El liderazgo de los directores y directoras y por qué son tan importantes durante la pandemia COVID

 

Nunca antes ha sido tan visible el papel de las directoras y directores de los centros educativos que durante la pandemia del COVID-19 y el consecuente cierre de las escuelas en todo el mundo. No solo han tenido que coordinar las medidas para mantener las actividades de enseñanza y aprendizaje durante el confinamiento, sino que también han sido responsables de asegurar un ambiente de aprendizaje seguro cuando los centros se han reabierto. El último informe Education Indicators in Focus (nº 78) de la OCDE realiza un rápido repaso sobre los roles y salarios de los directores de instituciones educativas públicas, y realiza una comparativa sobre las responsabilidades, tiempo de trabajo y compensaciones en distintos países.


El liderazgo educativo que realizan los directores en los centros propicia los ambientes de aprendizaje enriquecedores que ayudan a los niños a crecer y desarrollarse. Para potenciar estos contextos, los directores y directoras deben gestionar y promover la colaboración entre la compleja red de agentes educativos; autoridades educativas, profesorado, alumnado, padres y comunidades locales. En este sentido, los directores son el aglutinante que mantiene a todos unidos en el mismo objetivo.

La dirección escolar también es uno de los focos de interés la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI). El informe Miradas 2017 se centró en el desarrollo profesional y liderazgo de directores escolares en Iberoamérica y el posterior informe Liderazgo Escolar (2019)  sugirió un liderazgo pedagógico, inclusivo y distribuido como las tres características del  liderazgo directivo que se desea promover e impulsar desde la normativa de los países con el objetivo de generar ambientes que promueven el aprendizaje, la cooperación de toda la comunidad educativa y el éxito escolar.

La crisis del COVID-19, ha exigido que los directores se empleen al máximo, siendo flexibles en el manejo de los recursos y manteniéndose al tanto de los frecuentes cambios de directrices y circunstancias. Liderazgo y gestión siempre han sido las principales responsabilidades de los directores y ello se indica explícitamente en documentos oficiales de dos terceras partes de los países OCDE. Son varias las áreas de responsabilidad de los directores e incluyen la gestión de recursos humanos, recursos económicos, actividades educativas del alumnado y del profesorado, relaciones externas, bienestar del estudiantes y profesorado y la docencia.

Durante la actual crisis de COVID-19, los directores han ampliado el número de responsabilidades y están teniendo que realizar decisiones complejas. Por ejemplo, en España se han encargado de determinar y repartir recursos informáticos al alumnado más desfavorecido, asegurar medidas para ayudar al alumnado vulnerable a que no tengan pérdidas de aprendizaje, organizar diferentes posibles escenarios de aprendizaje o reorganizar las actividades y espacios para seguro el funcionamiento en la reapertura de los centros.

Los campos y extensión de las responsabilidades de los directores están definidos en documentos oficiales y varían en función de los países otorgando diferente grado de autonomía en la gestión de responsabilidades y tareas a realizar. No en todos los países lo directores tienen funciones docentes. Por ejemplo, en menos de la mitad de los países OCDE los directores tienen que dar clase a estudiantes, aunque sean en menor número de horas que el profesorado. En España los directores de enseñanza primaria imparten entre 6 y 15 horas frente a la media de 25 horas a la semana que realizan los maestros de primaria. En enseñanza secundaria imparten de 6 a 9 horas frente a la media de 19 horas lectivas a la semana del profesorado de secundaria.

La carga de trabajo adicional debido a la pandemia ha requerido superar el promedio de 7 a 8 horas de trabajo que establece la reglamentación en la mayoría de los países OCDE. Esto no ha sido acompañado de compensaciones económicas, solo 8 de los países de la OCDE hay complementos económicos por horas extra. Sin embargo, en más de la mitad de los países OCDE, los directores pueden recibir remuneraciones económicas asociadas al destacado desempeño de tarea directiva, que suele estar basado en el rendimiento y resultado educativo de los alumnos. Esta circunstancia ha podido ser alterada por el contexto de los cierres de los centros y las interrupciones del aprendizaje de los estudiantes que pueden haber deteriorado el rendimiento académico.

Los directores y directoras han estado bajo una enorme presión para aunar todas las posibles respuestas de emergencia a la escolarización en medio de la situación de pandemia. Necesitan tiempo y energía para concentrase en los retos inmediatos.

Los salarios de directores y directoras son importantes para mantener el atractivo y atraer hacia estos puestos. En 2019, en media OCDE, los directores de primera etapa de educación secundaria ganaron un 59% más que el profesorado, y un 38% más que los trabajadores a tiempo completo con la misma cualificación de educación terciaria. Los salarios dependen de las características individuales como son el número de años de experiencia, tareas específicas y características del centro (número de alumno, situación geográfica, estatus socio-económico de la región…). Sin embargo, los directores no siempre sienten que estas compensaciones estén al nivel de las responsabilidades que asumen. En el estudio TALIS 2018  en el que participan 30 países OCDE, el 64 % de los directores están satisfechos con los términos de su contrato de trabajo y solo el 42 %, dos de cada cinco directores de instituciones públicas, informan que están satisfechos con sus sueldos.  

Los directores y directoras son el corazón del sistema educativo, conectando autoridades educativas, profesorado, alumnado, familias y comunidades locales. Hay que ser conscientes de que los directores están soportando una gran presión para organizar la respuesta de emergencia de la enseñanza a esta pandemia. En medio de una crisis, se necesita tiempo y energía para centrarse en estos desafíos inmediatos y se pueden buscar medidas para ajustar temporalmente el peso de tareas administrativas (son las que producen más estrés en el 71% de los directores) y compensar el incremento del volumen de trabajo.

El liderazgo de la comunidad educativa a nivel pedagógico diseñando objetivos y trazando rutas para conseguirlos, liderando inclusivamente para no dejar a nadie detrás cuidando de los más desfavorecidos, y liderando la distribución del trabajo por medio del reparto responsabilidades, es un trabajo que requiere gran inteligencia, conocimientos y habilidades para manejar todo tipo de situaciones en el día a día.

Resulta realmente importante apoyar y valorar el trabajo de los directores y reconocer el esfuerzo que realizan a diario, desempeñando un papel crucial para garantizar la continuidad del aprendizaje, incluso cuando se realiza a distancia.

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