Experiencia en el I.T. A. Zanon, Udine (Italia)

 

Querid@s compañer@s,

Deseo antes de todo expresar mi gratitud por la oportunidad que me ha brindado el Ministerio de Educación de poder participar en esta experiencia de intercambio Italia-España que ha sido francamente muy positiva. Una estancia profesional como ésta es la manera de compartir experiencias pedagógicas, sistemas educativos y de organización escolar o simplemente vivenciales de dos realidades que en muchos aspectos tienen muchas diferencias y que por ello son merecedoras de ser analizadas. Los resultados de este análisis no pueden que ser muy enriquecedores para la mejora de nuestra práctica docente y de reconocimiento del valor de la práctica educativa desde diferentes ámbitos o instituciones.

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Me llamo Franco Fagotto y soy docente de Física y Química en el Instituto IES Las Galletas en Tenerife. Tengo que decir que he tenido la suerte de haber tenido una magnífica acogida y un magnifico asesoramiento y acompañamiento durante toda mi estancia por parte del prof. Tito Trevisan, docente de lengua española en el que me ha hecho sentir como en casa y ha estado siempre atento en atender cualquier  cuestión didáctica y de organización de las actividades diarias que han sido desarrolladas y que han resultado profesionalmente muy satisfactorias. El resto de los compañer@s con los que he tenido oportunidad de interactuar, en particular del departamento de lengua española y del departamento de Ciencias y Geografía, han sido también magníficas personas de las cuales voy a tener un buen recuerdo por el trato que he recibido. Igualmente mi agradecimiento va para el director, la vice-directora y en especial a la profesora de orientación Mirella Ricci por su exquisita atención.

Me gustaría hacer hincapié ahora en un par de vivencias que, aunque no sean quizás las más relevantes, creo que son suficientemente curiosas para ser compartidas. Me ha llamado bastante la atención la actitud respetuosa y la buena educación del alumnado del I.T. A. Zanon. El saludo al entrar, la prontitud en tomar asiento, el escuchar silencioso y atento a las explicaciones del profesorado, el tomar apuntes mientras se está explicando, la participación ordenada, y hasta el saludo y el agradecimiento al finalizar la clase, muchas veces son un recuerdo olvidado en nuestra escuela canaria mientras que sorprendentemente son todavía una realidad en esta escuela italiana. Aunque la sociedad cambia, parece que la labor educativa de las familias italianas en pro de los valores de respeto, buenas maneras y motivación al estudio sigue gozando de buena salud.

Otro aspecto que merece mención, es que el horario y las funciones del profesorado ayudan mucho más la labor y el notable esfuerzo pedagógico en el caso de la escuela italiana. Aquí el profesorado tiene sólo 18 horas semanales sin más horas complementarias en comparación con las 26 horas que tiene asignado el profesorado en Canarias y determinadas funciones administrativas (encargadas por ejemplo al profesorado tutor en el caso de Canarias) o de vigilancia (guardias, en el caso de Canarias) son atribuidas a la secretaría o a los vigilantes (hay varios y en cada planta) en Italia. Cabe destacar además que ni el director ni el personal de secretaría tienen funciones de docencia.

Finalmente quería hablar de un aspecto más de tipo pedagógico. Profesorado y alumnado se quedaron un poco desconcertados al oír que en mi Instituto no usamos libros de texto. Es como si fuera inconcebible. El conocimiento tiene que tener una referencia segura y tradicional que son los libros. Al alumnado se les suele decir al finalizar la clase: «para mañana desde la página tal hasta la página cual y los ejercicios allí como tarea». Los contenidos son la línea principal de guía para todos. Lo sorprendente para mí es que eso sigue funcionando y creo que muy bien. No por eso no se forman buenos ciudadanos competentes y preparados, humana y profesionalmente.

Los principales instrumentos para la evaluación son las pruebas escritas y orales (estas últimas también realizados individualmente). Por otro lado intenté explicar la utilidad de pensar en las programaciones a partir de las capacidades o los criterios de evaluación y que para alcanzarlos no siempre se precisaba una referencia única para todo el alumnado, sino que se puede adaptar y preparar el material según las necesidades o los intereses. En la escuela italiana eso suena a una pequeña revolución, innecesaria por otra parte. Me pregunto si lo que estamos haciendo en Canarias tiene una parte de justificación en la necesidad de implicar y de favorecer el aprendizaje para un alumnado que es notablemente diferente, menos motivado o convencido del valor del aprendizaje. Pero si de esto lleva a buen puerto, bienvenido sea el desafío. Para eso estamos.

Un saludo solidario a tod@s los compañer@s que hacen con su dedicación que la sociedad crezca en valores y conocimiento para los ciudadanos del futuro.

Franco Fagotto – IES Las Galletas – Tenerife