¿Qué papel juega la clase socio-económica en el alumnado que estudia por su cuenta?

La pandemia de la COVID-19 lleva durando ya casi dos años, y los países de los diferentes continentes experimentan ritmos distintos de superación de la misma. Desde principios de 2020, con el confinamiento primero y las medidas de distancia y prevención después, la pandemia ha influido enormemente en la forma, extensión y profundidad de aprender y enseñar y todos los miembros de la comunidad educativa, estudiantes, profesores, equipos directivos y familias se han visto obligados a improvisar, desarrollar y aplicar medidas y modos de enseñanza-aprendizaje nunca hasta entonces extendidas tan globalmente.

La voluntad de cooperación de la UNESCO, UNICEF, el Banco Mundial y la OCDE hizo posible la elaboración de un estudio pionero de la situación educativa, a nivel global, en el primer año de la Covid-19. Según sus resultados, de media en los países de la OCDE que dieron datos, se cerraron los institutos de Secundaria más de 65 días en el año 2020. Muchos de esos centros educativos y sus autoridades se esforzaron en mitigar el impacto de los cierres y el confinamiento sobre los estudiantes, especialmente en los grupos vulnerables. A pesar de ello, algunos estudios más recientes realizados en Bélgica, el Reino Unido o los Países Bajos (ver Referencias) han hecho evidente que las pérdidas de aprendizaje durante la pandemia han incidido más en las escuelas y en el alumnado más desaventajado socio-económicamente.

En este sentido es interesante resaltar algunos datos de la última edición publicada del estudio Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA, Programme for International Student Assessment), al finalizar la Educación Secundaria Obligatoria (ESO), en relación con la disposición o preparación del alumnado para aprender en situaciones arduas.

En el análisis realizado se pone de manifiesto que la mayoría de los estudiantes tienen buena disposición y confían en sus propias fuerzas para afrontar los problemas y aprender en situaciones difíciles. Si bien, en general, en el propio estudio se observa que existe un sesgo pronunciado de clase socio-económica en esta percepción: en todos los países participantes, el alumnado de más recursos mostraba mayor autoeficacia, mejor delimitación de objetivos y mayor motivación cuando se enfrentaban a sus estudios que los de menores recursos.

Aunque, estos datos se recogieron en 2018, en el mundo pre-pandémico, es un reflejo de cómo afecta la situación socio-económica en las percepciones y disposiciones del alumnado. Lógicamente será bueno revisar los resultados de la próxima edición de PISA 2022 para comprobar si se mantiene la tendencia tras haber pasado la pandemia.

De la información recabada en el estudio se desprenden resultados relativos al sentido de la eficacia, la disposición a estudiar y aprender, el influjo de estos factores en el rendimiento y el papel que juegan los padres según el contexto socio-económico.

En primer lugar, en lo que se refiere al sentido de la eficacia por parte del alumnado, es decir, hasta qué punto creen en sus propias capacidades para llevar a cabo determinadas actividades y tareas, particularmente en circunstancias adversas. Una media de 84 % del alumnado de los países de la OCDE dijeron estar de acuerdo con la proposición “Cuando me encuentro en una situación difícil, normalmente me las arreglo para salir de ella”, y un 72 % estaban de acuerdo con “La confianza en mí mismo/a me ayuda a atravesar los tiempos difíciles” (Figura 1).

Figura 1. Autoeficacia, objetivos de estudio y motivación del alumnado

Fuente: OCDE, How socio-economics plays into students learning on their own. Clues to COVID-19 learning losses

Los buenos estudiantes se ponen metas y objetivos claros, que les ayudan a profundizar en su aprendizaje y persistir a pesar de los errores; además, muestran una mayor motivación intrínseca para seguir aprendiendo. En tiempos de pandemia, estas condiciones resultan indispensables. De media entre de los países de la OCDE, 81 % del alumnado respondió que se sentían identificados, en mayor o menor medida, con la proposición “Mi objetivo es aprender lo más posible”, y un 77 % con “Mi objetivo es dominar lo que me enseñan en clase”. Por otro lado, un 71 % estaban de acuerdo con la afirmación “Cuando empiezo una tarea, no la dejo hasta que la acabo”.

En segundo lugar, se observa que la disposición para estudiar y aprender varía según el contexto socio-económico. En casi todos los países participantes en PISA 2018, el alumnado de clases sociales y económicas altas y media-altas dijo mostrar más autoeficacia al enfrentarse a una situación difícil y una mayor motivación para dominar las tareas que los pertenecientes a clases bajas y media-bajas (Figura 2).

Figura 2. Diferencias socio-económicas en la disposición para aprender

Fuente: OCDE, How socio-economics plays into students learning on their own. Clues to COVID-19 learning losses

En tercer lugar, siguiendo con la comparación internacional de PISA, no es ninguna sorpresa que los datos nos corroboren que el alumnado más dispuesto a aprender obtenga mejores resultados que los menos dispuestos, incluso cuando la comparación se establece dentro de la misma clase socio-económica. Será interesante contrastar estos resultados con aquellos que obtengamos de la post-pandemia en la futura edición de PISA 2022.

Por último, PISA 2018 analizó el importante papel que juegan los/as padres/madres en el impulso de las disposiciones para aprender y fijarse metas, a pesar de las dificultades. De nuevo, en la gran mayoría de los países participantes, los estudiantes que dijeron sentirse más apoyados por sus familias en su vida escolar tendieron a ser los que presentaron un mayor grado de autoeficacia y de objetivos mejor orientados para el aprendizaje, y en muchos casos independientemente de su clase socio-económica. Para ayudar a nuestro alumnado a saber convivir con la adversidad y la incertidumbre, y saber sobreponerse, aún más en tiempos de post-pandemia, profesores, orientadores, padres/madres y toda la comunidad educativa deberán actuar unidos para que aquéllos desarrollen su confianza y motivación y consigan sus metas, navegando a través de desafíos aún no entrevistos.

Fuente: PIF 114: How socio-economics plays into students learning on their own. Clues to COVID-19 learning losses, disponible en Castellano en:  https://www.educacionyfp.gob.es/inee/publicaciones/publicaciones-periodicas/pisa-in-focus/2021.html)

Créditos fotográficos: Imagen destacada © Pixabay

Referencias relacionadas:

Para más información sobre el estudio, se puede consultar el sitio web del Instituto Nacional de Evaluación Educativa, Ministerio de Educación y Formación Profesional:

http://www.educacionyfp.gob.es/inee/evaluaciones-internacionales/pisa/pisa-2018.html