Uso de las TIC en el aula: cómo incentivarlo

El brote de coronavirus (COVID-19) ha provocado una de las mayores interrupciones de la educación en la historia. Durante el momento más álgido de la crisis, los cierres de centros escolares y universidades afectaron a más de 1600 millones de estudiantes en unos 190 países de todo el mundo, (alrededor del 94 % de la población estudiantil mundial). El 25 de octubre de 2020, la UNESCO todavía notificaba cierres de centros educativos en 31 países, lo que afectaba a casi 580 millones de estudiantes en todo el mundo.

El paso de las clases presenciales tradicionales al aprendizaje a distancia ha representado un desafío, no solo para los estudiantes y sus familias, sino también para los docentes. Con los centros cerrados, muchos docentes de todo el mundo tuvieron que empezar a impartir sus clases a través de plataformas digitales. Sin embargo, según los datos de la última Encuesta Internacional sobre Enseñanza y Aprendizaje de la OCDE (TALIS, por sus siglas en inglés), una gran parte de los docentes de la OCDE no fomentaba entre su alumnado el uso de las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) para proyectos o trabajo en clase (47 %), «con frecuencia» o «siempre».

La rápida y obligada transición a la educación en línea ha sido un factor en contra de los estudiantes que no tienen acceso a las TIC en casa, los que tienen un apoyo familiar limitado y los que no están acostumbrados a estudiar y aprender por su cuenta. Además, ha sido negativo para los estudiantes cuyo profesorado no les ha expuesto a las TIC o no tiene suficiente dominio de estas tecnologías.

Pese a todo, ¿por qué algunos docentes son más propensos que otros a incentivar entre su alumnado el uso de las TIC para la realización de proyectos o trabajos en clase? Y, ¿por qué es más probable que algunos profesionales sean más propensos que otros a realizar actividades de formación con herramientas TIC para la enseñanza?

Sin este tipo de formación, el paso abrupto a la enseñanza digital implica un reto importante para algunos docentes y podría penalizar a unos estudiantes más que a otros. TALIS 2018 revela que la formación inicial al comienzo de la carrera docente y la formación permanente del profesorado inciden en la frecuencia de uso de las TIC en las clases, con el consiguiente efecto sobre la exposición del alumnado a estos medios en los centros escolares. Los docentes que han utilizado las TIC como parte de su formación previa y, los que han llevado a cabo actividades recientes de formación con herramientas TIC para la enseñanza son más propensos a integrar las tecnologías en su práctica docente. Los resultados también indican que los centros que promueven el liderazgo de iniciativas innovadoras entre el profesorado es más probable que integren las TIC en la práctica dentro del aula.

Figura 1.- Claves para la mejora de las competencias digitales del profesorado y el uso de las TIC en el aula

Fuente:  Elaboración propia

Para conseguir una integración efectiva de las TIC en las actividades de enseñanza y aprendizaje en el aula, es crucial comprender por qué algunos educadores tienen más probabilidades de emprender actividades de formación con las TIC para la enseñanza que otros.

Los datos de TALIS 2018 muestran que, en promedio, las actividades de formación relacionadas con las competencias digitales son la segunda actividad de formación docente más necesaria en secundaria (el 18 % de los docentes señalan esta necesidad), y también se observa que, 4 de cada 10 docentes no han participado en ninguna actividad de formación relacionada con las TIC en los 12 meses anteriores a la encuesta.

TALIS 2018 sugiere que la inclusión de las TIC para la enseñanza en la formación inicial del profesorado podría ser un instrumento clave que propicie el desarrollo continuo de la competencia digital docente y la utilización delas nuevas tecnologías en la enseñanza. Los docentes cuya formación inicial incluía el uso de las TIC, no solo presentan más probabilidades de usarlas en el aula, sino también de participar en actividades de formación permanente con las TIC para la enseñanza. Sin embargo, la manera de integrar las TIC en la práctica docente se ve influida por numerosas condiciones organizativas y sistémicas, además de por la instrucción inicial y la formación permanente del profesorado recibidas. Finalmente, el acceso a la formación es un requisito necesario, pero no suficiente para mejorar las competencias TIC, ya que la calidad de los programas de formación tiene un impacto determinante para la consecución de prácticas efectivas en el uso de las TIC.

¿Cómo pueden los gobiernos lograr la integración efectiva de las TIC en la práctica del aula? La educación y la formación son, indudablemente, dos aspectos clave a tener en cuenta por los gobiernos de cara a lograr este objetivo. TALIS 2018 indica que la inclusión del uso didáctico de las TIC para la docencia en la formación inicial del profesorado, así como el aumento de la oferta de formación permanente para su uso en el aula facilitarán la transición a una «nueva normalidad» donde las clases tradicionales se complementarán con el aprendizaje a distancia.

Fuente: https://oecdedutoday.com/teachers-use-technology-classroom-change/

Más información en:

Blog OCDE: https://oecdedutoday.com/teachers-use-technology-classroom-change/

TIF 35: https://www.educacionyfp.gob.es/inee/publicaciones/publicaciones-periodicas/teaching-in-focus.html

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