Evaluaciones internacionales a gran escala con un enfoque curricular

Autora: Paloma Fresno Casas

Las evaluaciones educativas nacionales suelen adoptar un enfoque curricular para extraer conclusiones sobre el rendimiento de los sistemas educativos, así como de su capacidad para alcanzar el currículum nacional previsto. Sin embargo, no resulta tan sencillo aplicar este enfoque en las evaluaciones internacionales. El boletín Compass Briefs in education número 16 de la Asociación Internacional para la Evaluación del Rendimiento Educativo (IEA) explica las ventajas y los desafíos de un enfoque curricular y resalta algunas posibles soluciones.

Pero, ¿Qué es un currículo? Pues bien, la palabra «currículo» se refiere a los documentos que describen de forma explícita las experiencias de aprendizaje y los resultados que se esperan del alumnado. Normalmente están definidos por curso y área temática. Los currículos especifican los objetivos de aprendizaje y, de este modo, estructuran las experiencias de aprendizaje del alumnado.

Figura 1. Distinción entre currículos previstos, implementados y alcanzados (adaptado de Exhibit 1 en Mullis & Martin, 2017).

Fuente: Compass Briefs in education n.° 16 de la IEA

Las evaluaciones educativas se emplean en los sistemas educativos de todo el mundo y son una gran fuente de información, pues ayudan a identificar dónde sería necesario revisar las prácticas docentes y el currículo nacional. Algunas de sus aplicaciones son calificar al alumnado según su rendimiento y conocimientos, medir su mérito académico para orientarle hacia el siguiente nivel educativo, así como recopilar datos sobre la relación entre los factores externos y los resultados educativos.

Existen dos enfoques para la realización de evaluaciones educativas:

  • por un lado, definir lo que debería saber el alumnado y basar la evaluación en esos objetivos y,
  • por otro, evaluar los currículos de los países participantes para así encontrar un punto medio a la hora de realizar una evaluación internacional.

Por tanto, para asegurar que las evaluaciones internacionales a gran escala son adecuadas para valorar el rendimiento de los sistemas educativos, es necesario que se basen en los contenidos y competencias especificados en los currículos nacionales de los sistemas que participan.

Es necesario construir un enfoque curricular a través de una estrecha colaboración entre los representantes nacionales y las organizaciones coordinadoras de las evaluaciones para asegurar una armonización adecuada entre las evaluaciones internacionales y los currículos nacionales.

La armonización se logra cuando los expertos de todos los países que participan se involucran en todos los aspectos del estudio y aportan sus valoraciones sobre las primeras versiones de los marcos de evaluación. De esta forma, se puede garantizar que los contenidos de las áreas que se indican en estos marcos son un reflejo de los currículos nacionales y son relevantes para el contexto nacional de los sistemas educativos que participan.

Asimismo, el desarrollo de los contenidos debe ser un ejercicio colaborativo por parte de los expertos nacionales. Además, es muy importante extraer información sobre el contexto de todos los sistemas educativos nacionales para contextualizar los resultados de las evaluaciones y saber las condiciones en las que se aplican los currículos nacionales y se evalúa al alumnado.

Por último, la concordancia con los currículos nacionales de una evaluación puede comprobarse durante las pruebas piloto, en las que se evalúa la funcionalidad del nuevo contenido desarrollado para la evaluación. Analizar el funcionamiento diferencial de las preguntas tras las pruebas piloto ayuda a identificar qué áreas de contenido de la evaluación pueden no ajustarse al currículo nacional de un sistema educativo específico.

Tabla 1. Resumen de los resultados del TCMA, Análisis de la prueba de correspondencia curricular (TIMSS 2019).

Fuente: Compass Briefs in education n.° 16 de la IEA

Tabla 2. Resultados del TCMA (Análisis de la prueba de correspondencia curricular) en la evaluación de Ciencias de 4.° de primaria (TIMSS 2019) Singapur, Corea, Japón, Taiwán.

Fuente: Compass Briefs in education n.° 16 de la IEA

A pesar de todos estos intentos por asegurar una armonización, es imposible lograr una concordancia completa entre la evaluación y los currículos nacionales de todos los sistemas educativos que participan. Esto se debe a la divergencia existente entre los currículos nacionales de los diversos sistemas educativos y las áreas diferenciales en los que estos se centran dependiendo del curso. No obstante, algunos análisis muestran que la falta de armonización, hasta cierto punto, solo tiene un impacto mínimo en las puntuaciones de rendimiento y en los niveles de rendimiento relativo.

En resumen, el enfoque curricular, a la vez que garantiza que se continúen midiendo las tendencias en el futuro, utiliza los currículos nacionales de un determinado curso como base para el desarrollo del marco y la selección de contenidos. Por ello es importante incidir, como se ha indicado previamente, en la participación de los expertos nacionales en el desarrollo de marcos de evaluación e instrumentos de estudio. De este modo se consigue que los investigadores y los responsables de las políticas educativas puedan utilizar los resultados de las evaluaciones  para examinar sus currículos previstos, aplicados y alcanzados en comparación con otros países.

Fuente: Compass Briefs n.° 16 de la IEA

Créditos fotográficos: Imagen destacada © Pexels

Otras referencias relacionadas: