que no se alude en PISA in Focus pero que tienen que ver con la propia naturaleza del uso de las redes sociales: su carácter voluntario y su capacidad para poner en relación a usuarios afines en gustos y en opiniones, lo que proporciona a los adolescentes (por cierto, sin necesidad por parte del usuario de poner un compromiso mayor que el tiempo que se emplee en ello) además del placer de compartir contenidos y valores, justamente la sensación de seguridad, aceptación y pertenencia que se pretende conseguir en los centros educativos, obligatorios, plurales y por tanto proclives al debate y al conflicto.

Como se ve, lo “dentro” y lo “fuera” de internet son opciones de naturaleza muy diferente  que exigen implicaciones muy distintas por parte de los estudiantes, aunque ambas discurran paralelas a su quehacer cotidiano; y, si bien son consideradas un derecho que las instituciones deben promover y regular, estas, aunque incidiendo algo en el desempeño de los alumnos en las redes sociales (hasta donde lo permite el carácter ubicuo y personalizado de las mismas) pueden y deben tomar decisiones en la relación de estos con su centro educativo.

Por eso los datos que aporta y los análisis que apunta el estudio PISA (y los que previsiblemente aportará en futuras y ampliadas encuestas) en relación al sentido de pertenencia al centro del alumnado es tan oportuno y tan necesario. Y por eso sus informes deben ser instrumentos que sirvan para tomar medidas que persigan el objetivo fundamental de lograr escuelas a las que su alumnado muestre un alto sentido de pertenencia (en este sentido, PISA in Focus sugiere algunas actuaciones concretas que los centros pueden llevar a cabo, como incentivar el trabajo colaborativo no solo con los alumnos y alumnas que se encuentran en riesgo de exclusión, sino con el conjunto del alumnado e incluso con sus familias y el profesorado del centro) donde cada estudiante se sienta seguro, respetado y valorado, y a su vez respete y conceda valor a los demás, como premisa imprescindible para lograr un entorno apto para desarrollar sus cualidades sociales, personales e intelectuales