Focus on: ¿Llegará a ser segura la educación online algún día?

Os ofrecemos la traducción de un nuevo artículo de la serie Focus on de Eurydice, la red de información sobre educación de la Comisión Europea.

“Los estudiantes del futuro exigirán los apoyos que necesiten para su aprendizaje según su situación y contexto. Nada más y nada menos”. Dr. Marcus Specht

Desde la aparición de la pandemia de COVID-19, la enseñanza y el aprendizaje se han vuelto digitales. Pocos podían haber predicho la increíble velocidad de este cambio. El informe Eurydice sobre educación digital en los centros educativos ponía de manifiesto carencias significativas en la enseñanza y evaluación de las competencias digitales en toda Europa que parecían exigir tomar cartas en el asunto en los próximos años. Sin embargo, en el espacio de unas pocas semanas, Zoom, Microsoft Teams y Google Hangouts han pasado de ser apps desconocidas a formar parte de la vida de muchas personas. Pero, ¿son seguras? ¿Hay asuntos de seguridad que tengan que ser abordados para continuar con esta revolución del aprendizaje online?

La evidencia sobre el impacto de las herramientas de videoconferencia es clara y los números hablan por sí solos.  Zoom ha aumentado sus usuarios activos de diez millones a 200 millones en marzo; Microsoft Teams informó de un incremento de doce millones de usuarios solo en marzo que generaron en torno a 900 millones de reuniones en los primeros días de la expansión de la pandemia. La media diaria de usuarios de Skype también aumentó un 70% en un mes. Google Hangouts, Meet y WebEx han experimentado también crecimientos extraordinarios, de 25 veces mayor utilización que antes de los tiempos de COVID-19 en algunos países.

Millones de personas han sido seducidas por plataformas de aprendizaje online como edX, FutureLearn y Coursera. La matriculación en cursos sobre ciencias sociales, humanidades y desarrollo personal en la plataforma Coursera, por ejemplo, ha sido ocho veces superior a los tiempos anteriores a la pandemia. Estas plataformas ofrecen cursos gratuitos dirigidos por profesores de universidades prestigiosas y pueden ayudar a muchas personas a mejorar la sensación de control sobre sus vidas en un tiempo de incertidumbre económica y de ansiedad.

El acusado incremento en el número de usuarios, combinado con el aumento de la vulneración de la seguridad y del cibercrimen hacen aflorar algunas preocupaciones: cada uno de los participantes de una plataforma de aprendizaje se puede convertir en blanco de los piratas informáticos.

El término zoombombing  ha protagonizado muchos titulares desde el inicio de la pandemia y se refiere a la alteración provocada por las reuniones celebradas con Zoom por participantes no autorizados. En Singapur, durante la primera semana de confinamiento, una lección de geografía celebrada en streaming con Zoom fue interrumpida con imágenes y comentarios inapropiados de desconocidos, lo que obligó a la cancelación de Zoom como herramienta de aprendizaje en casa. Algunas escuelas de China, California (EE. UU.), Taiwán y Alemania también han sufrido intentos de ciberataques o interrupciones de tipo sexista o racista, y algunas comunidades educativas han tenido que dejar de utilizarla.

¿Y cómo ha afrontado Zoom estos problemas de seguridad? La respuesta ha estado centrada, sobre todo, en la clarificación de las prácticas de encriptado y en un plan para congelar las actualizaciones de rasgos para afrontar los problemas de seguridad emergentes.

¿Hay, acaso, otras herramientas de aprendizaje que sean mejores o más seguras? No hay una respuesta clara, puesto que la selección de estos recursos depende de las necesidades personales o de requisitos específicos de las empresas. Además, esta no es una elección entre una u otra porque la práctica habitual es la combinación de varias herramientas online. Zoom se considera más útil para la organización interna, mientras que Microsoft Teams suele preferirse para los contactos externos.

Muchos pueden sostener que los problemas no resueltos de seguridad pueden hacer fracasar el desarrollo del aprendizaje online. Sin embargo, mientras ninguna herramienta sea totalmente segura, habrá que poner en la balanza los riesgos y los beneficios de esta forma de enseñanza- aprendizaje. Y durante esta pandemia, en que los centros educativos no han podido abrir, parece bastante clara cuál es la respuesta a este interrogante.

Como usuarios, también podemos aprender a minimizar los problemas de seguridad y evitar que la información sensible caiga en las manos equivocadas. Para empezar, los convocantes de las reuniones deben permitir el acceso solo a los participantes registrados y estos deberían tener que emplear una contraseña específica para cada reunión. Zoom dispone también de una sala de espera virtual para controlar el acceso a las reuniones. La posibilidad de grabar el audio o vídeo de las videoconferencias también debería ser de uso exclusivo  del miembro que convoca la reunión para que la información compartida se mantenga como privada. En esta entrevista se ofrecen otras ideas para mejorar la enseñanza en línea.

Muchos problemas de seguridad se deben al uso inexperto y confiado, y no deberían ser una barrera significativa al progreso. Mientras tanto, merece la pena ver la situación actual a la luz del Plan de Acción en Educación Digital de la Comisión Europea de 2018, del cual se prepara ahora una actualización. Establece tres prioridades:

  • mejorar el empleo de tecnología digital en la enseñanza y el aprendizaje
  • desarrollar las competencias y destrezas digitales
  • mejorar la educación a través de un mejor análisis de los datos y de mejores previsiones.

El único elemento que esta estrategia no pudo predecir fue el catalizador de una crisis sanitaria global que modificaría de forma tan radical nuestra forma de aprender.

Autores: Nicole Vasileiou y David Crosier, analistas de Eurydice.

Sobre el autor

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