Me llamo Adoración Gallego Martínez, soy profesora de inglés en el instituto doctor Pedro Guillén en Archena (Murcia), y he realizado mi estancia en Asperg durante las dos últimas semanas de marzo. Ha resultado una experiencia muy enriquecedora pues me ha sorprendido enormemente el funcionamiento del sistema educativo alemán, que separa a los alumnos de secundaria desde la temprana edad de 10 años, en tres tipos de centros, el Gymnasium, que está pensado para alumnos que hagan estudios universitarios, y por otro lado, la Realschule y la Hauptschule que van más encaminadas a la realización de una formación profesional, aunque existe también la posibilidad de que decidan finalmente estudiar en la universidad. Por otro lado, también existen las más recientes “Gemeinschaftschule”, que son centros que engloban todas las enseñanzas y es lo que más se corresponde con nuestros centros de secundaria en España que engloban formación profesional. Al realizar esa categorización primaria de los tres tipos de centros, las clases pueden ser mucho más homogéneas que en España y se favorece el proceso de enseñanza-aprendizaje.
Esta experiencia me ha permitido conocer el funcionamiento de un centro público mixto, el “FRIEDRICH-LIST-GYMNASIUM” (FLG). Se trata de una escuela Secundaria en Asperg, un pequeño pueblo cerca de Stuttgart en el sur de Alemania, compuesto por 65 profesores y unos 700 alumnos. El alumnado proviene de familias con un nivel cultural y económico medio-alto y sus actividades extracurriculares gratuitas incluyen teatro, robótica, coro, orquesta, primeros auxilios y club de jardinería. Dispone de instalaciones educativas bastante nuevas, con un nivel de aislamiento térmico-acústico sorprendente, especialmente unas aulas que se encuentran en el sótano y están pensadas para alumnos que tienen que hacer los exámenes de bachillerato (das Abitur). También dispone de dos pabellones deportivos (uno de ellos lo toman prestado de los servicios municipales), dos salas de ordenadores ( que hay que reservar con antelación), comedor, diversos laboratorios para las asignaturas científicas, una biblioteca y un hall enorme que hace las funciones de salón de actos.
La acogida ha sido excelente, puesto que los profesores del centro me ofrecieron todas las facilidades para acudir a sus clases. El ambiente es más parecido al que tendríamos en España en una universidad, ya que los alumnos son bastante autónomos, siendo ellos los principales responsables de su aprendizaje. La metodología usada fomenta esa responsabilidad. Bastantes de los profesores que he observado explican al principio de la clase lo que deben hacer y los alumnos en grupos trabajarán al respecto, para luego comentarlo en voz alta con los compañeros. Estos van levantando la mano uno a uno y van haciendo uso de la palabra de una manera ordenada y respetuosa con el trabajo de los demás. La función del profesor queda relegada a un segundo plano, ya que solo interviene para aclarar puntos concretos. Ese sentido de la responsabilidad y autonomía del alumnado fue algo que me impactó desde el primer momento. (Tampoco hay vallas que delimiten el patio del centro, pudiendo los estudiantes salir o entrar cuando quieran). La ratio es de unos 25-30 alumnos por clase en lo que correspondería a Bachillerato, pudiendo llegar a 32, y hasta 37 en la etapa equivalente a la ESO. Aunque las clases son numerosas , se mantiene una dinámica de trabajo activa y ordenada. Es verdad que son adolescentes y a veces se distraen, pero en general, su predisposición, actitud, y respeto al profesor son envidiables.
No quisiera terminar mi reseña sin antes recomendar este tipo de programas, pues aparte del enriquecimiento profesional que puedes llegar a adquirir o la experiencia personal vivida, se pueden llegar a crear futuros lazos de amistad y cooperación, tal y como ha sido mi caso, pues también hemos estado trabajando en la preparación de un intercambio para los próximos meses.
