Respuestas educativas al covid-19: un conjunto de herramientas estratégicas de aplicación

Autoría: Este artículo es un extracto de la traducción proporcionada por Palma Amorós de la publicación OCDE Education Policy Perspectives Nº. 5 OECD (2020[1])

La crisis mundial vinculada a la pandemia de COVID-19 ha superado con creces la esfera de la salud pública y ha afectado profundamente al mundo de la educación. La puesta en práctica de una respuesta educativa a crisis como la de COVID-19 ha sido y sigue siendo un desafío a la luz de las incertidumbres. Muchos países han progresado en colaboración en la configuración de sus cierres inmediatos de escuelas, como se informó en una encuesta dirigida por la OCDE y la Harvard Graduate School of Education. La continuidad de la educación o el apoyo al aprendizaje de los estudiantes que carecen de autonomía o que están en desventaja puede ser un desafío (OCDE y Escuela de Estudios Superiores de Harvard, 2020[2]).

Para apoyar a los países en sus esfuerzos por diseñar e implementar respuestas del sistema educativo durante la crisis del covid-19, Gouëdard, Pont y Viennet (2020[3]) proponen un conjunto de recomendaciones para la implementación efectiva de respuestas educativas a la pandemia. Éstas se han desarrollado siguiendo el análisis de los enfoques de continuidad escolar adoptados en todos los países de la OCDE durante las etapas iniciales de la pandemia del covid-19, así como las pruebas de investigación y las prácticas de los países. Este conjunto de herramientas para los dirigentes de los sistemas educativos presenta las recomendaciones para implementar un camino a seguir en las respuestas educativas a la pandemia covid-19 en un formato fácil de usar. A pesar del carácter mundial de la pandemia, no existe una estrategia de implementación de talla única para hacer frente a la crisis. Por este motivo, este conjunto de herramientas presenta recomendaciones con preguntas orientadoras, para que puedan adaptarse al sistema educativo específico y su contexto. El conjunto de herramientas puede ser utilizado por los responsables de las políticas o los equipos individuales a nivel local, regional o nacional para dar forma a la implementación de sus estrategias de respuesta educativa.

Configuración de una estrategia de aplicación de la educación covid-19

Si bien el cierre de las escuelas parecía necesario para frenar la epidemia y proteger a los niños y a quienes los rodean, perturbó su proceso de aprendizaje. Muchos estudiantes de todo el mundo pasaron a aprender a distancia desde sus hogares, ya sea por medio de la tecnología, la televisión, la radio y el papel, o mediante enfoques alternativos que las escuelas pusieron en práctica rápidamente para mantenerse conectadas. Las evaluaciones externas de los estudiantes se han cancelado o reemplazado, y se ha esperado que las familias desempeñen un papel más importante en el apoyo al aprendizaje de los estudiantes. Muchos sistemas escolares también decidieron reducir las áreas de aprendizaje cubiertas.

En tiempos de emergencia, cuando las limitaciones de recursos, capacidad y tiempo son vinculantes y las pruebas de lo que puede funcionar son limitadas, disponer de un marco de aplicación puede ahorrar tiempo, esfuerzos y dar lugar a mejores resultados. Los países pueden dar forma a una estrategia de aplicación práctica que logre un cambio efectivo partiendo de este diseño conjunto de políticas que proporciona un modelo y herramientas, da a las escuelas autonomía sobre su enfoque de aprendizaje, participación de los interesados en el momento oportuno para la toma de decisiones y tiene en cuenta los factores contextuales clave, como los recursos disponibles y las políticas complementarias necesarias para lograr la coherencia de las políticas en torno a las escuelas y los estudiantes, (figura 1).
Figura 1. El marco de aplicación de las políticas educativas

Fuente: Adaptado de Viennet y Pont (2017[4]), “Education policy implementation: a literature review and proposed framework”, OECD education working papers, no. 162, OECD Publishing, Paris, https://dx.doi.org/10.1787/fc467a64-en.

En general, esta crisis es una prueba de estrés que pone en tela de juicio la resistencia y la equidad de nuestros sistemas educativos. En un momento en el que los individuos y las escuelas están aislados, existe el riesgo de que se rompan las conexiones entre los estudiantes y las escuelas, y con su comunidad. Esto es especialmente importante cuando los factores no escolares desempeñan un papel determinante en los resultados del aprendizaje. Sin embargo, la crisis puede ser una oportunidad para explorar enfoques alternativos de organización de la educación que acerquen las escuelas y los hogares, que fomenten la autonomía de los estudiantes para gestionar su propio aprendizaje y que proporcionen apoyo adicional a los que se encuentran en desventaja. para los sistemas educativos, los próximos pasos consisten en garantizar la calidad, la equidad y el bienestar en la educación:

Calidad: para reducir al mínimo las perturbaciones en el aprendizaje y garantizar que los estudiantes puedan completar sus estudios con el nivel de competencias requerido.

Equidad: garantizar que todos los estudiantes de una misma cohorte disfruten de las mismas oportunidades de aprendizaje y que los estudiantes afectados por la crisis se gradúen con el mismo nivel de competencias que sus compañeros de cohortes no afectadas.

Bienestar: asegurar no sólo la salud física y mental de los estudiantes, sino también el desarrollo de habilidades socioemocionales, preservando la comunidad escolar, y el vínculo entre compañeros y profesores.

Pero cómo se puede hacer. En tiempos de emergencia, cuando las limitaciones de recursos, capacidad y tiempo son vinculantes y las pruebas de lo que puede funcionar son limitadas, disponer de un marco de aplicación puede ahorrar tiempo, esfuerzos y dar lugar a mejores resultados. Una estrategia de aplicación eficaz conjugará los factores contextuales, la participación de las partes interesadas y el diseño de políticas de manera que ésta pueda alcanzar los objetivos previstos. en el caso de las medidas de educación covid-19, esto implica considerar los recursos humanos y tecnológicos disponibles, hacer participar a las partes interesadas y elaborar una política que tenga en cuenta la salud, el bienestar y el aprendizaje de los estudiantes y las escuelas.

Referencias:

[1] OECD (2020), Education responses to COVID-19: an implementation strategy toolkit, OECD Education Policy Perspectives, No. 5, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/81209b82-en > Traducción al español por Palma Amorós: Repuestaseducativasalcovid19

[2] OECD and Harvard Graduate School of Education (2020), a framework to guide an education response to the covid-19 pandemic of 2020, https://globaled.gse.harvard.edu/files/geii/files/framework_guide_v2.pdf

[3] Gouëdard, p., b. pont and r. viennet (2020), “education responses to covid-19: shaping an implementation strategy”, oecd education working papers, no. 224, https://doi.org/10.1787/8e95f977-en

[4] Viennet, R. and B. Pont (2017), “education policy implementation: a literature review and proposed framework”, oecd education working papers, no. 162, oecd publishing, paris, https://dx.doi.org/10.1787/fc467a64-en