ESTANCIA PROFESIONAL EN MALGOMAJSKOLAN, VILHELMINA , SUECIA

A finales del mes de marzo tuve la oportunidad de viajar a Suecia para conocer e integrarme de pleno en la escuela de Malgomajskolan, en Vilhelimna. Malgomajskolan es una escuela secundaria superior en el interior del condado rural de Västerbotten, que junto con oros municipios, constituyen la Asociación de escuelas secundarias superiores Södra Lapplands Gymnasieförbund (SLG). Se podría decir que es una especie de “CRA” ya que debido al escaso número de alumnos, se han tenido que ir adaptando y asociando con otros municipios cercanos para fortalecer la escuela y tener una oferta más amplia de estudios. Actualmente en la escuela hay 364 estudiantes (de entre 16 y 19 años) de diferentes pueblos de alrededor y 93 empleados. Se ofrecen nueve programas nacionales (de los 18 existentes), programas introductorios y también perfiles individuales relacionados con la mecánica, carpintería, la lucha libre profesional o más relacionados con el ámbito deportivo invernarl como el esquí alpino profesional, actividades al aire libre y técnicas de supervivencia como la construcción de vivacs y operaciones de rescate (avalancha, agujeros en el hielo, etc.).

Algunas de las clases empezaban a las 8 de la mañana y las últimas clases las tenían a las 18 (los que tenían periodos de tarde). Sin embargo tienen muchos “descansos” entre las clases en los que siempre toman café (Suecia es de los mayores consumidores de café del mundo) y aprovechan a comer entre las 11 y las 13.

Las aulas e instalaciones son similares a las que podemos tener en España, sin embargo algo muy, pero que muy diferente, es el ambiente de trabajo. No se oye un ruido, no hay timbres entre clase y clase, no hay jaleo en los pasillos y en las sesiones son muy respetuosos. Uno se puede hacer una idea cuando al cruzar un paso de cebra, el semáforo emite un pequeño “cri, cri” que casi hay que callarse para escucharlo. Los departamentos y despacho son sitios muy acogedores y en las salas de profesores disponen de una pequeña cocina equipada con todo, incluso lavavajillas.

Los profesores se solían reunir con frecuencia para coordinar las diferentes actividades que tenían programadas. En el momento que yo estaba presente en cualquiera de esas reuniones, aunque no se dirigieran a mí, hablaban en inglés.

Durante la primera semana participé en las clases de inglés, de español y de educación física. En esa semana tuvimos varias reuniones para preparar la segunda semana, centrada en actividades que se llevarían a cabo en la montaña valorando la adaptación al medio natural en condiciones de temperatura por debajo de los 0ºC, transporte de material sobre la nieve, nutrición e hidratación y construcción de vivac para su pernocta.

Durante todo momento fui informado de la programación de las actividades que se llevarían a cabo, haciendo especial hincapié en la semana de pernocta en la montaña. No puedo decir que los suecos que yo conocí y con los que conviví, sean esas personas frías y poco amigables, no cumplen para nada el tópico carácter nórdico. Me prestaron su material personal, me llevaron a sus casas y me presentaron e integraron en sus familias.  

Lo que viví con más intensidad fue la semana en la montaña, una semana que nos puso a prueba a todos, alumnos y profesores y donde pude observar que quizá sean más fuertes y responsables los adolescentes suecos, ya que fueron capaces de construir un vivac durante 8 horas en la nieve para no dormir a la intemperie a -28ºC. Este tipo de convivencia unió mas al grupo y estoy seguro que esta estancia es sólo el comienzo de futuros programas de colaboración e intercambio de experiencias.

Este tipo de experiencia empieza antes de lo que uno imagina, en España, en el aeropuerto, en tu primer compañero de vuelo ya coincides con una profesora de literatura en Nueva York que está unos días en España…ya te cuenta cómo funciona el sistema educativo en los Estados Unidos…y yo iba camino a Suecia…

Que la estancia sea individual termina siendo algo positivo, te obliga a sumergirte e integrarte de lleno en su día a día y al ir sólo ellos también están más pendientes de ti, lo cual contribuye a tener más vivencias.

No puedo terminar sin antes agradecer de corazón la existencia de este tipo de programas que permite tener experiencias tan enriquecedoras como la que acabo de narrar.

Como consejo a futuros candidatos animaros a solicitarlo, que no tengan miedo de viajar solos, que nunca va a haber un momento “óptimo” para realizar la estancia, que el momento es, aquí y ahora, y las oportunidades hay que aprovecharlas hoy.