La equidad en los sistemas educativos, un nuevo indicador para la Unión Europea

El derecho a la educación, consagrado en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, es un pilar fundamental del Objetivo de Desarrollo Sostenible número 4, que busca garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje a lo largo de la vida para todos.

Los sistemas de educación y formación equitativos no buscan la igualdad de logros educativos, sino asegurar que el desempeño educativo no esté vinculado a circunstancias individuales como el estatus socioeconómico – a menudo relacionado con la educación y ocupación de los progenitores, o con los ingresos en el hogar. Es decir, los sistemas inclusivos tienen que adaptarse a los resultados y experiencias educativas a los que se enfrenta cada grupo de población.

La resolución del marco estratégico para la cooperación europea en el ámbito de la educación y la formación con miras al Espacio Europeo de Educación y más allá (2021-2030) propone la creación de un nuevo indicador de equidad que se presenta por primera vez al comienzo del Volumen I del Monitor de la Educación y la Formación 2022. El objetivo de este indicador, basado en el estudio PISA de la OCDE, es analizar la vinculación de los resultados educativos con el estatus socioeconómico del alumnado.

El estatus socioeconómico tiene un efecto muy importante en el rendimiento educativo

La construcción de este indicador se basa en el concepto de “bajo rendimiento severo”. El alumnado que presenta un bajo rendimiento severo es aquel con un nivel de competencia bajo simultáneamente en las tres competencias principales que analiza PISA: lectura, matemáticas y ciencias. El indicador contrasta las proporciones de alumnado con bajo rendimiento severo de los grupos con menor y mayor nivel socioeconómico. Para medir el nivel socioeconómico y cultural del alumnado se utiliza el índice ESCS que permite clasificar al alumnado en cuatro cuartos, utilizando el primer y el último de estos cuartos como referencias de alumnado con menor y mayor nivel socioeconómico, respectivamente.

En función del estatus socioeconómico, existe una diferencia de 39 puntos porcentuales en Rumanía y de 38,3 puntos porcentuales en Bulgaria entre el alumnado de bajo rendimiento severo de entornos desfavorecidos y el alumnado de bajo rendimiento severo en entornos favorecidos. De media en la UE, la brecha es de 19,3 puntos porcentuales. Por otra parte, el alumnado de nivel socioeconómico bajo tiene 5,6 veces más probabilidades de tener bajo rendimiento severo que el alumnado de nivel socioeconómico alto. En España, la diferencia es menor que en la media de la UE, 16,2 puntos porcentuales, y la probabilidad de presentar bajo rendimiento severo es 4,9 veces superior entre el alumnado desfavorecido. Se observa una enorme disparidad en la brecha de los diferentes países de la Unión Europea que queda por debajo de los 10 puntos porcentuales solo en Estonia y Finlandia (5,1 y 9,9 respectivamente).

La variación en las proporciones de alumnado de bajo rendimiento severo es tan grande que se dan situaciones donde un país tiene menor porcentaje de alumnado con bajo rendimiento severo entre su alumnado de bajo nivel socioeconómico que otro país entre su alumnado de alto nivel socioeconómico. Por ejemplo, en Estonia, solo el 7,2 % del alumnado socioeconómicamente desaventajado presenta bajo nivel de rendimiento, mientras que, en Malta, el 11,3 % del alumnado socioeconómicamente aventajado presenta bajo nivel de rendimiento.

Este mismo análisis del indicador de equidad planteado por la Comisión Europea se puede realizar con las comunidades y ciudades autónomas de España. La Figura 2 muestra cómo la mayoría de las comunidades autónomas tienen proporciones similares de alumnado con bajo rendimiento severo por nivel socioeconómico, con las excepciones de Ceuta y Melilla. Por ejemplo, en el caso de Ceuta, un 53 % de los estudiantes de menor nivel socioeconómico presenta bajo rendimiento en las tres competencias, mientras que entre el alumnado de mayor nivel socioeconómico son el 22 %.

Las comunidades y ciudades autónomas donde existe una mayor diferencia, por encima de la media de España, son Ceuta, Melilla, Andalucía, Región de Murcia, Comunidad de Madrid y Principado de Asturias. Esta última comunidad presenta la ratio más alta entre las proporciones de alumnado de bajo rendimiento severo (es 8,3 veces más probable observar bajo rendimiento severo entre el alumnado de nivel socioeconómico bajo que entre el de nivel socioeconómico bajo). En este sentido le siguen Castilla y León (6,9), Comunidad de Madrid (6,7) y La Rioja (5,6).

Figura 2. Bajo rendimiento educativo y estatus socioeconómico por CCAA

Nota: Las comunidades y ciudades autónomas se muestran en orden descendente según la diferencia entre los cuartiles más bajo y más alto de estatus socioeconómico en términos de bajo rendimiento en lectura, matemáticas y ciencias (combinadas). Los números sobre las barras indican la ratio entre los dos valores.

La definición de bajo rendimiento severo es más restrictiva que el bajo rendimiento definido para cada una de las competencias por separado. Por ejemplo, en España, el 10,5 % del alumnado presenta bajo rendimiento en las tres competencias simultáneamente, frente al 23,2 % del alumnado con bajo rendimiento en lectura, el 24,7 % en matemáticas y el 21,3 % en ciencias.

La brecha en el bajo rendimiento también es diferente cuando se analizan de manera simultánea las tres competencias o cada una de ellas por separado. En la Figura 3 se observan las diferencias (en puntos porcentuales) de los estudiantes con bajo rendimiento en función de su estatus socioeconómico (alto – bajo) en todos los casos. La situación relativa de las comunidades autónomas con España varía según se considere la brecha combinada de las competencias o por separado. Algunas comunidades autónomas se benefician positivamente de la nueva comparación, por ejemplo,  La Rioja (en particular cuando se compara con lectura) o Cataluña (igualmente con lectura). No obstante, las diferencias no son significativas.

El bajo nivel socioeconómico puede ser el factor explicativo más importante que obstaculiza la igualdad de oportunidades para muchos grupos desfavorecidos. El estatus socioeconómico está tan presente en los sistemas de educación y formación, que los estudiantes con bajo estatus socioeconómico pueden acabar agrupados en centros con una alta concentración de alumnado igualmente desfavorecido.

Establecer medidas, programas y recursos para intentan eliminar cualquier efecto negativo derivado de las circunstancias individuales del alumnado es uno de los principales objetivos de los sistemas de educación y formación de toda la UE y de las comunidades autónomas.

Fuentes:

  • Monitor de la Educación y la Formación 2022. Comisión Europea. Volumen 1. Capítulo 1.
  • INEE, cálculos a partir de la base de datos PISA 2018

 Referencias:

Sobre el autor

El Instituto Nacional de Evaluación Educativa (INEE) es el organismo del Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes responsable de la evaluación del sistema educativo español, misión que desarrolla en los tres ámbitos reflejados en la estructura de nuestro sitio web - Evaluaciones nacionales, Evaluaciones internacionales e Indicadores educativos - y que responde a las funciones asignadas al Instituto por la legislación vigente. El Instituto comenzó su andadura en el año 1990, cuando se denominó INCE (Instituto Nacional de Calidad Educativa) y fue en 2012 cuando adquirió la denominación actual. El INEE se encuadra dentro de la Dirección General de Evaluación y Cooperación Territorial del Ministerio.