La OCDE en su último número de PISA in Focus analiza la relación entre el grado de ansiedad que suscitan las matemáticas entre los alumnos de 15 años y su nivel de desempeño en esta competencia a partir de los datos de PISA 2012. El día a día en el aula pone de manifiesto que las matemáticas provocan preocupación, estrés e inseguridad en algunos alumnos, lo que puede incidir negativamente en su rendimiento.
PISA 2012 revela que en los países en los que los alumnos dicen tener un mayor nivel de ansiedad hacia las matemáticas su rendimiento es más bajo. Por el contrario, los países que puntúan por encima de la media de la OCDE en matemáticas tienden a mostrar los niveles de ansiedad más bajos. Sin embargo, no todos los países siguen este patrón. En concreto en Japón Corea, Singapur, Macao-China, Shanghai-China, Hong Kong-China y China Taipei, con los mejores resultados en matemáticas, los niveles de ansiedad son superiores a los esperados.
La relación negativa entre ansiedad y rendimiento también se observa, no solo entre sistemas educativos diferentes, sino entre alumnos de un mismo sistema educativo. Cuanto mayor es el grado de ansiedad, menor es el rendimiento obtenido. De media entre los países de la OCDE, un aumento de una unidad en el índice de ansiedad construido por PISA se traduce en una reducción en el rendimiento en matemáticas de 34 puntos, lo que equivaldría casi a un curso escolar.
En casi todos los países participantes en PISA 2012 las chicas mostraron un mayor grado de ansiedad hacia las matemáticas que los chicos. Este es uno de los factores que puede incidir en que de media las chicas puntúen en matemáticas por debajo de los chicos.
La ansiedad también está relacionada con la percepción que tiene el alumno de sí mismo en relación con sus compañeros. Un alumno que logre un buen rendimiento en matemáticas y que asista a un centro educativo en el que sus compañeros obtengan mejores resultados, tendría un mayor nivel de ansiedad que si estuviera en un centro en el que sus compañeros tuvieran peor rendimiento. Esto tiene mayor relevancia en sistemas educativos con procesos competitivos, por ejemplo de acceso a la universidad.
Por último, PISA 2012 pone de manifiesto el papel que pueden desempeñar los profesores a la hora de reducir los niveles de ansiedad hacia las matemáticas de sus alumnos. Informar a los estudiantes acerca de sus fortalezas y debilidades en el campo de las matemáticas, así como orientarles sobre qué deben hacer para mejorar, se postulan como herramientas eficaces a tal fin.
Araceli Tovar y Joaquín Vera (INEE)
Imagen de cabecera: José Juan Saiz García (INEE)
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Es evidente la relación directa entre la ansiedad y el rendimiento. Preocupación, estrés e inseguridad pueden incidir negativamente en el rendimiento de nuestro alumnado pero como docentes podemos trabajar las emociones y la autoestima de nuestro alumnado para que puedan afrontar con éxito el día a día y la resolución de las actividades propuestas. Así pues, un trabajo paralelo para aprender técnicas que permitan controlar la ansiedad podrían ser de gran ayuda y no deberíamos pasarlo por alto.
El índice de motivación intrínseca para aprender matemáticas es negativo en España, lo que indica un menor interés hacia las matemáticas que en la OCDE.
Los alumnos se muestran a veces, desinteresados por las matemáticas debido a la dificultad intrínseca de esta asignatura, pero dicho interés puede ser mejorado a través de las prácticas docentes (PISA 2012).
Las matemáticas se aprenden mejor cuando se tocan, por eso en edades tempranas de los alumnos, hay que hacerlas tangibles en lugar de presentarlas como un conjunto de conceptos abstractos.
Si las practicas docentes se modifican y mejoran desde la educación primaria, haciendo las matemáticas cercanas al alumno a través de la manipulación, es posible una mejor construcción de conceptos, lo que aumentará la autoestima del alumno, al enfrentarse a las matemáticas, y por tanto su posibilidades de éxito.