Estancia profesional en Istituto di Istruzione Superior Alberti-Dante en Florencia (Italia)

Durante la primera quincena del mes de marzo de 2024 he podido disfrutar de una experiencia docente en el IIS Alberti-Dante de Florencia, un centro que nació de la fusión entre el histórico Liceo Clásico y Liceo Musical «Dante» y el Liceo Artístico «Leon Battista Alberti», un centro que en la actualidad ofrece los estudios de Liceo Clásico, Liceo Artístico, Liceo Musical y Liceo Clásico Internacional Cambridge (además de Liceo Artístico Vespertino) , ofreciendo a sus estudiantes itinerarios de formación diversificados.

El Instituto está dividido en tres sedes. La sede central de vía San Gallo y la sede de vía Magliabechi se encuentran en el centro de la ciudad de Florencia. La ubicación de las dos sedes de la dirección artística en el corazón de Florencia hace que todo el centro histórico de la ciudad sea como un laboratorio natural, único e inestimable, en el que se imparten clases de Historia del Arte, de Humanidades, actividades de dibujo y pintura al aire libre, visitar museos, instituciones culturales, talleres de artesanos y artistas.

Al centro asiste alumnado de más allá de la ciudad, desde Prato a Scandicci y Valdarno, pero la reciente construcción de las diferentes líneas del tranvía ha hecho que la escuela sea fácilmente accesible desde todos los barrios de la ciudad y las zonas vecinas. El territorio que rodea las sedes comprende escuelas de todos los niveles, públicas y privadas, y dispone de servicios diferenciados, centros para iniciativas culturales y sociales, bibliotecas, asociaciones de voluntariado, clubes deportivos; son realidades diversificadas, atentos a las necesidades y demandas del contexto territorial, dispuestos a colaborar e interactuar en red.

Entre las diferentes iniciativas que promueve el IIS Alberti-Dante, cabe destacar las actividades complementarias optativas (proyectos): El Instituto ofrece numerosas actividades, por la tarde y opcionales, propuestas cada año por el personal docente y aprobadas por el Colegio. Estas actividades complementan la oferta curricular con el fin de ayudar a los estudiantes a identificar y realizar mejor sus intereses y pasiones, dentro de una realidad escolar rica y multifacética en la que los aspectos didácticos particulares y los diferentes lenguajes expresivos se ponen a menudo en diálogo entre sí.

El aspecto más destacable es el relativo a la integración y la inclusión: la integración y la inclusión se favorecen mediante la identificación por parte de los profesores del potencial individual de cada alumno para poder desarrollarlo a lo largo del proceso escolar, buscando y promoviendo en todas las fases del proceso la participación de todas las figuras implicadas, sobre todo de las familias. Para lograr la plena inclusión y eliminar las barreras al aprendizaje y la participación de todos los alumnos, el IIS Alberti-Dante organiza una enseñanza cercana a las necesidades reales de los estudiantes, activando de manera oportuna y puntual todos los recursos necesarios para la integración, la inclusión, la individualización y la personalización de los itinerarios, disponiendo para cada alumno con necesidades educativas específicas de un docente que lo acompaña durante las lecciones, que se desarrollan con todo el grupo, es decir, el alumno no sale del aula para recibir el apoyo docente, sino que es un profesor de apoyo (uno por cada alumno, lo que quiere decir que en algunos grupos hay dos o tres) el que asiste a las clases ordinarias, realizando en cada caso (tipología del alumno o tipología de la sesión de clase) una intervención más cercana o más libre para el alumno.

Hay que destacar también el hincapié que se hace en el dominio de la oratoria: desde el primer curso, el alumnado tiene que realizar verificaciones orales de los contenidos (no solo exámenes escritos), lo que desarrolla notablemente las capacidades orales y procesar la información de una manera más efectiva. Esto se debe a que al finalizar los estudios del Liceo, el alumnado debe superar la prueba de Madurità (lo más cercano con lo que contamos en nuestro sistema educativo es la EVAU), en la que deben realizar una defensa oral ante un tribunal, vinculando en su discurso las diferentes disciplinas estudiadas.

Probablemente lo más relevante es la asistencia a clase los sábados, ya lo sabía de antemano, pero no podía imaginarme que la docencia los sábados fuera completamente igual a cualquier día de la semana, lo que supone un esfuerzo grandioso para los alumnos.

Un aspecto completamente diferente al sistema educativo español es la gestión del centro educativo: el Directoro o Directora no es elegida por el claustro de profesores, sino que es el Ministerio quien la designa, formando parte de un cuerpo distinto.

En conclusión, la experiencia ha supuesto:

-La superación de poder estar impartiendo -algunos días durante seis horas seguidas- docencia en una lengua diferente.

-Conocer otra realidad: otro sistema educativo, otros modos de atender al alumnado con diversidades, ver otras metodologías docentes, tener grupos reducidos.

-Experimentar la satisfacción de impartir docencia rodeada de arte (es indescriptible la sensación de estar dando clase y por la ventana del aula ver la fachada de Santa Croce y la Capilla Pazzi…y notar cómo te saltan las lágrimas, es una sensación que no tiene precio).

-Establecer relaciones con otros docentes.

-Reconocer que, aunque a los niveles que se acaban de indicar, el sistema educativo italiano tiene ventajas, a nivel de gestión de centros estamos muy por delante. Si contásemos con sus recursos personales (profesores de apoyo, ratio reducida, elección entre tomar una vertiente de formación profesional o dirigida a la universidad a los 14 años) y nuestros medios y gestión de centros, seríamos lo máximo imaginable.