¿Cómo varía la brecha de género en las tasas de empleo de la población joven?

La educación desempeña un papel importante en la transición de las personas jóvenes a la vida laboral. Los niveles más altos de estudios se asocian a tasas de empleo más elevadas, menos desempleo y mayores ingresos (Comisión Europea, 2022). En el presente post, se analizan más detenidamente las tasas de empleo de las personas jóvenes que ya no cursan estudios o formación y se examinan las variaciones entre los distintos niveles de estudios y los años transcurridos desde la finalización del nivel educativo más alto.

Fuente: Eurostat (Encuesta de población activa de la UE 2021). Tasas de empleo de los jóvenes (de 20 a 34 años) que no estudian ni reciben formación por sexo, nivel educativo y años transcurridos desde la finalización del nivel educativo más alto.

Nota: medias de la UE. El nivel de educación denota el nivel más alto de educación completado con éxito, categorizado como bajo (CINE 0-2), medio (CINE 3-4) o alto (CINE 5-8).

Las tasas de empleo de las personas jóvenes aumentan a medida que crece el nivel educativo. De media, los jóvenes con un nivel educativo alto (87,1 %) tenían una probabilidad mayor de estar empleados en 2021 en comparación con aquellos con un nivel educativo medio (78,2 %) y aquellos con un nivel educativo bajo (53,9 %) (Eurostat, 2023b). En todos los niveles educativos, los hombres jóvenes tienen una probabilidad mayor de estar empleados en comparación con las mujeres jóvenes. Sin embargo, la brecha de género en el empleo disminuye a medida que aumenta el nivel educativo, con una diferencia media de 23,4 puntos porcentuales (p.p.) en los niveles bajos de educación, 14,2 p.p. en niveles medios y 5,5 p.p. en niveles altos. En otras palabras, las mujeres jóvenes con un nivel educativo alto tienen una menor probabilidad de tener que lidiar con una brecha de género en el empleo en comparación con las mujeres con un nivel educativo bajo y medio.

En general, las personas jóvenes tienen una mayor probabilidad de estar empleados cuantos más años han pasado desde la finalización de su nivel educativo más alto. Una excepción notable son las mujeres jóvenes con un nivel educativo bajo, donde la tasa de empleo a más de 5 años desde la finalización del nivel educativo más alto es 5 p.p. más baja que a 5 años o menos (Figura 1). Una posible explicación de esta caída en las tasas de empleo de las mujeres jóvenes con bajo nivel educativo podría ser que son particularmente vulnerables al desempleo y es más probable que se dediquen a trabajos no remunerados, como son el cuidado de los hijos y las tareas del hogar (OCDE, 2018). De hecho, las tasas de desempleo de las mujeres jóvenes con bajo nivel educativo después de más de 5 años desde que terminaron su educación se sitúan en el 23,7 %, por encima de las de los hombres jóvenes (19,7 %) (Eurostat, 2023d).

La brecha de género tiende a aumentar a medida que pasan más años desde la finalización del nivel educativo más alto de media en los países de la UE, siendo la brecha de género de más de 5 años la mayor, independientemente del nivel educativo alcanzado. La evidencia sugiere que hay un aumento más importante en las tasas de empleo de los hombres jóvenes en comparación con las mujeres jóvenes entre la categoría de 5 años o menos y más de 5 años desde que terminaron. Esto puede estar relacionado con las dificultades de las mujeres para conciliar la vida laboral y familiar cuando empiezan a tener hijos: de media en la UE, el 50 % de los niños de entre 0 y 3 años todavía están al cuidado de sus padres (Eurostat, 2023a).

Fuente: Eurostat (Encuesta de población activa de la UE 2021). Tasas de empleo de los jóvenes (de 20 a 34 años) que no estudian ni reciben formación por sexo, nivel educativo y años transcurridos desde la finalización del nivel educativo más alto.

Nota: medias de la UE. El nivel de educación denota el nivel más alto de educación completado con éxito, categorizado como bajo (CINE 0-2), medio (CINE 3-4) o alto (CINE 5-8).

Al igual que en el caso europeo, las tasas de empleo de los jóvenes españoles aumentan a medida que el nivel educativo es mayor: 80,9 % para los que tienen un nivel educativo alto, 71,5 % para los que tienen nivel medio y 59,2 % para los que tienen nivel bajo (Eurostat, 2023c).

Respeto a la brecha de género, en el total de la población para cada nivel educativo los hombres jóvenes tienen una mayor probabilidad de estar empleados que las mujeres jóvenes. Sin embargo, estas diferencias son menores que las de la media europea. La brecha es de 9,3 p.p. para la población joven con nivel educativo bajo en España frente a los 23,4 p.p. de la media europea; 9,5 p.p. para la población con nivel educativo medio en España frente a 14,2 p.p. de la media europea; y 3,4 p.p. para la población con nivel educativo alto en España frente a 5,5 p.p. de la media europea.

Una diferencia reseñable del caso español frente a la media europea se da entre los jóvenes con nivel educativo alto: las tasas de empleo de las mujeres son ligeramente superiores a las de los hombres hasta que han transcurrido 5 años desde la finalización de sus estudios, aunque la diferencia porcentual se va minimizando con el tiempo. Después, la brecha de genero se invierte y los hombres jóvenes presentan una tasa de empleo superior a la de las mujeres jóvenes, como en la media de la UE. De nuevo, los estereotipos de género pueden explicar estas diferencias entre hombres y mujeres jóvenes.

Por último, para los niveles educativos medios y altos, la brecha de género es mayor a medida que pasan los años desde que finalizaron su formación académica, al igual que el caso de la UE. Sin embargo, otra de las diferencias a destacar del caso particular español es que, para los jóvenes con nivel educativo bajo, la brecha de género es decreciente con el paso de los años desde la finalización de su formación académica. Si solo han transcurrido hasta 3 años desde la finalización de los estudios, la brecha de género en España es de 18,2 p.p., mientras que cuando han pasado más de 5 años se reduce hasta 9,7 p.p. Esto puede deberse a los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres en el acceso al empleo y el tipo de empleo al que pueden optar con bajos niveles de educación en España.

Antecedentes

La educación es un factor determinante para acceder a mejores oportunidades de empleo. Reforzar la Garantía Juvenil es un compromiso de todos los Estados miembros para garantizar que las personas jóvenes menores de 30 años reciban una oferta de empleo, educación continua o período de prácticas de buena calidad. Tras el Año Europeo de la Juventud 2022, el año 2023 ha sido designado Año Europeo de las Competencias, poniendo de relieve la importancia de las competencias para el futuro en un mundo cada vez más digitalizado y un mercado laboral cambiante. En relación con esto, la Agenda de Capacidades Europea incluye 12 acciones destinadas a garantizar que todas las personas tengan las capacidades adecuadas para los empleos del futuro. La Recomendación del Consejo de 8 de diciembre de 2022 relativa a la educación y los cuidados de la primera infancia: los objetivos de Barcelona para 2030 hizo hincapié en la importancia de aumentar la oferta de educación y atención de la primera infancia (EAPI) para reducir las diferencias de empleo entre hombres y mujeres, y estableció el objetivo a escala de la UE de que al menos el 45 % de los niños y niñas menores de tres años participen en la EAPI.

Análisis a nivel de la UE cortesía de la Comisión Europea, DG de Educación y Cultura (DGEAC). La información y análisis de España elaborado por parte del INEE.

Referencias: