Lycée François Magendie

Me llamo Francisco Javier Sánchez Bureta y soy profesor de latín en el IES Benito Pérez Armas de Santa Cruz de Tenerife. Entre los días 1 y 12 de abril me he sentido cálidamente acogido en el Lycée François Magendie de Burdeos.

Me parece de justicia dejar bien patente que esta experiencia ha sobrepasado con creces mis expectativas. No puedo dejar de destacar y agradecer la cordial recepción por parte de la dirección del centro (proviseur y adjoint), el afable trato dispensado por muchos de los profesores y del personal de administración que componen este centro, y el muy entrañable vínculo creado con algunos de los profesores de latín, francés y español.

El Lycée François Magendie es un centro de enseñanza secundaria general y en menor medida profesional, compuesto por 119 profesores y a unos 1.200 alumnos de edades comprendidas entre los 15 y 18 años (lo que en España sería de 4º de la ESO hasta 2º de bachillerato). Este centro cuenta en la ciudad con un gran prestigio, en especial en el campo de la enseñanza de las lenguas extranjeras, ya que acoge dos secciones internacionales, norteamericana y española, denominadas OIB (Option Internationale du Baccalauréat), más otra sección oriental. Las OIB son muy demandadas por los alumnos que cuentan con un gran nivel en lenguas extranjeras y una gran capacidad de trabajo.

Durante la estancia me he interesado por el funcionamiento de la gestión de los centros en Francia. Cabe señalar en este aspecto que las direcciones están profesionalizadas y que se accede a ellas por oposición. Debo mencionar, igualmente, el hecho de que los profesores no realizan guardias y de que todo el tema de ausencias de alumnos y de los eventuales conflictos entre alumnos y profesores esté regido por un departamento llamado «la vie scolaire» que quita mucho trabajo burocrático a los profesores y permite que éstos puedan poner todo su empeño en la labor pedagógica.

También he asistido y participado en numerosas clases tanto de mi especialidad, latín, como de otras disciplinas, especialmente las lingüísticas, colaborando con los profesores de español y de francés del centro. La dinámica didáctica que he observado en la mayoría de clases no difiere mucho de las españolas, siendo normalmente expositivas, apoyadas con pantallas digitales. En lo que sí difieren es en el comportamiento general de los alumnos: el respecto a los profesores, el silencio en las clases, la atención y el interés de muchos de ellos (al menos en este Lycée) contrasta con lo que vivimos en España (por lo que yo vivo y por lo que comentan  muchos compañeros en otros centros).

La estancia me ha permitido también establecer contacto con otro centro de la ciudad de Burdeos: el «collège» Cheverus (centro que acoge alumnos de 12 a 15 años). Tanto con este centro como con el Lycée, hemos decidido mantener nuestro contacto con vista a realizar en un futuro próximo algún proyecto eTwinning o Erasmus+.

En definitiva una estancia que ha colmado mis expectativas: rica, productiva y muy aconsejable para todos aquellos profesores que deseen ampliar sus fronteras.