Este post ofrece una nueva explicación a la desfavorable posición relativa de España en rendimiento académico. Resume el contenido del capítulo elaborado por el profesor Ildefonso Méndez, de la Universidad de Murcia, para el Informe español PISA 2012 resolución de problemas. El capítulo analiza el rendimiento de los estudiantes de 15 años de edad residentes en España y en otros 27 países desarrollados en la resolución de problemas cotidianos, competencia evaluada en PISA 2012. El autor presentó las principales conclusiones en el Congreso PISA: Evaluación por ordenador y resolución de problemas.
El capítulo constata que si bien el rendimiento de los estudiantes españoles está por debajo de la media de los 28 países desarrollados analizados tanto en resolución de problemas como en matemáticas, la diferencia desfavorable a España es notablemente superior en resolución de problemas. En concreto, tras tener en cuenta las diferencias entre países en características de los estudiantes, sus familias y escuelas, España ocupa el puesto 23 de 28 países en un ranking de mayor a menor rendimiento en resolución de problemas y el puesto 18 en matemáticas. Nuestra desventaja relativa es, por tanto, mayor en aquellas materias, como resolución de problemas, en las que el sistema educativo no aporta contenidos específicos que poder memorizar.
La posición relativa de España no se explica por una inferior dotación de factores que favorecen el rendimiento estudiantil. Más bien al contrario, España tendría que ocupar una posición superior en los rankings internacionales si atendemos a su dotación de características familiares (nivel educativo de los padres, estatus socioeconómico, etc.) y de escuela (titularidad pública o privada, recursos con que cuenta, control sobre contrataciones, contenidos, etc.) que favorecen el rendimiento estudiantil. Es, por tanto, una ineficiente combinación de estos factores a través del sistema educativo y social el que explica el resultado de España.
El capítulo destaca, de entre las posibles causas de las diferencias observadas entre países en rendimiento estudiantil, una: las diferencias en las habilidades no cognitivas o rasgos de personalidad más valorados. En concreto, este trabajo demuestra que las preferencias declaradas en materia de habilidades no cognitivas o cualidades a potenciar en un niño por los habitantes del país de residencia del estudiante a mediados de la década de los ochenta del siglo XX en la Encuesta Mundial de Valores (EMV) tienen un efecto relevante en su puntuación en PISA 2012, incluso después de controlar por un amplio conjunto de características del estudiante, su familia y su escuela.
Los estudiantes residentes en países que fomentaban en los niños en la década de los ochenta, a través de la familia y de su sistema educativo, cualidades como la responsabilidad, la perseverancia, la independencia, la capacidad de ahorro y de postergar las recompesas y la imaginación, obtienen, a igualdad de características personales, familiares y de la escuela, mejores resultados tanto en matemáticas como en resolución de problemas. Por el contrario, los estudiantes residentes en países que ponen el énfasis en la obediencia, la generosidad o la fe religiosa, obtienen resultados sistemáticamente peores en rendimiento educativo.
Este resultado ofrece una nueva explicación a la desfavorable posición relativa de España en rendimiento académico. En la encuesta que la EMV realizó en España en el año 1981 se pidió a una muestra representativa de la sociedad española del momento que señale un máximo de cinco cualidades, de un conjunto de once, como las más importantes a potenciar en un niño.
Los resultados, resumidos en el Gráfico 1, señalan, como las cualidades más importantes para la población española, las siguientes: responsabilidad, buenos modales, tolerancia y respeto a los demás, trabajo duro y obediencia. A excepción de la primera cualidad, las otras de entre las más valoradas por la sociedad española contribuyen de forma marginal o incluso negativa a la medida sintética de habilidades no cognitivas que ejerce un efecto positivo sobre el rendimiento estudiantil. Por el contrario, las habilidades no cognitivas más eficaces a la hora de incrementar el rendimiento de los estudiantes como la perseverancia, la independencia o la capacidad de ahorro solo fueron marcadas como relevantes por un 12.6%, un 24.3% y un 10.7%, respectivamente, de la población española encuestada en 1981. Estas cifras no cambian de forma substancial si utilizamos la encuesta de comienzos de la década de los noventa del siglo pasado o, incluso, la realizada a mediados de la primera década del presente siglo.
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Imagen de cabecera de Juan Carlos Mejía
Coincido con el autor del artículo en que tal vez las habilidades no cognitivas, más concretamente el fomento de determinado tipo de valores (la obediencia, la generosidad o la fe religiosa), en vez de otros valores (la responsabilidad, la perseverancia, la independencia, la capacidad de ahorro y de postergar recompensas y la imaginación) que pueden contribuir a un incremento del rendimiento académico y más concretamente a una mejora en la resolución de problemas pueda ser una de las causas que explique nuestra relativa mala posición en este estudio.
No obstante, desde mi modesta perspectiva, sin quitarle importancia a ese tipo de variables (valores aludidos) hay otro tipo de variables, éstas sí son cognitivas, como las estrategias heurísticas o la capacidad de autorregulación en el aprendizaje (capacidad para planificar acciones, anticipar errores o dificultades, prever vías de resolución alternativas, de fijar metas, de anticipar espacios, materiales y tiempos…; o la capacidad para controlar si el progreso se ajusta a lo previsto y las metas fijadas, se hay una retroalimentación con respecto a todo lo que se había planificado…; o si finalmente se hace un balance de cómo se ha aprendido –procedimiento que se ha seguido-, qué estrategias de las utilizadas han sido las más útiles, cuáles, por el contrario, deben modificarse para que en la siguiente ocasión se pueda operar con más eficiencia…), que normalmente no son objeto de aprendizaje en nuestros centros. Con el desarrollo de estas variables en nuestro alumnado añadiríamos un poderoso mecanismo de mejora en los procesos de resolución de problemas en nuestros estudiantes. Esto sería un desarrollo más coherente de la competencia de aprender a aprender.
Para que ello sea posible se requiere más formación por parte de todos los profesionales de la enseñanza y de la educación (docentes, orientadores/as, inspección de educación, asesores/as de formación, etc).
Estoy completamente de acuerdo con el autor del artículo respecto a que probablemente en aquellos países/regiones en los que se potencien cualidades, actitudes y aptitudes orientadas o estrechamente relacionadas con el ámbito académico tanto desde el seno de la familia como desde el propio sistema educativo, los alumnos obtendrán unos resultados notablemente mejores que en aquellas zonas en las que no ocurra esto.
Con respecto a nuestro país, desde mi punto de vista, creo que no se trata tan solo de una falta de recursos destinados a la educación, sino que el problema radica en un cúmulo de factores que no se dirigen precisamente en el camino de la obtención de buenos resultados académicos: no está suficientemente valorada la cultura ni el rendimiento académico sino que parece que se nos vende el dinero rápido (futbolistas bien pagados, cantantes, etc) mientras que el hecho de tener un título, curso, máster apenas se reconoce socialmente; los recursos educativos pienso que no están bien estructurados o distribuídos (habría que destinar más recursos a aquellos centros localizados en ambientes poco favorables socialmente cuando da la impresión que se prima más a aquellos que obtienen mejores resultados); aunque la educación ha de ser igual para todos, creo que sería muy beneficioso para la sociedad y como ejemplo para las generaciones que nos siguen que se recompense de alguna forma a aquellos alumnos que aún teniendo unas condiciones realmente adversas para su formación académica, se esfuerzan y son brillantes estudiantes.
Creo que estudios internacionales como PISA entre otros debería servir para darnos cuenta de nuestros «errores» e intentar ponerles solución.
Ánimo
Coincido completamente con tu opinión.
Este es el país del «pelotazo», de la corrupción… en el que lo importante era hacerse rico.
Los chavales veían que saliendo del instituto, incluso sin título, podían haceerse de oro en la construcción, «¿para qué leer si cuando trabaje voy a ganar el triple que tú, que has leído y sabes tanto y ,además, me tienes que aguantar?» me dijo en su día un alumno.
Hola,
Agradezco a los dos compañeros sus comentarios. Estoy de acuerdo con Francisco Javier en la importancia de la autoregulación del aprendizaje. El establecimiento de objetivos a medio/largo plazo individualizados por alumno, el dotar a los alumnos de las estrategias básicas para superar los obstáculos que se encuentren en el camino y redefinir, en caso de ser necesario, los objetivos, son piezas básicas de la propia perseverancia y determinación.
Asimismo, comparto con María Jesús la relevancia que aspectos distintos de los recursos materiales tienen a la hora de explicar la posición relativa de España en PISA, en fracaso escolar y en abandono escolar prematuro.
La encuesta del año 81 me ha parecido muy interesante, pero creo que habría que actualizarla y realizarla en varios países para establecer relaciones con estudios e informes más recientes. Así como definir qué significa cada uno de los valores estudiados.
Con algunos de los valores propuestos creo que todos estaremos de acuerdo en que son importantes, como la responsabilidad, la imaginación y creatividad, el trabajo… pero seguramente otros son muy discutibles: tener o no creencias religiosas, capacidad de ahorro y ser generoso quizá no incidan en el rendimiento académico sino en otras cuestiones.
En mi trayectoria profesional he trabajado en países donde la religión era importante y otros donde no, y no me parece un factor determinante. El valor del respeto, en mi opinión, sirve para que haya un clima disciplinado en el aula, pero no para motivar a los alumnos a cuestionar y criticar (lo que desde mi punto de vista es importantísimo para aprender). Quizá habría que renombrarlos.
Por tanto, aunque me parece que la encuesta es interesante, creo que habría que ajustarla a los tiempos que corren para que aporte datos lo menos subjetivos posibles, al mismo tiempo que se defina qué valor afecta a qué resultado en el aula.
Estoy de acuerdo con el comentario de Fco.Javier Peralta. El artículo destaca la importancia de los rasgos de personalidad más valorados en los diferentes países para explicar los resultados obtenidos en la resolución de problemas.
Pero en mi opinión también es muy importante la formación pedagógica de los docentes. Durante muchos años se ha dado más importancia en los conocimientos de las diferentes materias que tienen los profesores de la ESO y se ha dejado un poco olvidada su formación en cómo se puede enseñar para que los alumnos aprendan más.
Estoy totalmente de acuerdo con el autor de este artículo, tuve la suerte de poder escucharle en el congreso PISA en Madrid y me sorprendió muchísimo que su ponencia generase tanta discordia, de algún modo los que nos dedicamos a esta «aventura de enseñar», sabemos que los valores en los que son educados nuestro alumnos influyen directamente en su rendimiento académico. Cuántas veces habremos comentado entre compañeros que una vez conocidos a los padres podemos entender mejor el comportamiento de nuestros alumnos. Era necesario este estudio para confirmar lo que ya sospechábamos.
No obstante, no debemos olvidar que nosotros como profesores y educadores podemos hacer mucho, también debemos educar en valores y la mejor manera de hacerlo es dando ejemplo.
Algunos comentabais que se necesita más formación pedagógica, pero eso está a nuestro alcance y depende también de nosotros, no podemos esperar a que nos lo den todo en bandeja, yo sólo llevo cinco años en la enseñanza y lo primero que hice fue formarme en pedagogía y gestión de aulas y sigo haciéndolo, hay muchos cursos gratuitos, que cuentan experiencias de aula y dan muchísimos recursos para poder aplicar en el aula, es cuestión de moverse un poco, buscar y no dejar de actualizarnos.
Me parece muy interesante el artículo, pero aunque hay aspectos importantes que influyen en el rendimiento de los alumnos, como los destacados favorables para la resolución de problemas y que quizás se puedan extrapolar a otros ámbitos,no acabo de ver la incidencia tan directa en la resolución de problemas.
Entiendo que la imaginación es importantísima en la educación, pero hay no otros factores, que sinceramente, no entiendo la relación, como por ejemplo la capacidad de ahorro.
No obstante, esto y de acuerdo de la escuela deben fomentar a través de la acción educativa estos valores que destaca el artículo.
Me parece muy interesante el artículo porque nos conduce hacia otra forma de razonar sobre los resultados que obtiene España en las diferentes evaluaciones internacionales. No hay que buscar sólo en el sistema educativo sino en el comportamiento de la sociedad en general, como vemos, para encontrar el problema y las posible soluciones.
Otra cuestión sería, si estamos dispuesto a tener una sociedad que resuelva muy bien los problemas, a costa de priorizar más unos valores sobre otros.
Me produce un poco de confusión la lectura de este artículo. ¿En qué fundamentos nos basamos para afirmar que un alumno- niño educado en la generosidad, obediencia… no es educado también en la responsabilidad, perseverancia, imaginación…?
Un niño obediente puede ser independiente.
Un niño generoso es responsable.
No será que vivimos una época en la que no se educa ni en la generosidad, ni en la responsabilidad, ni en la obediencia, ni en postergar recompensas, ni en el esfuerzo…
Para analizar en qué sociedad vivimos y cómo se ha educado sólo hace falta analizar la vida de las personas «públicas» a las cuales hemos elegido como representantes nuestros.
Me ha parecido un artículo muy interesante. Como dice el autor, creo que parte de nuestro fracaso en el sistema educativo actual se remonta varias décadas atrás. Hoy estamos recogiendo los frutos de cambio de paradigma educativo no del todo acertado. Hace años dejamos de valorar el esfuerzo educativo, la responsabilidad y la perseverancia, a favor de la satisfacción fácil e inmediata de nuestros deseos. ¿Cómo podemos lograr motivar a nuestros alumnos hacia el esfuerzo y la perseverancia cuando hay tantos ejemplos de personas que logran el éxito sin esfuerzo? Esta es una queja recurrente en los últimos años, pero desde la sociedad se siguen legitimando ese tipo de valores.
Más allá de la indudable importancia que estos valores tienen en el sistema educativo, también creo que estos mediocres resultados en matemáticas y más concretamente en la resolución de problemas matemáticos, también es responsabilidad directa de los educadores. Personalmente creo que existe un gran déficit en formación pedagógica y didáctica en los planes de estudios universitarios. Es evidente que tenemos que dominar los contenidos de la materia que impartimos, pero igual de relevante es saber transmitirlos al alumnado.
Otro dato que me resulta muy interesante y que las diversas evaluaciones internacionales están dejando de manifiesto es que la inversión educativa no es, por sí sola, garantía de un sistema educativo de calidad.
La mejora de nuestra sistema educativo creo que pasa por recuperar ciertos valores olvidados, tanto a nivel de sociedad como del propio sistema. El sistema educativo no puede cambiar si no lo hace de la mano de la sociedad en la que se desarrolla.
Me parecen unas reflexiones muy interesantes pero me gustaría dar mi opinión personal en el caso del área de matemáticas.Pienso que nuestros alumnos no destacan en las pruebas de resolución de problemas por el actual enfoque metodológico que se emplea en las clases de matemáticas, muy centrado en habilidades repetitivas de calculo alejadas de la realidad cotidiana del alumno. Cuantas veces hemos es duchado en clase la pregunta, ¿para qué sirve esto profesor?. Además los libros de texto de matemáticas están repletos de «problemas » absurdos como los problemas de edades y otro tipo de situaciones que no despiertan el interés y la curiosidad del alumno por resolverlos. Cualquier profesor de matemáticas debería plantearse la siguiente pregunta , ¿estoy trabajando con problemas matemáticos o con operatoria con carga verbal?
Interesante artículo para debatir diferentes aspectos.
No obstante, quiero resaltar una cuestión en la que estoy de acuerdo, la relativa a la importancia de la independencia y la perseverancia de los alumnos. Ahora bien, en primer lugar, debemos distinguir entre, por un lado, la valoración de estas habilidades no cognitivas, de las que creo, que posiblemente en la actualidad se aprecien más que en 1981, y por otro lado el grado de persecución de las mismas. Resumiendo, no debe confundirse valorar con perseguir.
Y en este caso concreto, puede ocurrir, que si bien se valoren bastante, o mucho la independencia y la perseverancia, no se consigan porque o bien no se persigen, o bien otros factores impiden su consecución..
Este último aspecto seguramente necesite una importante reflexión.
Buenos días Carmen. Muchas gracias por tus comentarios.
Nos gustaría añadir, que a pesar de que la encuesta a la que se refiere el artículo data de 1981, estas cifras no cambian de forma substancial si utilizamos la encuesta de comienzos de la década de los noventa del siglo pasado o, incluso, la realizada a mediados de la primera década del presente siglo.
En cualquier caso, agradecemos tu interés en el tema tratado.
Recordarte que estamos a tu disposición para cualquier duda que pueda surgir.
Un saludo
Me parece muy interesante esta relación entre la encuesta de habilidades no cognitivas y la posición relativa de los países en resolución de problemas. En verdad la encuesta es muy antigua aunque en el artículo se cita que las más recientes no incorporan cambios sustanciales. El dato que más me ha llamado la atención ha sido que los valores de responsabilidad, perseverancia, independencia, la capacidad de ahorro y de postergar las recompensas y la imaginación sean los que correlacionen positivamente con los resultados en resolución de problemas. También es llamativo que precisamente no sean considerados los más importantes en España (sí lo es la responsabilidad).
Por otra parte, si analizamos el tratamiento de valores que de forma generalizada se puede fomentar en nuestras escuelas, podemos concluir que muchos de estos valores altamente potenciales en resolución de problemas, no están sistematizados en nuestras prácticas educativas. Un ejemplo: el tratamiento del error y la perseverancia, la imaginación y la búsqueda de soluciones alternativas presentes en las pedagogías activas no son hoy por hoy la práctica mayoritaria, aunque lentamente se está extendiendo cada vez más.
Estimado Jordi, muchas gracias por tus comentarios.
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¿Qué factores determinan el rendimiento en resolución de problemas?
Una pregunta realmente difícil, ya que de tener una respuesta verificada tanto las familias como el profesorado iríamos por ella…
he leído con entusiasmo que los estudiantes residentes en países que fomentaban en los niños en la década de los ochenta, a través de la familia y de su sistema educativo, cualidades como la responsabilidad, la perseverancia, la independencia, la capacidad de ahorro y de postergar las recompesas y la imaginación, obtienen, mejores resultados tanto en matemáticas como en resolución de problemas. pero yo añadiría que realmente cuando tanto en la familia como en el entorno educativo se fomentan estos valores, los resultados y el rendimiento son mejores en todas las áreas, y no sólo en el entorno de resolución de problemas matemáticos. Pero, dudo de la siguiente afirmación, ya que realmente creen ustedes que como dice el artículo los/las educados en la obediencia, la generosidad o la fe religiosa, obtienen resultados sistemáticamente peores en rendimiento educativo?. Realmente hay algún estudio científico sobre ello? No lo sé, pero éstas características se podrían relacionar directamente con la responsabilidad y perseverancia anteriormente citados… por lo que me resulta difícil ver la diferencia.