¿Cómo influyen los dispositivos digitales en la competencia lectora del siglo XXI?

Fuente: https://www.oecd.org/education/21st-century-readers-a83d84cb-en.htm

El Programa para la Evaluación Internacional de los Estudiantes (PISAProgramme for International Student Assessment, en inglés) es un estudio trienal que contribuye a evaluar de forma sistemática lo que los jóvenes saben y son capaces de hacer al finalizar su Educación Secundaria Obligatoria (ESO) en todo el mundo. En concreto, en la edición de 2018 se centró en evaluar la competencia lectora, matemáticas, ciencias y el dominio innovador de competencia global. La competencia en comprensión lectora fue el dominio principal de evaluación y se diseñó el marco teórico incluyendo las competencias de lectura en el entorno digital.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) acaba de publicar, con los datos de PISA 2018, el informe Lectores del siglo XXI: Desarrollando competencias de lectura en un mundo digital, donde se descubre información relevante sobre cómo los estudiantes de 15-16 años están desarrollando la competencia lectora en un mundo cada vez más digitalizado e interconectado.

A continuación, presentamos un breve resumen con algunos datos referidos a los estudiantes de 15-16 años que participaron en el estudio PISA 2018, que puedes encontrar desglosados en este informe temático.

Aspectos destacables sobre los hábitos de lectura en diferentes formatos

La motivación y las emociones son factores clave para lograr la mejora en los procesos de enseñanza-aprendizaje, por ello es importante comenzar con la revisión de la motivación por la lectura del alumnado que participa en las pruebas PISA. En este ámbito, al analizar las respuestas del alumnado del estudio PISA 2018 se observa como aspecto positivo que el gusto por la lectura del alumnado español no ha decaído, como ha ocurrido en la mayoría de los países de la OCDE en la última década, según las declaraciones de nuestros estudiantes.

En lo relativo a la diferencia de hábitos entre géneros destaca que las chicas siguen siendo mejores lectoras que los chicos (21 puntos de diferencia en la media), en la totalidad de los países, al igual que sucede en España. Por el contrario, en la mayoría de los países, los chicos muestran más seguridad que las chicas al enfrentarse con la prueba PISA, aunque su rendimiento medio sea menor. Sin embargo, en España, declaran la misma seguridad chicas que chicos.

Otro dato interesante es que la lectura de libros impresos sigue siendo un indicador claro de rendimiento en comprensión lectora: en España, de media, aquellos estudiantes que dicen leer mucho o bastantes libros en papel consiguen 46 puntos más (49 media OCDE) que los que dicen leer poco o nada ese tipo de libros.

Si bien sigue siendo destacada la lectura de libros impresos, al exposición del alumnado a los dispositivos digitales hace que haya una tendencia creciente a la lectura en formato digital. De hecho, los estudiantes españoles que leen textos en formato digital le dedican aproximadamente 4 horas por semana, frente a las 3 horas por semana del promedio OCDE, y aquellos que leen igualmente en formato papel y en formato digital dedican 6 horas a la semana frente a las 5 horas de media en la OCDE.

Este comportamiento puede deberse a que en España el 91 % de los estudiantes (media OCDE 89 %) tenían conexión a internet en casa y un ordenador disponible para poder hacer lo deberes, 42 puntos porcentuales más que en PISA 2003. El 84 % de los estudiantes españoles que asisten a centros desfavorecidos tenía acceso a internet y a un ordenador, frente al 79 % de los estudiantes en el promedio OCDE, lo que se traduce en mayor equidad en este aspecto y menor brecha digital fomentando ese incremento en la lectura en los nuevos formatos que los dispositivos digitales proporcionan.

Lo anterior también parece influir en el uso de las estrategias de lectura de los estudiantes españoles, que obtuvieron puntuaciones significativamente altas en comprensión y memorización de un texto, y elaboración de un resumen.

A continuación, en la Figura 1, podemos observar la diferencia entre los estudiantes que leen libros según cada formato y aquellos que «rara vez o nunca leen libros», después de tener en cuenta el perfil socioeconómico de los estudiantes, los centros educativos y el género de los estudiantes.

Figura 1. Tiempo medio de lectura por placer según el formato utilizado

Gráfica Lectores según formato utilizado

Fuente: 21st Century Readers OECD

Sin embargo, a pesar de esos aspectos destacables hay lecciones que se desprenden del estudio PISA 2018, de las que hay que aprender para mejorar, como por ejemplo, que la relación entre el rendimiento en lectura y el tiempo utilizado en dispositivos digitales para realizar los deberes fue negativo en 36 países y economías, después de tener en cuenta el perfil socioeconómico de los estudiantes y los centros educativos, incluida España.

En este sentido, en España, solo un 24 % de los estudiantes mostraron una navegación eficaz en textos digitales, eligiendo las rutas y sitios o páginas web adecuadas a las tareas dadas y reduciendo las visitas a páginas no pertinentes. En otros países, como Hong-Kong, China, Corea del Sur o Singapur mostraron una navegación enfocada o exploratoria más eficiente, con un 50 % de estudiantes, o Canadá, Japón, Nueva Zelanda o el Reino Unido, con 40 % de estudiantes. Estos datos de navegación correlacionan muy estrechamente con los resultados del rendimiento en comprensión lectora.

Cabe destacar también la capacidad que tienen los estudiantes de diferenciar las noticias falsas de las fiables, aunque los datos de España (41%) no se diferencien mucho de la media OCDE (47 %) es importante reflexionar sobre el hecho de que casi un 60 % de nuestros estudiantes no distinguen entre hecho y opinión a los 15-16 años, y es una tónica global en muchos sistemas educativos. En concreto en España sólo un 46 % del alumnado dice haber tratado el sesgo de información en los medios digitales, mientras que la media OCDE es 54 %.

Adicionalmente, es interesante señalar como la lectura frecuente, en tareas solicitadas desde el centro escolar, de textos de ficción y de textos más extensos tuvo una asociación positiva con el rendimiento en lectura en la mayoría de los países/economías.  En el caso de España, los estudiantes que indicaron leer libros de ficción 2 o más veces durante los últimos 7 meses, obtuvieron 7 puntos más en la prueba de lectura en comparación con los estudiantes que no manifestaron esta dedicación. Así mismo, los estudiantes que habían leído textos largos (101 páginas o más), en las tareas escolares, obtuvieron 31 puntos más en lectura que aquellos que señalaron leer textos más cortos (10 páginas o menos), todo ello teniendo en cuenta el perfil socioeconómico de los estudiantes, los centros educativos y el género de los estudiantes.

Poder acceder a datos estadísticos y comparables sobre el rendimiento en lectura de los estudiantes, así como a los factores y diferentes variables que pueden influir en este, representa sin duda un valioso recurso para poder analizar y adaptar adecuadamente tanto nuestra práctica docente como las políticas educativas, con el fin último de ayudar a mejorar la capacitación de nuestros estudiantes, ante el mundo cambiante en el que vivimos, con una educación de calidad.

Más información en:

Informe 21st-Century Readers OCDE

Nota de país – Lectores del siglo XXI. PISA 2018

PIF 113 – Are 15-year-olds prepared to deal with fake news and misinformation?

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