Estancia profesional en el Walterstown National School; Cobh en el sur de Irlanda

Mi nombre es Ana Rocío Martínez Blanco. Soy maestra de música y Jefa de Estudios en el CEIP Princesa Sofía (Cuenca) y he realizado una estancia profesional durante dos semanas en el Walterstown National School; Cobh en el sur de Irlanda. Este es un centro público y de educación primaria e infantil; situado en una zona rural, alejado incluso del núcleo de la población de Cobh, localidad muy turística por ser el último puerto donde realizó escala el Titanic.

Decir que desde el primer día, me he sentido totalmente involucrada en el centro, ya que el director me dio un horario con las distintas funciones que realizaría en este: dar clases de yoga, colaborar en el trabajo por estaciones o impartir algunas sesiones de español.

Las asignaturas principales; o “core” en el sistema educativo irlandés en la educación infantil y primaria son lengua inglesa, matemáticas e irlandés y a diferencia con nuestro país no existen maestros especialistas, por lo que asignaturas como educación física, plástica o ciencias no se imparten como tal, aunque sí se realizan actividades relacionadas con estas destrezas, de forma globalizada. Como docente de música me sorprende que siendo un país con amplia tradición musical su presencia en el colegio es casi nula, dejando su enseñanza relegada a los “clubes” donde los alumnos asisten al terminar la jornada escolar.

El irlandés, es obligatorio para todo el alumnado, pero no se imparte ninguna lengua extranjera (como por ejemplo en España el inglés, francés…)

De mi estancia en este centro destaco las buenas prácticas en cuanto a la atención a la diversidad. En los centros escolares en Irlanda, además de los docentes se cuenta con la figura del SNA o “ayudantes”. En este colegio los horarios están organizados de forma que al menos durante media hora al día hay varias personas trabajando en un aula, lo que se conoce como “trabajo por estaciones”, esto permite dar una atención casi individualizada al alumnado, aunque sea por un breve espacio de tiempo.

En este ámbito tengo que mencionar el orgullo de este colegio: LE CHÉILE, en irlandés “Juntos”. Es la sección del colegio que atiende a los niños con necesidades educativas especiales. Cuenta con 3 aulas en las que hay un grupo muy reducido de alumnos (3-6) atendidos en todo momento por un docente y un ayudante, además los alumnos que su condición se lo permite rotan entre esta sección y su aula ordinaria. Es un claro ejemplo de buen hacer en el campo de la inclusión educativa. Todo esto es posible gracias a la cantidad de recursos personales con los que se cuenta.

Destacar también que es un colegio muy activo e innovador y está inmerso en distintos programas como Active School Flag que trata de promover el ejercicio físico y la vida saludable: a lo largo de la jornada escolar se utiliza el prado que está junto al colegio para pasear, correr… y realizar descansos activos o Creative Schools; promoviendo la creatividad en el alumnado a través del arte.

Valoro esta experiencia de una forma totalmente positiva. Desde mi punto de vista, creo que como docentes debemos estar siempre en continuo crecimiento y desarrollo y no veo forma mejor que esta de crecer como persona y docente. Por otro lado, esta estancia me ha permitido conocer un país absolutamente maravilloso, con paisajes que guardaré para siempre en mi memoria y personas a las que les encanta hablar con cualquier extranjero y acogerte como si estuvieras en casa.