La expansión de la educación y los resultados educativos en el “Panorama de la educación 2017. Indicadores de la OCDE 2017”.

JOAQUÍN M. VERA  

Instituto Nacional de Evaluación Educativa

 

El pasado 12 de septiembre, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) lanzó la edición correspondiente a 2017 de “Education at a Glance(Panorama de la Educación, por su nombre en español), una amplia recopilación de estadísticas e indicadores del sistema educativo de los 35 Estados Miembros que forman esta Organización y de otros Estados asociados. Coincidiendo con el lanzamiento, el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, a través del Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) publica “Panorama de la educación. Indicadores de la OCDE 2017. Informe español”, que pone el foco en los resultados españoles en los indicadores más relevantes.

El informe español se articula en tres apartados. En esta entrada nos centraremos en el análisis del primero de ellos, dedicado a la expansión de la educación y los resultados educativos. Dentro de este apartado se analizan indicadores relacionados con la formación de la población adulta, la movilidad educativa intergeneracional, la escolarización en educación infantil, el acceso y titulación tanto en educación secundaria como en educación terciaria, y la movilidad internacional de los estudiantes de educación terciaria.

En Panorama de la Educación se define población adulta como la comprendida entre los 25 y los 64 años, es decir, la población activa que previsiblemente ya está fuera del sistema educativo. Atendiendo a esta definición, España tiene uno de los porcentajes más altos (41,7 %) de entre los países de la OCDE y asociados de adultos cuyo nivel educativo es, como máximo, de primera etapa de Educación Secundaria (lo que en la actualidad equivaldría a la ESO). Solo Brasil, Portugal y México tienen índices más altos. El porcentaje español prácticamente duplica la media de la OCDE (22,4 %) y la de los 22 países de la UE (UE22) incluidos en el estudio (20,3 %). Si bien el dato no es positivo, hay que señalar que la evolución del mismo sí lo es, ya que entre 2006 y 2016 esta proporción ha disminuido en casi 9 puntos porcentuales.

Por otra parte, el porcentaje de adultos con estudios de Educación Terciaria (FP de Grado Superior o equivalente, Diplomatura o equivalente, Licenciatura, Grado o equivalente, Máster, Doctorado…) en España (35,7 %) es similar a las medias de la OCDE (36,7 %) y de la UE22 (33,4 %).

Es en el segmento intermedio, el de la segunda etapa de Educación Secundaria,  ya que en España no existe la postsecundaria no Terciaria, en el que se produce el desequilibrio. En este segmento están incluidos el Bachillerato y la FP de Grado Medio o equivalente. En la mayoría de los países, este segmento tiene una amplitud similar o superior al de la Educación Terciaria; este comportamiento solo no tiene lugar en Reino Unido y España, ambos países con una proporción alta de adultos cuyo nivel educativo es como máximo la primera etapa de la Educación Secundaria (35,7 % y 41,7 %, respectivamente). Dotar de mayor atractivo para los estudiantes las enseñanzas comprendidas en este segmento puede ser clave para mejorar este indicador. Mientras que la naturaleza de Bachillerato es la de una etapa de transición a la Educación Terciaria, es necesario hacer que los Ciclos Formativos de Grado Medio, enseñanzas cuyo objetivo es la cualificación de los estudiantes para su inserción en el mercado laboral, atraigan lo suficiente a aquéllos que no se plantean el acceso a la Educación Terciaria como para que no abandonen el sistema educativo al finalizar la educación obligatoria.

Esta necesidad se ve ratificada si se analizan los datos correspondientes a la tasa de graduación en Educación Secundaria. En España, sólo el 30 % del total de alumnos que se gradúan en Educación Secundaria lo hacen en programas de Formación Profesional, frente al 44 % de la OCDE y al 49 % de la UE22. Pero si se analizan únicamente los alumnos menores de 25 años, el porcentaje cae hasta el 22 % en España, frente al 36 % de la OCDE y al 41 % de la UE22.

Sin embargo, esta baja demanda de los Ciclos Formativos de Grado Medio en España no se hace extensiva al resto de Enseñanzas Profesionales. Si se analizan las cifras de graduados en Educación Terciaria, se puede observar que el porcentaje de graduados en España en CINE 5 (Ciclos Formativos de Grado Superior y equivalentes) es de casi el 23 %, cifra muy superior a los promedios de la OCDE (11 %) y de la UE22 (7 %). En el resto de niveles de Educación Terciaria los porcentajes de España son muy similares a los internacionales.

No obstante, hay otros factores que influyen en el nivel educativo que alcanza la población. Uno de ellos es la movilidad educativa intergeneracional, que se define como la proporción de individuos que han alcanzado un nivel educativo diferente al de sus padres. En España, sólo el 32,3 % de la población de 30 a 44 años cuyos padres no han alcanzado un título de Educación Terciaria logra titular a este nivel. El promedio en la OCDE es muy similar (32,2 %). Sin embargo, cuando alguno de los progenitores ha conseguido título en Educación Terciaria, este porcentaje se dispara hasta el 72,9 % en España (70,3 % en la OCDE). En el rango de edad de 45 a 59 años la situación se polariza aún más.

Para disminuir el porcentaje de adultos que no superan el nivel educativo de ESO o equivalente es indispensable conseguir aumentar el grado de movilidad ascendente, es decir, mejorar el porcentaje de alumnos que alcanzan un nivel educativo superior al de sus padres.

Por último, otros de los factores que influyen en los resultados educativos y que, por lo tanto, tiene incidencia en la esperanza de vida educativa, es decir, en el tiempo esperado que un alumno va a estar dentro del sistema educativo, y que está relacionada, a su vez, con el nivel educativo que ese alumno va a alcanzar, es la escolarización en el nivel de educación infantil. Hay una consciencia creciente del papel fundamental que la educación infantil juega en el bienestar y en el desarrollo cognitivo y socioemocional de los niños. Cada vez hay más evidencias de que una educación infantil de calidad, especialmente la temprana, ayuda a los niños a fomentar su capacidad de aprendizaje, desarrolla habilidades sociales y emocionales y mitiga las desigualdades sociales.

En España, en lo que se denomina Educación Preprimaria (de los 3 a los 5 años), las tasas de escolarización están cerca del 100 % (95 % en 3 años, 97 % en 4 años y 98 % en 5 años), y son claramente superiores a las de la OCDE (78 %, 87 % y 95 % respectivamente) y a las de la UE22 (80 %, 90 % y 95 % respectivamente). En 2 años, único nivel de la Educación Infantil Temprana para el que se dispone de datos, la tasa de escolarización de España (55 %) también supera ampliamente la media de la OCDE (39 %) y de la UE22 (35 %).

 

Otros enlaces de interés:

Education Indicators in Focus, Sistema Estatal de Indicadores de la Educación, Education & Training Monitor (UE).