Estancia profesional en Schiller Gymnasium en Pforzheim (Alemania)

Mi nombre es Mª Victoria Gullón Fernández, y soy profesora de inglés en el IES JOAQUÍN ARAÚJO de Fuenlabrada, Madrid, desde 2019. El curso pasado solicité la beca de Estancias Profesionales con el objetivo de aprender de otros centros europeos y, de paso, poder refrescar mis conocimientos de alemán, además de poder conocer gente nueva. Aunque inicialmente no estaba entre los seleccionados, finalmente me fue concedida y la administración de mi comunidad autónoma me dio el permiso. Del 11 al 22 de abril de 2024 he estado en un instituto en Pforzheim, una ciudad situada al suroeste de Alemania, a una media hora en tren de Stuttgart.

Lo primero que me sorprendió es que, en el sistema educativo alemán, los niños pasan de la escuela primaria al instituto al terminar el 4º curso. Por otra parte, no recordaba, aunque lo había aprendido como estudiante de alemán, que la educación secundaria está dividida en diferentes modalidades. En España, todos los alumnos pasan del colegio al instituto, y todos cursan la ESO. En Alemania, cuando los niños terminan 4º, sus padres eligen qué modalidad de instituto es la más conveniente para sus hijos: Hauptschule/Realschule, enfocada a la formación profesional, Gymnasium, enfocado al Bachillerato y la universidad, o una modalidad intermedia, más abierta a ambas opciones, llamada Gesamtschule. El centro que he visitado es un Gymnasium, con cursos desde 5º hasta 10º, que sería nuestra ESO, y los dos cursos de Abitur, el equivalente a Bachillerato, 11º y 12º.

Schiller Gymnasium es el nombre del centro. Se trata de un centro privado con jornada escolar, de 8.10 a 17.25. No es lo habitual en los centros públicos de Alemania, pero se plantea como una forma de dar facilidades a las familias, al dar el centro la comida a los alumnos, con la ventaja, plantea, que, al estar más horas en el centro, los alumnos vuelven a casa sin deberes.

En cuanto a las nuevas tecnologías, aunque los profesores cuentan con una tablet prestada por el centro, una Microsoft Surface, las aulas no difieren mucho de las nuestras, tecnológicamente hablando. Por otra parte, los alumnos más jóvenes no utilizan dispositivos electrónicos en el centro; sólo los alumnos de bachillerato utilizan, algunos, una tablet en clase para trabajar.

La experiencia ha sido muy positiva en todos los sentidos. He conocido una parte del país que desconocía – la ciudad se encuentra en los márgenes de la Selva Negra, y los paisajes alrededor están llenos de bosques de pinares muy densos – de ahí el nombre. Por otra parte, he podido ver cómo trabajan profesores en un centro en Alemania, y en concreto, cómo se imparte mi asignatura, el inglés, y comprobar que no hay grandes diferencias, salvo que aquí tenemos por regla general unos 30 alumnos por clase, y allí hay unos 18-20 alumnos de media, con lo que es más fácil llegar a todos y detectar cualquier problema o dificultad en clase.

 

Aunque la realización de un intercambio es poco probable, al no saber mis alumnos alemán, sí estamos iniciando un contacto por correspondencia en inglés con mis alumnos de 1º y 3º de ESO.