El área de evaluaciones nacionales del Instituto Nacional de Evaluación educativa presenta estos días su Guía para la elaboración de pruebas de evaluación educativa, con la que se pretende dar unas orientaciones generales para llevar a cabo una evaluación eficiente, variada y completa del alumnado, enfocada principalmente en la consecución de competencias, como elemento vertebrador de los demás elementos curriculares de cualquier materia o módulo profesional.

Tras una breve introducción a la evaluación educativa y al marco nacional de evaluación, en el documento se desarrollan las características de los distintos elementos inherentes al proceso evaluativo mediante cuestionarios cognitivos, el modo objetivo de evaluación de discentes más aplicado cuando no es posible llevar a cabo una evaluación continuada durante toda la etapa. Este modelo de evaluación condiciona que la aplicación de estos cuestionarios tenga que efectuarse en momentos muy determinados, y asegurándose de que su validez sea la adecuada para la evaluación de competencias.

Asimismo, la guía proporciona información detallada sobre las distintas modalidades de elaboración de cuestionarios cognitivos, su adecuación a los distintos entornos de aprendizaje y sus distintos modos de codificación y corrección; y algunas indicaciones básicas para la correcta redacción de ítems.

Tipos de preguntas y utilidad

Preguntas de respuesta cerrada

Aunque requieren de una preparación minuciosa y elaborada, son preguntas muy sencillas de codificar, pues se basan en proporcionar un conjunto de respuestas para que sean seleccionadas, asociadas, ordenadas o colocadas.

Las preguntas de respuesta cerrada se han venido utilizando tradicionalmente para obtener información cuantificable de forma sencilla (por ejemplo, mediante cuestiones de respuesta dicotómica o de opción múltiple), o para restringir las respuestas dentro de un conjunto acotado.

Este tipo de preguntas son especialmente útiles para la realización de cuestionarios a gran escala, pues son una forma rápida y fácil de recolección de datos. Esto hace que este tipo de cuestiones sean imprescindibles en el ámbito de actuación del INEE.

Preguntas de respuesta abierta (o respuesta libre)

Permiten la evaluación de un mayor nivel de competencias, pero requieren una inversión de tiempo mayor en su codificación y corrección. Al permitir la evaluación no sólo de la respuesta final, sino también de todo el proceso de desarrollo de la misma, las preguntas de respuesta abierta proporcionan una forma de recopilación de información más detallada y descriptiva, como sucede, por ejemplo, en la redacción de un párrafo o un texto corto; o el desarrollo de un problema de contenido matemático o un conjunto de operaciones complejas.

La corrección y codificación de este tipo de cuestiones es más complicada, pues por lo general cada pregunta está relacionada con varios indicadores de logro, y por lo tanto con varios ítems. Por eso, cuando en se utilizan este tipo de preguntas en evaluación de diagnóstico se asocian para la corrección elementos que maximizan la objetividad, tales como las listas de cotejo, las escalas de valoración, las rúbricas o los patrones de corrección.

Preguntas de respuesta semiconstruida

Son cuestionarios cuyos elementos son intermedios entre los dos tipos anteriores.

Se asemejan a los cuestionarios de respuesta abierta en que la respuesta debe ser proporcionada por el alumno, y no se solicita de entre los elementos de una lista cerrada. Sin embargo, en este tipo de cuestionarios se espera que la respuesta proporcionada sea corta: una palabra, una frase corta, un resultado numérico, una fecha concreta, etc.

Elaboración de pruebas de evaluación

En la elaboración de las pruebas de evaluación debe tenerse en cuenta el enfoque competencial, para lo cual es importante definir un conjunto de ítems homogéneos y de dificultad variable, y que permitan contextualizar la prueba. Para facilitar esta tarea, se propone seguir un ciclo que consta de cinco etapas:

Etapa 1. Construcción de las unidades de evaluación

• Elección de los estímulos.
• Redacción de los ítems.
• Definición de los criterios de codificación.

Etapa 2. Revisión de la calidad de los estímulos e ítems asociados

• Por parte de quienes redactaron los ítems.
• Finalidad: asegurar que la prueba cumple los parámetros de evaluación.

Etapa 3. Configuración de las pruebas de evaluación

• Selección de las unidades de evaluación, y sus ítems.
• Consideración de las variables de adaptación de la prueba.

Etapa 4. Pruebas piloto

• Ensayo con una muestra similar, con la finalidad de analizar el funcionamiento general de los ítems y la logística de aplicación; y de calibrar los ítems para adecuar su capacidad de discriminación, grado de dificultad, etc.

Etapa 5. Estudio principal

• Fase preparatoria para sensibilizar al grupo.
• Fase de ejecución.

La finalidad que se persigue es dar una formalidad objetiva al proceso de evaluación que concuerde con las especificaciones que la legislación proporciona en los indicadores de logro y las matrices de especificaciones. El INEE analiza e interpreta los resultados obtenidos en las evaluaciones de diagnóstico para hacer una evaluación exhaustiva del sistema educativo español, con el principal objetivo de realizar propuestas de mejora integradas en la legislación.