Estancia profesional en Liminka (Finlandia)

Me llamo Marta Ferrater, soy docente de la especialidad biología y geología de secundaria en el instituto Manuel de Cabanyes (Vilanova i la Geltrú) y he realizado mi estancia profesional desde el 21 de marzo hasta el 3 de abril en la Liminganlahti School en Liminka (Finlandia).

En mi entrada en el blog quiero explicaros mis sensaciones y pensamientos respecto al contraste (quizás no lógico) que presenta el centro, pues está ubicado en un edificio muy moderno y muy acogedor, pero la metodología que utilizan los docentes es muy tradicional. Mi reflexión estos días ha estado centrada en contestarme estas dos preguntas: ¿Cómo de cómodos debemos sentirnos para aprender? ¿Qué papel juegan en ello la digitalización y los exámenes?

La primera evidencia del gran contraste que iba a experimentar en conocer la escuela Liminganlahti de Liminka la tuve cuando una de las profesoras, dos semanas antes de viajar, me explicó que tenía que traer un par de zapatillas para estar en el centro. Toda la comunidad educativa tiene que descalzarse (imprescindible para mantener el suelo limpio y seco, ya que durante el invierno las calles están nevadas). Así, los profesores van en zapatillas y el alumnado en calcetines. Este es el primer elemento responsable del carácter hogareño que se respira en el centro.

El siguiente elemento es la presencia de bancos, sofás y pequeñas zonas de reunión en los pasillos y diferentes espacios. Se tiene que añadir que, en general, el carácter finés es discreto y tímido, haciendo que el ambiente en general sea bastante silencioso, hasta cuando trabajan en grupo.

Los tres elementos unidos (calzado cómodo, mobiliario agradable y niveles bajos de decibeles) convierte la escuela en un lugar muy agradable donde apetece estar. Y con esto no quiero sugerir que no exista abandono escolar. Existe, pero en el año 2021 fue del 8,2 % frente del 13,3 % de abandono escolar español (Eurostat, 2023). Desde el 2021, la educación es obligatoria en Finlandia hasta los 18 años.

Por otro lado, y como coordinadora digital, me he fijado especialmente en el material digital del que dispone el alumnado finés para trabajar. En el centro hay portátiles comunitarios que el profesorado tiene que reservar para ser utilizados durante sus clases. Las clases se siguen a través de libros y cuadernos de ejercicios que proporciona el gobierno y que el alumnado devuelve a final de curso. En ningún momento he percibo que el hecho de no tener portátil personal y, por lo tanto, tener que cargar con todos los libros (el de teoría y el de ejercicios para cada asignatura), disminuya el bienestar que siente el alumnado en el centro.

Otro aspecto a tener en cuenta es que pese a la existencia de un movimiento creciente de profesorado “anti-exámenes” en Finlandia, estos se siguen llevando a cabo durante todas las etapas y son imprescindibles para calcular la nota de acceso a la universidad. Los exámenes tienen un peso muy importante en la evaluación en el centro y la mayoría de profesorado está orgulloso de ello. La presencia de exámenes tampoco juega ningún papel relevante en el nivel de comodidad que percibe el alumnado durante su educación.

Con todo ello, y gracias a esta estancia, siento reforzada mi creencia de que no tenemos que criminalizar los libros ni los exámenes por causar infelicidad al alumnado para que pueda seguir aprendiendo. El bienestar de la enseñanza se basa en otras cosas mucho más hogareñas y personales.

Referencias:

Eurostat (2023). Early leavers from education and training by sex and NUTS 2 regions. Recurso en línea consultado el 28 de marzo del 2023. https://ec.europa.eu/eurostat/databrowser/view/edat_lfse_16/default/table?lang=EN 

Eurostat (2022) Eurostat regional yearbook. Recurso en línea consultado el 28 de marzo del 2023.

https://ec.europa.eu/eurostat/documents/15234730/15242104/KS-HA-22%E2%80%91001-EN-N.pdf/ffb89e8c-a7c9-517e-101f-13462ba1cf65?t=1667398021883