¿Qué pueden hacer los centros educativos y el profesorado para potenciar el rendimiento de los estudiantes?

Gran parte de los estudiantes en todo el mundo han experimentado el aprendizaje a distancia durante el último año debido a la COVID-19, poniendo de manifiesto la importancia de los docentes y los centros educativos como pilar fundamental en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Los cierres temporales de los centros educativos han demostrado lo mucho que los estudiantes se benefician de asistir a clase con sus profesores y compañeros.

Siguiendo esta línea, en la publicación Teaching in Focus n.º 38, se han recopilado datos de los estudios internacionales TALIS (Teaching and Learning Survey, en inglés) y PISA 2018 (Programme for International Student Achievement, en inglés) para señalar algunos de los factores que hacen que los profesores y los centros educativos sean más eficaces:

  • La mejora académica de los estudiantes está directamente relacionada con el tiempo de clase que dedican los profesores a la enseñanza, en contraposición con el tiempo destinado a establecer medidas disciplinarias o a tareas administrativas.
  • Cuanto más satisfechos están los profesores con su entorno de trabajo, mejor es el rendimiento académico de su alumnado.
  • Se observa un rendimiento académico menor entre los estudiantes que asisten a clases donde la concentración de alumnado procedente de entornos socioeconómicamente desfavorecidos es más elevada.
  • Los estudiantes rinden más cuantos más compañeros de altas capacidades tienen en clase. Esto puede indicar que las características del grupo influyen en el rendimiento, si bien puede ser un motivo de segregación académica.

Aprovechar al máximo el tiempo de clase de los profesores

Los estudiantes tienden a obtener mejores resultados cuanto más tiempo de clase dedica el profesorado a la enseñanza-aprendizaje. Esta afirmación es válida, de media, para lectura, matemáticas y ciencias en todos los países y economías del estudio TALIS-PISA, así como en República Checa y Turquía. En este sentido, el tiempo de clase que el profesorado no dedica a la enseñanza propiamente dicha suele deberse a cuestiones disciplinarias o tareas administrativas. Sin embargo, aquí puede haber también una relación causal inversa: las aulas disruptivas tienen más probabilidades de estar compuestas por estudiantes con bajo rendimiento, lo que, a su vez, implica que se dedique más tiempo a mantener el orden de la clase o a realizar más tareas administrativas.

De estos resultados se extrae que los profesores podrían maximizar el tiempo de clase dedicado a la enseñanza y el aprendizaje buscando formas alternativas de abordar las tareas administrativas. Otra conclusión es que pueden mejorar las relaciones con los estudiantes que tienen problemas de disciplina participando en actividades extraescolares con ellos. Sin embargo, la carga de trabajo del profesorado no debería verse aumentada por un incremento en las actividades extraescolares, a no ser que se reduzca el tiempo dedicado a tareas administrativas, que son menos eficaces para la capacitación del alumnado.

Prestar atención a la satisfacción laboral de los profesores

La satisfacción laboral del profesorado también es importante para el rendimiento de los estudiantes. Cuanto más contentos están los docentes en su entorno profesional, mejor es el rendimiento escolar de los estudiantes en los países y economías participantes, esto puede verse claramente en Australia, la República Checa, Georgia y Turquía (Figura 1).

Figura 1. Relación entre la satisfacción del profesorado con el entorno laboral y el rendimiento de los estudiantes
Gráfica relación entre la satisfacción laboral docente y el rendimiento de los estudiantes

Fuente: Teaching in Focus n.º 38

La dirección de los centros escolares y las autoridades educativas podrían colaborar con el profesorado para identificar las condiciones de trabajo que deben ser mejoradas. Por ejemplo, debería asegurarse de que los profesores dispongan de la infraestructura y de los materiales necesarios para impartir sus clases, especialmente en los centros educativos más desfavorecidos.

Sin embargo, la satisfacción de los docentes con el entorno de trabajo va más allá de los recursos materiales. Las direcciones de los centros escolares pueden fomentar un clima que propicie la colaboración, dar a los docentes más autonomía sobre los aspectos fundamentales de su trabajo, así como implicar al profesorado en la toma de decisiones del centro escolar.

Optimizar la agrupación de las clases

Los compañeros de clase también tienen influencia en el rendimiento de los estudiantes, en función de si las clases están compuestas por más estudiantes socioeconómicamente desfavorecidos o más estudiantes de altas capacidades. Cuanto mayor es la concentración media de estudiantes procedentes de entornos socioeconómicamente desfavorecidos en el aula, mayor es la tendencia a obtener un rendimiento académico menor en Australia, Colombia y Georgia. Aunque esta conclusión se mantiene teniendo en cuenta el origen socioeconómico de los estudiantes, también sugiere la influencia de los compañeros.

El rendimiento de un estudiante puede verse afectado negativamente si se encuentra rodeado de compañeros con escasos recursos económicos y socioculturales, lo que refleja desventajas significativas en la comunidad local. Tener una menor disponibilidad de recursos materiales didácticos y estrategias de enseñanza en el centro educativo también pueden afectar al desarrollo cognitivo del estudiante. Por otro lado, se observa una ventaja académica entre el alumnado de cualquier entorno u origen socioeconómico si está matriculado en un centro educativo cuyos estudiantes proceden de entornos socioeconómicos más aventajados.

De hecho, según aumenta la concentración media de estudiantes con altas capacidades en el aula, se observa un mejor rendimiento medio en los países y economías participantes, tal como sucede en Australia, CABA (Argentina), la República Checa y Turquía. Esto puede indicar la presencia de segregación académica, pero también la influencia de los compañeros. Los estudiantes rinden más cuando están rodeados de compañeros con una mayor capacidad cognitiva innata: están más motivados, son más competitivos y tienen mayores aspiraciones profesionales.

Los centros educativos podrían optimizar la forma de agrupar a los estudiantes dentro de las aulas de manera que beneficie a los más débiles sin perjudicar a los más fuertes. Los centros educativos deberían esforzarse por repartir tanto a los estudiantes de altas capacidades como a los estudiantes de entornos socioeconómicamente desfavorecidos de la manera más equitativa posible entre las diferentes clases.

Como conclusión final, se podría decir que mezclar a estudiantes de diferentes orígenes socioeconómicos y capacidades en las aulas, asegurarse de que los docentes estén satisfechos en su entorno laboral y permitirles dedicar la mayor parte de su tiempo en el aula a enseñar, son factores que ayudan a la mejora del rendimiento académico.

Estos factores no solo son importantes para el rendimiento de los estudiantes, sino que también están al alcance de las políticas educativas.

Fuente: https://www.oecd-ilibrary.org/education/what-can-schools-and-teachers-do-to-boost-students-academically_6a8a364d-en

Más información en:

Blog OCDE: https://oecdedutoday.com/schools-teachers-nurture-high-achieving-students

TIF 38: https://www.educacionyfp.gob.es/inee/publicaciones/publicaciones-periodicas/teaching-in-focus/2020-2021.html

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