Me llamo Miguel Ángel Cabero y soy maestro de Música en el colegio bilingüe Menéndez Pidal de Bembibre (León).
He realizado mi estancia profesional en un instituto de Exeter (Inglaterra). Allí he colaborado la primera semana con el departamento de Idiomas Modernos, y la segunda semana he estado de observador en las clases de Música de los diferentes niveles.
Evidentemente las diferencias entre ambos sistemas educativos, son más que notables. Sobre todo a lo que a recursos materiales se refiere. El gobierno inglés destina unas partidas presupuestarias muy elevadas a la educación. Y eso se nota. No quiere decir que con más dinero, se ofrezca una mejor educación, pero sí que los recursos tanto materiales como personales facilitan la labor docente.
Pizarras digitales, equipos de sonido, intranet, software propio para evaluar, instrumentos musicales, profesores de apoyo, etc…
Pero siendo reflexivo me di cuenta de una cosa: todo eso está muy bien, pero al final, todo depende de las personas. Profesores y alumnos. Y la verdad, no somos tan diferentes. A pesar de nuestra cultura, nuestra gastronomía, nuestra legislación o la diferencia idiomática…somos muy parecidos.
Ha sido una experiencia maravillosa tanto a nivel profesional como personal. Profesionalmente vengo con las pilas cargadas, lleno de energía para intentar poner en práctica enfoques allí adquiridos y con la competencia lingüística en inglés más fresca y rica que nunca, ya que he trabajado con ingleses, he vivido con ingleses y me he relacionado con gente de diferentes nacionalidades, pero siempre con el inglés como herramienta de comunicación.
Y a nivel personal he aprovechado al máximo de lo que te aporta estar en otro país: conocer nueva gente, disfrutar de sus paisajes, su cultura, su música…
Animo a todos a vivir esta experiencia, que difiere mucho de la de ir a hacer un curso en el extranjero. La estancia profesional es mucho más enriquecedora, más completa e interesante.
En cuanto a nosotros, los maestros…¡¡¡Ánimo!!!…vamos por el buen camino. Quizás nuestros datos de abandono escolar o las valoraciones de la OCDE no sean los óptimos, pero si seguimos trabajando en la misma dirección, con administraciones comprometidas, profesionales motivados y con el apoyo del resto de la sociedad, lograremos nuestro objetivo, y programas como este hacen crecer a nuestro profesorado para alcanzar la tan esperada excelencia educativa.
Imagen: Miguel Ángel Cabero
